MOTOSIERRA, DENGUE Y UN DOLAR PLANCHADO DE FONDO

Fin de trimestre, Pascua. Sones de motosierra y dengue oir se dejan. Cien días de “mileidad”, y preguntando el qué vendrá. Un fin de semana atravesado por el ajuste del Estado y el alerta sanitaria. En términos financieros, venimos con un afortunado más de lo mismo: riesgo país quebrando pisos de tres añosInversores festejando el equilibrio fiscal -y los bonos cotizando al 45% lo saben-, la promesa de saneamiento del Banco Central, la apuesta antiinflacionaria vía liquidación de cada peso circulante.

El dólar planchado por obra y gracia del super cepo pero también por la liquidación forzada de dólares del campo y del colchón

La recesión que mantiene los precios, los trae de regreso del overshooting de la devaluación de diciembre. El poder adquisitivo de los salarios, sobre todo las jubilaciones no pueden seguirle el tren a los precios, y se quedaron ahí nomás bancando el enfriamiento de la economía.

Unas pequeñas señales de vida provienen del campo y en febrero empiezan a mostrar algún síntoma positivo, pero el resto de la industria, permanece en coma inducido.

El acontecimiento de la semana, a mi modo de ver, fue el Latam Forum de IEFA, el think tank estratégico que, entre otros, lidera el empresario José Luis Manzano. Al cierre de una jornada con empresarios tecnológicos, energéticos y de la industria petrolera habló Javier Milei.

Pero la abrió el director del departamento Hemisferio Occidental del FMI, nuestra oficina de reporte en el organismo multilateral, por decirlo de alguna forma, el chileno Rodrigo Valdés. Reiteró el mensaje de respaldo al ajuste y a la política macroeconómica del Gobierno.

Pero también Valdés insistió con dos sugerencias: que el Gobierno se fije en la calidad, no sólo en la cantidad del ajuste fiscal. Y que el peso de ese ajuste no lo paguen las familias trabajadoras más desfavorecidas.

También expuso la representante del Banco Mundial para la Argentina, Uruguay y Paraguay, Marianne Fay. Reveló conversaciones con el Gobierno para ampliar el financiamiento de planes sociales. “Nuestro énfasis por ahora es en los temas sociales, para ayudar a mitigar el impacto social (del ajuste)”, dijo.

“La idea es aumentar las transferencias sociales y su efectividad” agregó y planteó que el financiamiento actual para la Argentina es de u$s 8000 millones de dólares, de los cuales la mitad está para desembolsar. “Vamos a ver si podemos hacer un poquito más en el ámbito social, sobre todo en niñez e infancia”, señaló Fay. “Estamos muy preocupados por la situación de la inflación y la primera infancia, la pobreza en la población infantil”, explicó.

Esta preocupación es notable viniendo de los organismos multilaterales de crédito, habitualmente ogros del déficit de las cuentas generalmente atribuido a fines sociales.

Tan relevante como esta preocupación fue la de los empresarios, encabezados por el titular de PAE, Alejandro Bulgheroni, acerca de la imposibilidad del avance de leyes necesarias por la traba política del Congreso a las iniciativas oficiales.

Lo recordó con fuerza Javier Milei en su discurso de cierre de 55 minutos en penumbras. Dijo que, si no le aprueban las leyes, después de las elecciones de medio término, con nuevas distribuciones parlamentarias, se ocupará de lograr unas 3000 medidas.

José Luis Manzano envió sendos mensajes a los legisladores y al Gobierno: las leyes con reformas (ley de Hidrocarburos, de Inversiones) son drivers necesarios para el progreso, e instó a trabajar para que el Congreso permita el crecimiento de la economía argentina.

Sin embargo, el tema de la semana, y de las que vienen por delante, es el del cepo. 

El Cronista

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