El libertario no sale indemne del episodio Ficha Limpia, que le sirvió a Macri de excusa para volver con el planteo de armar listas del PRO. Pases de factura en el peronismo por la negociación con el Gobierno. El dilema de Lijo y la coreografía política de Santiago Caputo.
Javier Milei sintió el golpe y reaccionó, mensajeó a la diputada Silvina Lospennato y le prometió, sin precisiones sobre qué o cuándo, impulsar un proyecto de Ficha Limpia, otro. El ruido en las redes –tester personal a través del cual el presidente palpa el humor social– sobre el fracaso de la sesión tras el faltazo de diputados libertarios, le activó el instinto de que podía resultar herido y que debía desactivar la polémica.
Eligió un camino corto, con el objetivo primario de neutralizar la voz acusatoria de Lospennato. Pero dañó su puente con Mauricio Macri, que antes de viajar a Emiratos Árabes esperó, en vano, un contacto directo con el presidente. Hace meses no se ven cara a cara. La última cumbre programada entre ambos se suspendió cuando Milei viajó a Mar-a-Lago, en Estados Unidos, para ver a Donald Trump. Hace tiempo que el diálogo se reduce a chats y esporádicas charlas por teléfono.
Macri habló de protección de corruptos, un misil teledirigido a los Milei, y supervisó el duro comunicado del PRO que disparó una respuesta, igual de dura, validada por Karina Milei, de La Libertad Avanza (LLA). “Los dos comunicados están escritos con desprecio”, describió ante Cenital un macrista que mantiene canales activos con la Casa Rosada. “Crónica de una separación anunciada”, le puso algo de literatura.
Antes de emprender un viaje que lo tendrá quince días fuera del país, el expresidente dejó una indicación: activar el dispositivo del PRO para competir con listas propias en 2025. Milei lamenta que no hayan avanzado las conversaciones sobre un posible acuerdo electoral, mientras que Casa Rosada hace circular que la decisión es competir con el sello La Libertad Avanza y que, subsumido, el PRO podrá incluir algunos candidatos en las listas del oficialismo.
No sería la primera vez. En 2013, Macri metió dos candidatos en la boleta anti K que encabezó Sergio Massa. Uno de ellos fue Cristian Gribaudo, ligado a Daniel Angelici. En LLA proponen ese formato. El jefe del PRO usa el viejo truco de responsabilizar al entorno. Le cae a Caputo Jr, a quien acusa de querer quedarse con los votos y los dirigentes del PRO, pero prescindir de Macri. Aquello de “macrismo sin Macri” que antes Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich –entre otros– intentaron sin éxito.
“Hay temas en los que Javier no sabe o no tiene detalles porque no le importan. Solo se preocupa por la Economía y delega lo demás en Santiago [Caputo]. Ya sabemos que Santiago quiere destruir al PRO”, explica Macri, se supone que en defensa del presidente, respecto a lo que ocurrió con Ficha Limpia. El exmandatario sostiene que Caputo explora un pacto con el peronismo a través de un canal entre el gurú libertario y “Wado” De Pedro.
Un pacto mal planificado
El exministro del Interior del Frente de Todos (FdT), uno de los hombres del mundo CFK con vínculos en la Justicia, niega todo: jura que no participa de ninguna negociación con el Gobierno y habla de una operación interna en su contra agitada por “los que armaron” un pacto que salió mal porque, especifica, se planificó mal. Toda la furia cae sobre Sergio Massa. La guerra con el exministro de Economía que De Pedro explicitó en un tuit ardiente en agosto pasado nunca se recompuso.
Massa, muy activo en sus oficinas de avenida del Libertador, se refugia en una tesis similar. Sostiene que “alguien” le “vendió” a Cristina Kirchner la idea de una negociación macro con Milei, enorme, un abanico que iba de la ampliación de la Corte a acordar jueces y la Procuración, que desde el principio estaba condenada a fracasar. Sin decirlo, Massa le atribuye ese plan –hasta acá fallido– a De Pedro.
