El coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace Argentina escribe para enelSubte sobre la necesidad de conjugar una movilidad sustentable en la que el transporte ferroviario tiene un rol fundamental con el desarrollo de tecnologías amigables con el ambiente. La cuestión de los durmientes de quebracho y sus posibles reemplazos.
Los trenes son claves para avanzar en un sistema de transporte eficiente y de bajo impacto ambiental comparado con el transporte de carga vehicular. En ese sentido, es un buen paso que algunos de los durmientes que están reemplazando en Argentina sean de hormigón y que se estén licitando algunos de sintético reciclado.
Pero mientras tanto, aún se siguen comprando durmientes de quebracho en cantidad. Un ejemplo de esto es la reciente licitación que abrió el Ministerio de Transporte de la Nación, que utilizará 36.000 durmientes de quebracho para el reemplazo de 30 kilómetros de vías, un tramo entre Puerto Tirol y Laguna Blanca, en Chaco, y otro en entre Totoralejos y Recreo, en la provincia de Catamarca.
La crisis climática, sanitaria y de biodiversidad en la que nos encontramos es más que evidente, y seguir destruyendo bosques nativos para la reparación de vías de tren es un verdadero ecocidio. En los últimos 8 años más de 2 millones de quebrachos fueron talados para ser utilizados como durmientes. Según información relevada en el sector forestal, para cada durmiente se utiliza un árbol de quebracho de entre 60 y 80 años.
Pero esta depredación no es nueva. Se estima que en el norte de Argentina, a mediados de la década de 1940 ya se habían talado 350 millones de quebrachos colorados para la extracción de tanino y la elaboración de durmientes de ferrocarril, postes, leña y carbón. Su sobreexplotación provocó, durante esos primeros 75 años, la degradación de 10 millones de hectáreas de bosques chaqueños. Uno de los principales responsables de aquella masacre fue la compañía inglesa La Forestal, que arrasó con más de 2 millones de hectáreas de bosques del norte argentino desde 1906 hasta 1963; una empresa que llegó a tener 20.000 empleados, muchos de ellos en condiciones de esclavitud.
Durante las últimas tres décadas la deforestación y la tala indiscriminada han colocado a la región del Gran Chaco al tope de los índices globales de pérdida de bosques nativos. El 85% de un ecosistema único como el quebrachal del Bosque de Tres Quebrachos, en el sudoeste de la Provincia de Chaco, ha sido destruido. El quebracho colorado, un árbol de gran porte y crecimiento lento, fue declarado en 1956 “Árbol Forestal Nacional”, por su importancia ambiental, económica y social. Sin embargo, su explotación intensiva y los desmontes para desarrollo agropecuario llevaron a su estado actual de vulnerabilidad y en Argentina ha sido categorizado como “en peligro” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
Una resolución conjunta entre el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable y el Ministerio de Transporte de la Nación promueve la producción de durmientes con materiales post consumo, sin embargo no contempla asignación presupuestaria ni plazos para el reemplazo de los de madera. Es momento de tener una red ferroviaria sustentable, para lo cual es clave abandonar el uso del quebracho para durmientes de manera definitiva. Necesitamos más trenes… y más bosques.
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