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LLA POST CIERRE: PROFETAS DEL FUTURO, CAPITANES DE LA INTRIGA Y LAS RED FLAGS PARA LA CAMPAÑA

Con las turbinas que empujan el plan económico quemando el combustible de reserva y con la política interna con la presión al máximo, Javier Milei movió fichas para volver a pararse en el lugar en el que más cómodo se siente: el de profeta del futuro más que el de narrador del presente. Eligió, esta vez, hacerlo a través de dos de sus habituales ventrílocuos. Luis Majul escribió, en un posteo en X, que el Presidente ya “trabaja para el día después de la victoria electoral”. Alejandro Fantino desde su canal, Neura, dijo que Milei plantea su gobierno en dos tramos: uno, de resistencia, de acá a octubre; el otro, de iniciativa, de diciembre hasta el fin de su mandato. La estrategia, evidente, es alimentar la expectativa para correr de los flashes a los días más turbulentos de la gestión libertaria. En la Casa Rosada no esperan que la foto mejore de acá a octubre. Les alcanza, dicen, con que no empeore.

Majul dice otra cosa en su posteo: “Milei avisa: se está configurando un nuevo ´triángulo de hierro´ en la cúspide del poder”. La hipótesis sería el ingreso de Guillermo Francos a la mesa chica que hoy integran el presidente, su hermana Karina y Santiago Caputo. ¿Pasará de un triángulo a un cuadrado? ¿O Milei se dedicará enteramente a la batalla cultural y una campaña larga para su reelección, delegando la política en su hermana, la gestión en el asesor monotributista y un empoderado jefe de Gabinete y la economía en Luis “Toto” Caputo? Por ahora, trascendidos y especulaciones.

Hay más trascendidos y especulaciones. Que el salto de Francos se daría con su salida de la Jefatura de Gabinete -¿reemplazado por Manuel Adorni, para hacerlo zafar de la Legislatura porteña?- y que la renovación del equipo de gobierno tendría un lugar reservado para Diego Santilli, quien previamente debería aceptar ir tercero en la lista de diputados nacionales de La Libertad Avanza (LLA) en la provincia de Buenos Aires, porque la cabeza está reservada para José Luis Espert. 

Igualmente, el lugar en el gabinete para el “Colorado” no estaría a la altura de sus expectativas. Fuentes libertarias lo descartan como sucesor de Patricia Bullrich, si la ministra de Seguridad se convierte en senadora. Y nadie tiene claro por qué los Menem le regalarían a Santilli el vínculo con las provincias, con la creación de un cargo con funciones asimilables a las del viejo Ministerio del Interior, un rumor que alimentaron algunas usinas, libertarios y macristas, en las últimas horas. Con la obsesión que tienen Lule y Martín Menem por quedarse con el manejo político y territorial del Gobierno, sería raro semejante premio para un Santilli que viene pidiendo cobijo en LLA casi desde el inicio de la gestión. Otra vez, trascendidos y especulaciones.

Los capitanes de la intriga.

Este miércoles, Karina Milei usó su cuenta de X. “La lealtad no es una opción: es una condición. Quien cuestione a quienes llevan esa bandera no está criticando un armado; está cuestionando al Presidente mismo”, escribió. Una lectura superficial podría identificar a Caputo y sus hombres como los destinatarios. Otra, con un nivel más de profundidad, es que los cuestionamientos al armado, incluso desde medios amigables con el Gobierno, pegaron. Y que, para atenuarlos, hicieron jugar a la reina. En esta hipótesis, el posteo de la secretaria general de la Presidencia sería una prueba de que esa bala penetró.

En el mismo tuit, la hermana presidencial dijo que las listas de LLA en la PBA son “una expresión clara de quiénes están dispuestos a dar la pelea. No por un cargo, sino por una causa”. Esto sí es más raro, ya que alcanza con un rastrillaje livianito sobre los antecedentes de buena parte de los candidatos libertarios para las elecciones bonaerenses para detectar más bien lo contrario: está lleno de personajes que desde hace años vienen luchando lisa y llanamente por un cargo. La gran mayoría, con escaso éxito.

