Grave: Macri modificó un decreto de Menem y va a gastar dólares en basura peligrosa del extranjero sin controlarla

En lugar de destinar recursos para el reciclado de desechos propios, el Presidente cambió una normativa de los 90 para hacerla aún peor de lo que era: antes habilitaba a la importación de residuos de otros países pero con estrictos controles públicos de que fueran inocuos, pero el Gobierno decidió gastar esos dólares en comprar la basura del extranjero sin ningún tipo de control. 

Juntos por el Cambio parece empecinado en demostrar que la promesa electoral de 2015 que proponía “dejar lo que está bien y cambiar lo que está mal” era una mentira grave al extremo. Es que no sólo quitó o empeoró lo que estaba bien, sino que aquellas cosas que estaban mal las convirtió en medidas o situaciones aún peores: es que la semana pasada, Mauricio Macri modificó un decreto de Carlos Menem para habilitar la importación de basura peligrosa del extranjero sin ningún tipo de control y dejar al país al borde transformarse un basural de residuos dañinos proveniente de otros países.

En lugar de destinar recursos para el reciclado de desechos propios y mientras los recicladores locales y los cartoneros se ven afectados por la caída del precio de elementos como el cartón y el plástico, ante la mayor demanda, el Presidente decide quitar los controles estatales a la basura del extranjero en la que gasta dólares de los argentinos.

El decreto original lo había firmado Menem en 1992 luego de un escándalo por la llegada de residuos nucleares al país. Macri modificó esa normativa la semana pasada, aunque consiguió que la determinación pasara desapercibida, tal como consignó Infocielo.

El cambio que el líder PRO imprimió a la vieja orden Nº 181/1992, que por entonces habilitaba a la importación de basura de otros países y que generó un escándalo por la aparición de residuos nucleares en el gobierno de Menem, pasó tan solo por un artículo: según trabajadores de la Economía Popular y ambientalistas, la modificación “flexibiliza el debido control ecológico”, librando a la Argentina a transformarse en un país receptor de basura peligrosa como la nuclear, proveniente de Europa y otras regiones.

Mientras el Gobierno no destina los suficientes fondos para reciclar la basura que se genera en su propio país, Macri gastará millones de dólares para pagar lo que otras naciones descartan. A contramano de esta decisión, países como China y parte de la Unión Europea prohíben el ingreso de residuos de este tipo a sus países.

Los primeros en denunciar este nuevo decreto fueron los Cartoneros y Recicladores urbanos que a las claras, hoy se constituyen como de los principales recolectores de cartones, plásticos y otros elementos que terminan descartados de la basura, para ser reciclados.

Según la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores (FACCyR), en nuestro país se generan 40.000 toneladas de basura por mes y el 40% podría ser reciclado. “De esta cantidad solo se recicla la mitad gracias al trabajo cotidiano de los cartoneros (150.000 en todo el país)”, explican.

“Antes se tenía que demostrar que lo que llegaba eran residuos inocuos y se tramitaba en la Secretaría de Ambiente un permiso específico para cada importación. Ahora simplemente se puede importar sin esa necesidad. Esto es muy peligroso para los recicladores de la Argentina”, describió a Infocielo, Alejandro Valiente, miembro del equipo técnico de la FACCyR.

A través de un comunicado, agregaron: “En lugar de potenciar la recolección y reciclado de los residuos que tiramos los argentinos, se facilita la importación de los residuos de los europeos. Esto perjudica a los cartoneros que trabajamos de esa recolección y de la venta de ese material. Y en el medio de una crisis social y económica, significa que nos llevan al hambre”.

Los especialistas explican que en los primeros meses del 2019 se importó más cartón para reciclar que todo en 2018 y este fenómeno se dio sin el aval del nuevo decreto. Por lo que la situación para el mercado del cartón y otros elementos reciclables podría complicarse aún más.  

(De Política Argentina)


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