CHAU MONDINO, HOLA WERTHEIN: ¿SE AMPLÍA LA MESA DE PODER DE MILEI?

La economista, que sobrevivía por inercia y ego en la Cancillería, fue eyectada por un voto -insólito en la lógica libertaria- en la ONU. Su reemplazante, un canciller en las sombras, asume un cargo que rehusaba. La teoría de la trampa y la caza de brujas como método.

Gerardo Werthein no pudo negarse al pedido de Javier Milei para asumir como ministro de Relaciones Exteriores en lugar de Diana Mondino. Hace meses, el empresario y actual embajador argentino en Washington, opera como un canciller en las sombras. Viaja, muy seguido, a Buenos Aires y se encierra durante horas con el presidente a analizar y discutir, a trazar escenarios sobre política exterior.

El vínculo de confianza con Milei y su involucramiento en las cuestiones de relaciones exteriores convirtieron a Werthein en el candidato obvio para reemplazar a Mondino. En la práctica, la economista estaba fuera de juego hacía tiempo, pero resistía en el cargo por ego e inercia. En retrospectiva, las estadías de Werthein en Argentina y las largas charlas con Milei sobre geopolítica, fueron casi una trampa: cuando el presidente lo llamó para que ocupara la vacante forzada de Mondino, no pudo decir que no.

El empresario acaba de comprar una vivienda cara en Washington. Esa operación demuestra que su plan era quedarse en Estados Unidos. Pero un llamado de Milei cambió todo. En verdad, un error de Mondino aceleró un proceso que Werthein gambetea hace tiempo, pero que, con delay, terminó de coronar este jueves. Ahora se abre otra vacante: la embajada en DC. ¿Puede ser Demian Reidel, un embajador sin cartera que Milei suele subir a sus giras por el mundo? Es verosímil pensar que, al aceptar mudarse a Buenos Aires, Werthein pidió además seguir teniendo el control de la plaza en Washington.

El fenómeno barrial

El voto contra el bloqueo a Cuba fue, durante décadas, la postura diplomática de Argentina. Se sostuvo en una lógica de reciprocidad: Cuba siempre respaldó la causa Malvinas en el comité de Descolonización de la ONU. Fue uno de los argumentos que invocó Mondino cuando Santiago Caputo le preguntó sobre la votación. El asesor premium la tanteó de un modo curioso: le reenvió un tuit.

El tuit que circuló en el gobierno fue un post que publicó el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, en el que celebró la votación en la ONU: 187 votos a favor de levantar el bloqueo, 2 en contra y una abstención, apuntó con una placa. La línea de Cancillería sostuvo, según una versión de la eyección de Mondino que recogió Cenital, esta postura y la canciller se guió por esa indicación. ¿No hubo consulta con Casa Rosada? Cerca de Mondino dicen que sí: que consultó al “triángulo de hierro” y le dieron el OK.

La consulta de Caputo a Mondino demuestra que al menos un vértice del triángulo de hierro no estaba al tanto de esa determinación. La canciller sumó, en su defensa, otro motivo: una cuestión conceptual vinculada con el libre comercio.

Vale detenerse en otro dato. El eje de poder que conforman Milei, su hermana Karina y Caputo aparece desbalanceado, o un poco huérfano, en materia de geopolítica. Ese rol construyó Werthein en su vínculo con el presidente. A tal punto que en algunas ocasiones, como el G20 en Roma, Milei usó el cupo que le correspondía a la canciller para el embajador en Washington. Reidel, del equipo de asesores económicos del presidente, es otra figura que interviene en ese asunto.

La secuencia que marcó la salida de Mondino es bastante simple. En la votación en la Asamblea de Naciones Unidas solo dos países se opusieron a que se levante el bloqueo a Cuba: Estados Unidos e Israel. Si la canciller se hubiese detenido un minuto a analizar esa postal, salvo que no hubiera estado al tanto del contexto, pudo entender sin ningún esfuerzo que, en la lógica de Milei, no tenía que dudar en qué club quería estar la Casa Rosada. El presidente, se relata, enfureció cuando supo lo ocurrido y no dudó en echar a Mondino.

El mensaje de Presidencia sobre la salida de la canciller agrega, en su último párrafo, una idea áspera: la presunción de que debe depurar la Cancillería de funcionarios que sostienen posiciones históricas. “El Poder Ejecutivo iniciará una auditoría del personal de carrera de la Cancillería, con el objetivo de identificar impulsores de agendas enemigas de la libertad”, cierra el texto oficial que anunció la salida de Mondino y la designación de Werthein.

No es una jugada aislada. Milei envió, hace días, una nota a los diplomáticos –entre ellos Mondino– para indicarles que debían alinearse con las posiciones de la Casa Rosada. La economista debió interpretar el contenido y el formato: la nota la incluía a ella como una destinataria del mensaje no como una intermediaria para hacerlo llegar a los diplomáticos de carrera.

Con ese antecedente, Werthein llega a la Cancillería con la convicción de que hay una sola política exterior argentina y es la que define el presidente. Traducción: no importan las posturas anteriores ni los acuerdos preexistentes, la geopolítica de Milei es precisa, con alineamientos específicos en las relaciones políticas internacionales y eso lo define la Casa Rosada, no la línea de la Cancillería. En el mundo diplomático hablan del inicio de una caza de brujas.

Cenital