Las discusiones económicas hoy están monopolizadas por las idas y vueltas en torno a lo que suceda con el FMI. Y ya medio que cansa un poco. Más siendo fin de año… y en pandemia.
Así que vamos a cambiar un poco el eje para hablar de un tema que, en mi opinión, es de los más relevantes a nivel mundial: la desigualdad. Un problema que, de todas maneras, tiene cierto vínculo con este organismo internacional, porque como sucede con todas las discusiones de la agenda global (como son la ambiental, género, etc.), siempre de una manera u otra terminan incorporadas en los programas económicos del fondo.
Todos somos iguales, pero algunos son más iguales que otros
La semana pasada, el Laboratorio Mundial de la Desigualdad, proyecto liderado por Thomas Piketty -uno de los especialistas más destacados a nivel mundial en el tema- publicó el Informe sobre la desigualdad global (acá el trabajo completo en inglés y acá un resumen ejecutivo en castellano). Como su nombre lo indica, el objetivo del trabajo es medir qué tan inequitativa es la distribución de los ingresos a nivel mundial. No es el primero en hacerlo, esto también lo realiza Oxfam y Credit Suisse pero, por la cantidad de datos relevados y por lo puntilloso de la metodología, probablemente sea el más exhaustivo.
Antes de pasar a analizar los principales datos, resulta necesario explicar algunas cuestiones fundamentales para entender bien qué es lo que se está midiendo y los resultados obtenidos. El grado de desigualdad es una variable relativa, es decir que su medición siempre implica comparar el ingreso de distintas personas para ver qué tan alejados se encuentran entre sí. Esto puede aplicarse a cualquier grupo de personas, puede ser por ejemplo para un país, para una región o, como en este caso, para el mundo entero.
A grandes rasgos, el cálculo implica ordenar a toda la población en función de sus ingresos, de menor a mayor, y a partir de eso separarla en grupos fraccionados. Por lo general, se separa en deciles, esto significa que cada grupo abarca un 10% de la población (de allí su nombre). Imaginemos un país con 100 personas. Entonces las ordenamos de menor a mayor, en función de sus ingresos, y las agrupamos de a 10, de modo que cada decil contiene al 10% de la población. Una vez hecho eso, podemos analizar la desigualdad de diferentes maneras.
La manera más intuitiva de pensarlo es como si estuviésemos analizando cómo se reparte una torta, donde el tamaño representa el PBI de la economía, y las porciones cuánto se lleva cada persona.
Arranquemos con el caso argentino, que además de importarnos más, nos va a servir como referencia para el análisis posterior. El cuadro de abajo muestra el último dato disponible para la distribución del ingreso, y refleja qué porcentaje del total de los ingresos que genera la economía argentina se lleva cada decil. Así, por ejemplo, el decil 1 (que contiene al 10% de los ingresos más bajos del país) se lleva solo el 1,3% del total, mientras que el decil 10, donde se encuentran las personas más ricas de la Argentina, se lleva el 32,4%. Acá ya deberíamos advertir la desigualdad: en promedio, una persona ubicada en el decil 10 gana 25 veces más que una del decil 1.
El otro dato que también es relevante es la participación acumulada, es decir el total que recibe un determinado segmento de la población. Por ejemplo, el decil 5 (que representa solo a ese 10% de la población) se lleva el 6,6% del total, mientras que la participación acumulada (20,5%) representa lo que se lleva la mitad de la población (el 50%). En un caso estamos mirando solo al 10% de la población que se ubica en ese decil, en el otro al total (acumulado). Acá también advertimos la desigualdad, dado que la mitad del país -de menores ingresos- recibe solo el 20% y la otra mitad, el 80%. Del mismo modo, podemos decir que el 10% más rico de la Argentina se lleva casi lo mismo que el 60% de la población.
¿De dónde proviene esta desigualdad? Esto ya fue desarrollado en una edición anterior, pero la respuesta corta es que depende más que nada de la suerte (el nivel de ingresos de la familia donde te tocó nacer), y en menor medida del esfuerzo y el mérito, todo esto mediado por la política fiscal de redistribución que llevan a cabo los gobiernos.
Una plutocracia mundial
A partir de lo anterior, veamos cómo se encuentra la distribución del ingreso, pero ahora considerando la población adulta del mundo entero. Una primera aclaración es que, en el trabajo citado, en lugar de utilizar deciles, dividen a la población en tres grandes estratos: el bajo, que representa al 50% de la población total con menores ingresos (2.500 millones de personas), el medio, con el 40% siguiente de la población (2.000 millones de personas) y el alto, donde se encuentra el 10% más rico de la población mundial (517 millones de personas).
Como muestra el gráfico a continuación, la distribución del ingreso mundial es sumamente inequitativa. El 50% de la población mundial solo se lleva el 8% de los ingresos. Esto significa que, en promedio, la mitad del mundo gana unos USD 230 por mes, es decir vive con menos de USD 7 por día (medido a precios constantes). La población de ingresos medios se lleva el 39% del total y gana, en promedio, unos USD 1.215 mensuales, mientras que el 10% más rico se lleva el 52% del total y gana en promedio USD 7.300 mensuales. Esto significa que el 10% más rico gana, en promedio, treinta y dos veces más que la mitad (más pobre) del mundo.
Si hacemos un zoom vemos que, en realidad, la gran diferencia está en los “super millonarios”, es decir, el 1% más rico del mundo. Estos se llevan el 38% del total y ganan en promedio unos USD 23.700 mensuales, es decir ciento tres veces más que la mitad del mundo.
Por lo general, no tomamos dimensión de lo bajos que son los ingresos a nivel mundial. Si no me creen, los desafío a que piensen en qué decil creen que se encuentran ustedes en la distribución mundial de los ingresos. Apuesto a que piensan que están más abajo de donde realmente están. Pueden averiguarlo ingresando acá (elijan Argentina, pero pongan como moneda el dólar para evitar problemas con el tipo de cambio).
Distribución mundial de los ingresos (en % del total)
Fuente: Reporte de la desigualdad
Pero la cosa se pone todavía peor si en lugar de examinar la distribución del ingreso nos enfocamos en la riqueza, es decir, el patrimonio acumulado a nivel mundial (activos financieros e inmuebles, principalmente). En este caso, vamos a utilizar un gráfico basado en el informe del Credit Suisse (los datos son similares, pero están presentados de una manera más elocuente). Como pueden ver, el 1,1% de la población ostenta casi la mitad de la riqueza mundial. Mientras que más de la mitad de la población prácticamente no cuenta con un patrimonio (menos del 2%). Oxfam lo pone de una manera todavía más cruda: ocho personas (ocho hombres en realidad) poseen la misma riqueza que la mitad más pobre de la población mundial, 3.600 millones de personas.
Distribución de la riqueza mundial (como % del total)
Fuente: Credit Suisse
¿Por qué el mundo es tan inequitativo? ¿Por qué la distribución de la riqueza es todavía más inequitativa que los ingresos? ¿Qué se puede hacer para corregirlo? Como ya me extendí (y los deprimí) demasiado, lo dejamos para la próxima. Si el fondo nos deja.
¿Más economía?
Va el resumen del panorama económico a partir de los datos que salieron durante la última semana: los datos de noviembre muestran un freno en las ventas minoristas, la actividad industrial y la construcción. Por otro lado, las consultoras privadas revisaron al alza sus proyecciones de inflación y de crecimiento. La nota completa la podés leer acá.
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Juan Manuel Telechea | Cenital