La Argentina de Javier Milei empieza a revelar sus contornos. Con una inflación aún alta pero desacelerando semana a semana, con el dólar oficial casi planchado, un draconiano ajuste social y una profunda recesión en V, el Gobierno corrige los precios relativos y las distorsiones de la macroeconomía, mientras el Banco Central continúa con la acumulación de reservas y lleva comprados más de u$s 7.300 millones desde la devaluación de diciembre.
Ante la elevada suba de precios del transporte, las tarifas de servicios públicos, la nafta y las prepagas, sumada a la escalada de los alimentos y la reciente apreciación del peso, comenzó el debate sobre si Argentina se volvió cara en dólares. Carlos Maslatón sostiene que sí. “Hoy el país es 100% más caro que al asumir Milei”, publicó en redes sociales. “Está sucediendo lo contrario de una licuación, hay expansión de medios de pago y por eso es cada vez más difícil la dolarización”, agregó.
En su último informe, Econviews, dirigida por el ex subsecretario de Finanzas Miguel Kiguel, analiza los precios de alimentos en Argentina medidos en dólar blue y los compara con los de Estados Unidos. El kilo de pan francés cuesta acá u$s 1,57, mientras que en el país del norte está u$s 4,48. El litro de leche, en tanto, trepa en Argentina a u$s 0.74 y en Estados Unidos supera el dólar.
“¿Ya somos un país caro en dólares? La respuesta corta es no”, concluye la consultora. Pero hace una salvedad interesante: si bien aún los precios en dólares están por debajo de los de Estados Unidos, en los últimos tres meses se encarecieron notablemente. “Tomada al blue, en enero la canasta de supermercado que publica el Indec salía la mitad que en EE.UU. Pero en octubre era un tercio. En tres meses, algunos productos se encarecieron entre 40 y 100% en dólares“, informa.
Con un Presidente que se niega a aumentar el salario mínimo vital y móvil, referencia no sólo para asalariados sino también para beneficiarios de planes sociales, la gran pregunta es hasta qué punto podrá la calle continuar acompañando el proceso de normalización de la macroeconomía.
Mientras Milei insiste con su promesa dolarizadora, los únicos que se dolarizan son los precios de los alimentos.
El Cronista