LOS MERCADOS ESTÁN EN DISNEY, PERO LA CALLE ESTÁ EN ARGENTINA

Hacía mucho tiempo que no había tantas noticias positivas en los mercados locales. El riesgo país tocó esta semana su menor registro en los últimos dos años, cayendo por debajo de los 1700 puntos. Los bonos, en tanto, tocan niveles máximos desde la reestructuración de 2020 y los analistas creen que seguirán subiendo.

El Banco Central sólo emite pesos para comprar reservas y, además, soluciona poco a poco la deuda de los importadores. La entidad conducida por Santiago Bausili adjudicó la totalidad de las Series 1 y 2 del Bopreal y esta semana emitirá los u$s 3000 millones de la Serie 3. Los inversores, ávidos en dolarizarse, los compran también en el mercado secundario. En tanto, la calma cambiaria continúa y la brecha se reduce al 32%.

Las buenas noticias financieras no terminan ahí. Javier Milei anuncia que podría haber un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que desembolse dólares frescos para unificar el tipo de cambio y levantar el cepo.

Los mercados parecen estar en Disney.

Pero la calle vive otra película. El ciudadano de a pie vive en una Argentina con 57% de pobres, según la medición de la UCA. Si no es pobre él, lo es su vecino, el que viaja al lado suyo en el tren, o el que le corta el pelo.

Con una caída de la actividad económica en diciembre del 4,5% interanual, una inflación que desacelera pero aún está en niveles muy elevados (51% fue el acumulado entre diciembre y enero), y la licuación de salarios y jubilaciones, no hay plata para nadie. O sea, digamos, todos, de una manera u otra, están sufriendo el ajuste.

Mientras Luis Caputo corrige los desequilibrios de la macroeconomía, la micro de los argentinos explota en mil pedazos. No hay ningún asalariado que haya conservado o aumentado su poder adquisitivo, en un contexto donde aumentan los precios de los servicios públicos, del transporte, de la nafta, de las prepagas y de la educación.

La disociación entre el mercado y la calle es, quizás, lo que defina más fielmente estos primeros meses de presidencia de Milei. ¿Es sostenible en el tiempo? Hasta el FMI se lo está preguntando.

El Cronista

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *