La próxima apertura de las sesiones ordinarias del Congreso será una oportunidad para anunciar el envío de un marco normativo que incentive la generación en nuestro país del hidrógeno como vector energético.
La producción y aplicación en el tiempo del hidrógeno verde deberá superar determinadas brechas a lo largo de su cadena de valor para poder aprovechar las oportunidades que se le presentan a nuestro país, es por ello que es necesario establecer un marco jurídico moderno y claro que acompañe este proceso, que brinde regulaciones a lo largo de su cadena de producción y que genere incentivos para consolidar inversiones a mediano y largo plazo.
Asimismo, se debe contar cuanto antes con una definición de una hoja de ruta que determine pautas en el tiempo y que oriente a las provincias y a las empresas en sus decisiones respecto a la implementación de una política estratégica vinculada al hidrógeno.
Si bien durante el último año el desarrollo de la economía del hidrógeno recobró impulso en la agenda pública nacional, es necesaria una consolidación rápida. Se deben profundizar las acciones que viene realizando el Consejo Económico y Social, consolidando los encuentros y actividades con la academia, con el sistema científico tecnológico, con el sector privado y con distintos sectores políticos, como ser legisladores y autoridades provinciales, a fin de que su desarrollo sea una política de estado en las próximas décadas.
Los ministerios de Producción y de Ciencia y Tecnología de la Nación, la Comisión Nacional de Energía Atómica, desde el Instituto Balseiro, el Instituto Nacional de Tecnología Industrial, las universidades y diversas agencias e institutos del CONICET deben priorizar el desarrollo de la economía del hidrógeno; lo mismo sucede con diversas empresas públicas o sociedades de Estado, como por ejemplo YPF e IEASA. El tiempo actual requiere que sean la punta de lanza para llevar adelante inversiones en proyectos concretos.
Es el momento de generar valor agregado local, tanto desde el punto de vista industrial como en el aprovechamiento de la transferencia tecnológica, acompañando el desarrollo de talentos locales.
Posteriormente será momento de avanzar con normativas vinculadas a la seguridad en las etapas de producción, almacenamiento, transporte y uso del hidrógeno. Al igual que la definición del alcance de los estudios ambientales y las certificaciones, como así también contar con un fondo especial, orientado a investigación, desarrollo e innovación, para fortalecer los sectores vinculados a las energías renovables, la movilidad sustentable y la transición energética.
En el mundo el desarrollo del hidrógeno como vector energético avanza sin pausa y se requiere a corto plazo disponer de herramientas que permitan potenciar las condiciones naturales y humanas de que dispone Argentina, es el momento de concentrar las energías en esta nueva economía, la cual escalará y se potenciará fuertemente en los próximos años, generando crecimiento y empleos de calidad.
Una buena señal inicial sería que el presidente anuncie en su mensaje al país, en el marco de la próxima apertura de sesiones ordinarias del Congreso de la Nación, la elevación de un proyecto de ley que brinde el marco para avanzar en el desarrollo de la economía del hidrógeno.
Fuente: BAE Negocios/Revista Nuevas Energías