domingo, septiembre 21, 2025
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LA FRAGILIDAD DEL ESQUEMA DE ALIANZAS DE LLA SE TRASLADA AL ARMADO

El PRO y los partidos provinciales que tienen gestión recibieron el mensaje del 7 de septiembre. Macri mantiene silencio, sigue portándose como “dueño” y tensa a su fuerza.

El gobierno sigue atrapado en la mala gestión de la crisis originada después del 7 de septiembre. En las últimas dos semanas aumentó el impacto de la derrota que sufrieron libertarios y macristas en las elecciones bonaerenses. A la paliza vivida en el mayor distrito electoral, se sumó el fallido estreno de Lisandro Catalán como ministro del Interior y el fracaso del intento para reanimar la negociación con los gobernadores. La fragilidad se profundizó en el Congreso en sólo 48 horas. El miércoles, con el rechazo de la Cámara de Diputados a los vetos contra la ley de financiamiento universitario y emergencia pediátrica. El jueves, con el Senado hiriendo gravemente la vigencia del veto a la ley que redistribuye los Aportes del Tesoro Nacional. Para que caigan los tres vetos falta que se cierre el círculo en la cámara siguiente, una pulseada que se meterá de lleno en la previa final para las elecciones nacionales del 26 de octubre.

El problema ya no es el cruce de los cables pelados de la agenda electoral con una dinámica parlamentaria dominada por la oposición, que le quitó el control del Congreso al oficialismo. El nuevo inconveniente es que la cantidad de derrotas legislativas aumenta las dudas sobre la gobernabilidad del presidente Javier Milei frente a la segunda mitad de su mandato. Ahí radica el mayor interrogante de los aliados del gobierno: un grupo dividido entre aquellos que le están perdiendo la fe a Milei, pero van a seguir apoyándolo por un tiempo más, y los que ya le quitaron el cuerpo al gobierno, pero podrían volver a dárselo si Milei baja un cambio y deja de abrir frentes innecesarios de conflicto. En el primer pelotón están una parte del radicalismo y el PRO, que afronta una agudización de su estado asambleario después de la derrota del 7S. En el segundo están los partidos provinciales que tienen gestión, como misioneros, rionegrinos y salteños; el sector más dócil del peronismo; un sector del radicalismo, liderado por el gobernador mendocino Alfredo Cornejo y una porción de los integrantes del bloque Encuentro Federal, que resulta determinante para la mayoría opositora que le marca la cancha al oficialismo en la Cámara de Diputados.

Las fragilidades que hacen crujir el esquema de alianzas de los libertarios ahora comenzaron a derramarse en el armado electoral y en la reconducción de la campaña, con volantazos de último momento. Así lo ven dentro del PRO, donde no terminan de reordenarse después de la derrota en provincia de Buenos Aires y el llamativo silencio del expresidente Mauricio Macri, que parece jugado a correrse de la escena. Fue el último garante para que su partido amarillo fuera subsumido dentro de La Libertad Avanza en la pelea bonaerense. Ambos aliados perdieron, pero los costos para el macrismo todavía no han sido inventariados por completo, porque resta saber si podrán remontar en Buenos Aires la derrota de septiembre en las nacionales del 26 de octubre. Todo parece indicar lo contrario y quizás por eso el expresidente calla, porque si se profundizan los peores pronósticos deberá revisar su rol al frente del partido que fundó y que ahora afronta la peor crisis de su existencia. Otros sostienen que está tomando tiempo para diferenciarse y finalmente quitarle el apoyo que le brindó a los hermanos Milei desde 2023. Siempre tuvo la expectativa de incidir en la marcha del gobierno libertario. Quizás ahora no le convenga y tampoco le interese. El problema es que en su propio partido sus dirigentes creen que ya es demasiado tarde para que pueda pegar un volantazo que lo redima de la deriva política personal que finalmente le trasladó a su partido. «Sigue comportándose como un dueño», lamentó un escudero que es testigo del silencio que eligió el magnate.

El bloque del PRO en la Cámara Baja, que conduce Cristian Ritondo, buscó llenar parte del silencio que le dedican al Gobierno en esta etapa post derrota bonaerense. El espacio respaldó el proyecto de Presupuesto 2026 que envió Milei, luego de la cadena nacional que ofreció el lunes. Dos días después las debilidades del bloque amarillo quedaron al desnudo. No sólo tuvo nueve voluntades que votaron contra los vetos presidenciales. La diferencia no sólo fue numérica, sino que fue expresada por Ritondo cuando retó a Silvia Lospennato por votar contra el gobierno en vez de pararse e irse. Detrás de esa pelea se esconde la fractura del bloque macrista, en un momento donde el bloque libertario se divide y emerge un espacio de cuatro escaños, llamado Coherencia, que refleja la agudización de las peleas en el espacio libertario. Semejantes flaquezas en Diputados anticipan que el cable de alta tensión que sale del Congreso se va a cruzar una y otra vez con la campaña. Dentro del bloque libertario reconocen que no es lo peor que puede pasar. «Más grave es que tengamos problemas de gobernabilidad, nos echen la culpa a nosotros y en el medio la economía se complique todavía más, con Milei cada vez con menos reflejos», se quejó un legislador de LLA que no se fue del espacio. Cada componente de esta crisis, dicen en el oficialismo, explica por qué al gobierno le faltaron entre 20 y 27 votos para blindar los últimos vetos esta semana. La cuestión va más allá de la ruptura de puentes con los gobernadores de todo pelaje y el precio que tenga que pagar la Rosada para evitar que la controversia sea aún peor.

Se refieren a la otra cuenta regresiva de Balcarce 50. En el Gobierno ya no cuentan solamente los días. También contabilizan las ruedas cambiarias que faltan hasta el 26 de octubre. La paridad del dólar superó el techo de la banda cambiaria que había planteado Milei y le impone una turbulencia que atenta con el principal producto de su agenda positiva: el control de la inflación. Ahora es otra variable de riesgo. Se suma al escenario que se avecina en las calles con las próximas pulseadas legislativas por el presupuesto universitario y la emergencia pediátrica. La marca ya quedó planteada este miércoles, con masivas movilizaciones en todo el país, que llevaron a la calle un reclamo que parecía en letargo. Ahora se disparó y se agrega a la serie de obstáculos que se cruzan para el Gobierno antes del 26 de octubre.

Milei viajó a Córdoba este viernes para acompañar a sus candidatos. Demostró que buscará liderar el antiperonismo en esa provincia, pero con una apuesta a polarizar en medio de una pérdida creciente de exaliados, como el cordobesismo que administra la provincia. Esta semana el presidente estará concentrado en su agenda internacional, pero con el foco puesto en la reunión que tendrá con el presidente norteamericano Donald Trump. Quizas por eso el presidente acusa a la oposición de golpismo y se aferra a la foto del Congreso. La victimización política le permitiría poner en segundo plano sus errores. También sumaría un poroto para demostrar que necesita ayuda para afrontar la turbulencia en los mercados y conseguir un guiño para no aumentar su fragilidad antes de las elecciones del 26 de octubre. Por eso además están intrigados dentro del partido amarillo. Les preocupa la improvisación, la falta de reflejos y, ahora, la notable dependencia del inquilino republicano de la Casa Blanca.

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