Esa lealtad que menciona Karina es justamente la que el “caputismo” -si tal cosa existe- pone en tela de juicio entre los elegidos por Pareja para llenar las listas libertarias. Como se contó en Corta, la duda de los referentes de Las Fuerzas del Cielo es si las personas que van a ocupar una banca en nombre de Milei van a responder a las órdenes de Milei o a las de Pareja, en caso de que en algún momento no sean las mismas. “Si entran todos los que creemos, la próxima Legislatura tendrá dos grandes espacios: el peronismo y el ´parejismo´”, advirtió una fuente libertaria.

Caputo no se metió directamente en el cierre de listas, pero sí les dio luz verde a Agustín Romo y Daniel Parisini, vulgarmente conocido como el Gordo Dan, para ir a pedir lugares. Le llevaron a Milei una nómina, con una veintena de nombres. Milei ni la miró. Los mandó a hablar con Karina. El resultado es el conocido.

¿Cómo llega?

Al medir la evaluación del Gobierno y la imagen de Milei, los principales encuestadores coinciden en, punto más o punto menos, un escenario de fifty-fifty entre positiva y negativa. O entre respaldo y rechazo. También coinciden en la estabilidad de esos números, aunque con una leve tendencia a la baja. Si algo ha mostrado hasta acá el Presidente es tener un resistente chaleco antibalas. Y que, de las pocas que le entraron -Davos, $Libra-, ha logrado recuperarse. Shila Vilker, de la consultora TresPuntoZero, habla de la “elasticidad” del apoyo a Milei. Pero también habla de lo “blando” de ese apoyo. Es decir: un piso alto, pero inestable, con vaivenes. Como si estuviera parado sobre una cama de agua.

Esa blandura la refleja bien el último trabajo de Opina Argentina. La consultora de Facundo Nejamkis muestra en su último trabajo que el apoyo al Gobierno perdió diez puntos en un año -pasó del 47% al 38%-, pero esos puntos aún no se convirtieron en opositores. La política se mide por demanda, pero también por oferta. Y aún no apareció en el espectro político una oferta política alternativa que captura esa demanda insatisfecha que, cuando se aleja del oficialismo, no tiene a dónde ir.

Dos red flags para las elecciones.

Otro trabajo de Opina Argentina revela cómo se desplomó la inflación entre las principales preocupaciones de las personas encuestadas. Era la principal preocupación para el 57%, en diciembre de 2023; ahora lo es para apenas el 9%. Management & Fit, de Mariel Fornoni, tiene la misma foto: la inflación cayó como principal preocupación del 52% a inicios del mandato de Milei a cerca del 18% en la actualidad.

Ahora, ¿qué alertas ocuparon ese espacio? Principalmente, dos cosas. Una, de carácter social: el empleo. Para la firma de Nejamkis, la preocupación por el trabajo se duplicó en la gestión de Milei, pasando del 13% al 28%. Este es un dato que debería prender algunas luces en el tablero del Gobierno. Dice Management & Fit: “El nivel de aprobación a Milei asciende en el segmento de trabajadores asalariados en el sector privado, trabajadores por cuenta propia. Mientras que, la desaprobación se destaca en aumento entre trabajadores del sector público y desocupados”. Un buen informe para que lea Federico Sturzenegger antes de salir a festejar como un gol los más de 50 mil despidos en el Estado.

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La segunda alerta tiene que ver con la corrupción. Contextualizado por la condena a Cristina Fernández de Kirchner, sí, pero también por casos como Libra, las valijas que ingresaron por Aeroparque sin ser controladas y en manos de una joven operadora cercana al Gobierno, o los contratos de empresas vinculadas a la familia Menem con el Estado.

El informe de Management & Fit sostiene que “la corrupción aumenta, pasando del tercer al primer puesto este mes”. Es decir, en julio. Si esa bala rompe el cerco libertario, Milei podría perder un diferencial crucial en su obsesión por mostrarse distinto a lo que él define como casta.

La guerra de los anti.

Un dato interesante surge de la última encuesta de Zuban-Córdoba. Entre mayo de 2024 y julio de 2025, las personas que se definían como “antikirchneristas” bajaron de un 53% a un 45%, todavía en márgenes altísimos. En cambio, lo que perdió charm fue la identificación con Milei. A mediados del año pasado, un 42% se definía como “mileista”. Ahora, esa etiqueta se la cuelga el 28% de los encuestados. 

Lo que sí creció, aunque no demasiado, es el antimileismo: que pasó del 49% al 53% en un año. Hoy, es más alto que el antikirchnerismo.

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Corta

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