La firma de Lucía Corpacci al dictamen de Ariel Lijo –justificada con el argumento de que otros podrían ser peores–, que lo dejó apto para bajar al recinto, alimentó esa lectura: los últimos tres firmantes del expediente tienen terminales muy fluidas en De Pedro: el sanjuanino Sergio Uñac, el santiagueña José Neder –que armó el acto de CFK en esa provincia- y ahora Corpacci. Dato anexo: Uñac y Corpacci sonaron, antes de que irrumpiera Cristina, como posibles candidatos a la jefatura del PJ nacional, sugeridos desde el mundo K, para bloquear a Ricardo Quintela.
Nada sale mal hasta que fracasa podrán decir, a coro, Massa y Wado sobre el supuesto pacto Milei-CFK que denuncia, con mucha intensidad, Macri. La especulación se maximizó con la contribución de LLA al fracaso de Ficha Limpia. Horas antes de la fallida sesión, Karina Milei fue al Congreso y se mostró en el palco con Sharif Menem, primo de Martín, y elegido de la hermanísima para encabezar la juventud libertaria. Los Milei juegan al extremo con esos detalles: el cruzado anticasta anuló un decreto de Macri para que su hermana sea funcionaria y delega en tres Menem oficios esenciales de la gestión política.
Lo que disputan Karina y Santiago
Fue curiosa la presencia de Karina en el palco de Diputados, en una sesión –por Ludopatía– que LLA perdió. “Vino a ordenar el bloque”, dijo un legislador que vinculó la aparición, algo fantasmal de la hermanísima, con las ausencias coordinadas de varios diputados libertarios en Ficha Limpia. Todo sigiloso. A tal punto que el jueves, media hora antes de la sesión, en el bloque de UxP Leopoldo Moreau lamentaba en voz alta que estaban los votos para tratar, y aprobar, Ficha Limpia. “Ayer ganamos [con la aprobación de ley sobre Ludopatía] pero hoy nos cagan…”, rezongó.
El palco de Karina con los Menem –estaba, además, “Lule”, que proyecta candidatos de LLA en las provincias– fue la segunda foto de la hermanísima con Sharif, luego de un acto en Córdoba que desde el partido se relató como un mensaje de Karina sobre dónde está la pureza mileista. Si eso fue contra Las Fuerzas de Cielo, Santiago Caputo hizo un despliegue de macho alfa al asistir al streaming del Gordo Dan.
Caputo no participa de actos y sus apariciones son escasas aunque posó, esta semana, en una foto que Milei presentó como el gabinete, abrazado a Mario Lugones, padre de su amigo y socio Rodrigo Lugones. Su presencia en el streaming libertario fue una acción política para decir esto es mío y, a la vez, transmitir que lo que allí se dice es lo que yo quiero que digan. Casi un ventrílocuo. Unas horas antes, el Gordo Dan defendió la no aprobación de Ficha Limpia.
El Triángulo de Hierro, donde habitan Caputo y Karina, está sólido más allá de las tensiones sobre los posicionamientos por las listas del 2025. Quizá sea más incómodo, hacia adentro del Gobierno, la dinámica que se atribuye al asesor referida al armado de mesas sectoriales, en las que no es fácil ganarse un lugar para participar. Al entorno de Patricia Bullrich, alguien fue a consultar qué había que hacer para participar de la mesa de agencias de seguridad que consiguen, luego, contratos con el Estado. Bullrich jugó en Ficha Limpia: Nuñez y Chumpitaz, dos diputados del PRO que faltaron a la sesión, son señalados como patricistas.
