La pasión de los argentinos por el dólar sigue marcando el ritmo de la plaza cambiaria. Aunque el ministro de Economía, Luis Caputo, pronostica una y otra vez que el peso se apreciará, la divisa estadounidense hace oídos sordos y cierra la semana marcando un nuevo récord nominal. El blue operó a $ 1500 en la punta vendedora, mientras que los financieros se ubicaron entre $ 1416 y $ 1428.
La cotización informal se acercó demasiado al dólar turista, que cotiza a $ 1504, lo que presionará aún más a las reservas del Banco Central, que en junio registraron un saldo neto vendedor.
Esa cercanía incentiva a que los argentinos que viajan al exterior dejen de utilizar billetes blue y tarjeteen, gastando dólares de las arcas del Central, en momentos en que el mercado le cuenta las costillas a Santiago Bausili. Mientras Federico Sturzenegger anuncia la política aerocomercial de Cielos Abiertos, el dólar es el primero en carretear, impulsado por argentinos que copan las sedes de la Copa América y recorren las principales capitales europeas.
Según las últimas cifras oficiales, la cuenta Servicios del Balance Cambiario registró un déficit de u$s 388 millones en mayo, explicado principalmente por los egresos netos en concepto de “Viajes, pasajes y otros pagos con tarjeta” por u$s 547 millones.
A pesar de que los egresos fueron un 10% menores a los de un año atrás, mostraron subas significativas respecto a los meses previos, cuando los saldos deficitarios de la cuenta de servicios habían sido menos de la mitad, siendo de -u$s183 millones en abril y – u$s158 millones en marzo.
Si el Gobierno no logra que el blue baje, el turista tendría que subir, para que el incentivo a gastarlo sea menor. Pero para que suba el dólar tarjeta, es necesario que aumente la cotización del dólar oficial, que el Gobierno desliza al trotecito del 2% mensual para sostener el programa anti inflacionario.
Caputo se enfrenta a un dilema de difícil solución. El dólar Cielos Abiertos amenaza con complicar aún más un escenario cambiario frágil y volátil.
El Cronista