La Secretaría de Energía mantendrá congelados durante junio los precios del gas y la electricidad que pagan las empresas distribuidoras. En las boletas de los usuarios, sin embargo, puede haber aumentos por la quita de subsidios, aunque serán menores que los que habría si no se congelaba el componente tarifario. Economía pidió retrasarlos para que no impacten en la tasa de inflación.
Como hizo en mayo para limitar el impacto sobre la inflación, el Gobierno volverá a cambiar en junio el esquema de aumentos de las tarifas previsto originalmente por la regulación. En esta ocasión, habría una pequeña suba para todos los usuarios a nivel nacional, que se sentirá más fuerte en los hogares de clase media y los que están en situación de pobreza.
En principio, se mantendrá el congelamiento de las tarifas reguladas que reciben las distribuidoras y transportistas de luz y gas, entre ellas Edenor, Edesur, Metrogas, Camuzzi, Naturgy, Transener, Transportadora de Gas del Norte (TGN) y Transportadora de Gas del Sur (TGS). Así se lo ordenó el ministro de Economía, Luis Caputo, al secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo.
Sin embargo, los usuarios igualmente podrán ver incrementos en sus facturas finales por los consumos que tengan a partir del mes que viene, y que deberán empezar a pagar en agosto (ya que la lectura del medidor es bimestral). Es que el Estado quiere continuar con la reducción de los subsidios energéticos, en el orden de u$s 2.750 a 3.000 millones o el equivalente al 0,5% del Producto Interno Bruto (PIB), según consta en los reportes técnicos de la última revisión del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Fuente: Clarín/Petroquímica