El voto republicano
Las Fuerzas del Cielo ponen, en público, referencias que Caputo hace en privado como la que le atribuye interés de Macri por intervenir en rubros puntuales del Estado. El expresidente contó hace poco que le había acercado al Gobierno un plan sobre la Hidrovía. La respuesta de las FdC fue a través de X: “Mauricio, por décima vez. No te vamos a dar la Hidrovía”. Al expresidente no le resulta indiferente: “hay que ver qué pasa con los mercados si Mauricio habla”, amenaza mientras avisa que no es una amenaza.
En el PRO y en el peronismo atribuyen las osadías del presidente al buen momento político, sostenido, sobre todo, por la baja de la inflación y por el clima celebratorio en los mercados. El último informe de la Di Tella sobre Confianza en el Gobierno permite, según un comparativo que hace el consultor Roque Cantoia, verificar el momento de Milei en relación con el de los demás presidentes. Al margen de la polémica con el indicador que mide Poliarquía, ubica al libertario en niveles casi idénticos a los que tuvo en su momento Néstor Kirchner. Hay una similitud entre ambos: Kirchner asumió con menos de 23% de los votos y con el fantasma de ser el “Chirolita de Duhalde; Milei juró sin gobernadores ni peso legislativo. A su modo, ambos fueron un poco outsider.
Para ser tan silencioso, Caputo tiene muchos canales para mandar mensajes. Lo que no hace decir al Gordo Dan, lo hace circula a través de cuentas que se le atribuyen pero que son muy exactas respecto a lo que luego transmite en privado. Luego de que José Mayans le entregue una nota a Guillermo Francos en la que trasmitió que 33 senadores rechazarán el pliego de cualquier supremo que sea puesto por decreto, @mileiemperador posteó: “Alguien que le avise al gordo Mayans que si se hace el guapo de nuevo completamos todas las vacantes de la Justicia Federal en comisión. Incluido Procurador, Defensor General y Defensor del Pueblo”.
El planteo encaja con una mensaje que circuló la Corte Suprema respecto a la posición que el tribunal tuvo cuando Macri designó, en comisión y ad referéndum del Senado, a Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz. Fue la respuesta ante las consultas sobre si la Corte le tomaría juramento a integrantes designados por decreto. El subtexto cortesano es que Cristina, vía el PJ, le avisó a Milei dos cosas: que Manuel García Mansilla no será miembro de la Corte con el voto del peronismo –algo que sí puede ocurrir con Lijo–, y que el peronismo puede conseguir los votos para voltear, el 2 de marzo, a cortesanos puestos por decreto. El plot twist sería que el peronismo y el PRO de Mauricio Macri voten en la misma línea.
Caputo, que le llevó a Milei el plan que armó Ricardo Lorenzetti, y luego le propuso la butaca a García Mansilla, tiene razones para inquietarse con esas presiones cruzadas. “Manuel sabe que no va a ir a la Corte con el voto del Senado, por eso es quien aporta la teoría sobre la designación por decreto”, dice un operador judicial que conoce el pensamiento íntimo del máximo tribunal y presume casi como un hecho que Milei nombrará a sus candidatos por decreto.
“Todo se puede hacer menos evitar las consecuencias”, fisolofa ante Cenital. Construye un escenario cruzado por inquietudes: la feria dura todo enero y en marzo vuelve el Senado con la amenaza de “voltear” a los supremos. ¿Vale la pena nombrar cortesanos que pueden durar apenas un mes? “Todo lo que firmen los jueces por decreto, sin aval del Senado, puede ser objetado: cualquier empresa que esté disconforme, pone en duda el fallo. ¿Es una buena señal para los mercados?”, plantea.
Lijo está atrapado en otra encrucijada. Manda a decir que no aceptaría ser nombrado por decreto, actitud que sería usada en la Casa Rosada para confirmar que Lijo es de Lijo, no de Milei. “Ariel tiene otro problema: él necesita que el decreto salga con el artículo 2 que pide el respaldo del Senado, mientras García Mansilla quiere un decreto de un solo artículo. Porque los votos para Ariel, están… para García Mansilla no”, completa.
Cenital