DEFINE ECONOMÍA LA ESTRATEGIA PARA NEGOCIAR CON EL FMI

Buscarán no apurar las definiciones. Y la apuesta será por el crecimiento.

Una vez finalizado el proceso de reestructuración de la deuda en moneda extranjera tanto bajo legislación extranjera como local, el ministro de Economía, Martín Guzmán, deberá sentarse de nuevo a la mesa de negociaciones con un organismo que, durante todos estos meses, fue un aliado: el Fondo Monetario Internacional. Según le dijeron a Ámbito fuentes al tanto del armado de la táctica oficial, el funcionario y su equipo no pedirán nuevos fondos netos al organismo internacional de crédito, sino que buscarán reacomodar los pagos para que la Argentina pueda cancelar su deuda de una manera que no comprometa la sostenibilidad, el corazón de la estrategia financiera del ministro.

“No vamos a pedir nuevos fondos netos. Filosóficamente estamos en contra de pedir más fondos, porque el endeudamiento es parte del problema”, dijeron desde el Gobierno sobre la posibilidad de solicitar una línea de crédito que aumente la exposición que el país ya tiene actualmente al FMI.

La fecha de finalización del canje de la deuda bajo legislación internacional es el 4 de septiembre, día en el que está previsto que se concrete la liquidación de las operaciones con los acreedores que acepten la oferta de la Argentina. Después de esa fecha, el Ministerio de Economía debe definir el proceso de canje de los títulos emitidos bajo legislación nacional, que recibirán el mismo trato que los bonistas extranjeros al equipararle las condiciones y entregarles la misma serie de títulos. Además, en el caso del canje local, los acreedores podrán optar por dos opciones en pesos ajustadas por CER con un vencimiento anterior al resto de los instrumentos en dólares.

Desde la administración nacional aseguran que las negociaciones con el FMI comenzarán “próximamente”, pero no detallan el cronograma concreto. Lo que sí dijo Sergio Chodos, director del Cono Sur ante el FMI, fue que no se puede esperar una negociación rápida con el organismo. “Ese proceso no debería ser rápido. Nada bueno sale si te apurás”, dijo en declaraciones a Radio Rivadavia.

Según cálculos del economista Pablo Bortz, codirector de la Maestría en Desarrollo Económico de la UNSAM, el grueso de vencimientos con el FMI del programa que acordó Mauricio Macri se concentraba entre 2022 y 2023. En ambos años, la Argentina se había comprometido a pagar u$s 42.000 millones. Pero ese programa, contó el ministro Guzmán en la conferencia de prensa que brindó esta semana en el microcine del Palacio de Hacienda, ya no está vigente.

“Es necesario que haya un nuevo programa porque la Argentina no tiene la capacidad de pagarle al FMI en los tiempos establecidos”, aseguró Guzmán. Y, acto seguido, realizó una advertencia sobre cómo abordará la serie de planteos con objetivos fiscales que suele hacer el Fondo: “Vamos a buscar un programa con el FMI basado en premisas más sensatas, vamos a diseñar una política fiscal y una política monetaria para un momento de recesión”. Esto, en el diccionario Guzmán, significa que se opondrán a la imposición de un ajuste fiscal ortodoxo. El argumento del economista es que los ajustes fiscales provocan una mayor contracción de la economía que genera un círculo interminable de recesión y ajuste fiscal. La apuesta, dicen desde el Palacio de Hacienda, es el crecimiento que permita ganar espacio para pagar las obligaciones del país. Resta saber en qué lugar del tablero se ubicará el Palacio de Hacienda en la diagramación de la política destinada a reactivar la economía real. Pero de eso, por ahora, no se habla.

Ambito.com


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