El Presidente pedirá más apoyo para hacer cumplir las medidas. En el AMBA, Fernández busca bajar la tensión y le pide a Larreta “trabajo en conjunto” ante el cuasi colapso del sistema de salud. El alcalde aceptó “consensuar medidas”
El exponencial incremento de contagios que trajo la segunda ola de coronavirus pone nuevamente a Alberto Fernández en la necesidad de buscar acuerdos con los gobernadores y el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y alinear en cada conglomerado urbano una estrategia conjunta para aplanar al curva de casos y muertes, ante la evidente saturación del sistema de salud y el agotamiento de las camas en hospitales y centros de salud, sean públicos o privados.
En su primera actividad oficial de la semana, el presidente hizo notar la alarmante situación y dirigió una urgente pedido al alcalde porteño para “olvidarnos de la política” y avanzar en una política coordinada con el Gobierno nacional y el de la provincia de Buenos Aires, encabezado por Axel Kicillof. Fue durante la puesta en marcha de un plan de seguridad en paradas de colectivos que había planificado el difundo ministro de Transporte, Mario Meoni, al que se despidió con este homenaje.
Para enfatizar la gravedad de la situación, Fernández aseguró que “los hospitales privados de la ciudad de Buenos Aires le están pidiendo al Muñiz -un nosocomio público- que le habilite camas para enviar sus pacientes, después de derivar muchos otros hacia el GBA”, y remató: “En este momento que sentimos la pérdida de Mario, deberíamos entender cuánto vale la vida”.
Minutos después, Rodríguez Larreta aceptó la convocatoria al diálogo. En un sugestivo mensaje en las redes sociales, el jefe de gobierno aseguró estar convencido de que “la mejor manera de cuidar la vida y el bienestar general de todos los argentinos es coordinando esfuerzos y consensuando medidas con el Gobierno nacional y el de la provincia de Buenos Aires”.
Funcionarios del entorno presidencial confirmaron que el presidente convocará en las próximas horas a Rodríguez Larreta y a los 23 gobernadores para discutir la renovación de algunas restricciones vigentes y el endurecimiento de otras medidas para disminuir la circulación y el contagio del virus. Esa charla se mantendrá tomando como base las recomendaciones de sanitaristas y epidemiólogos que fueron convocados a una reunión de urgencia en la tarde del lunes a la Casa Rosada.
Desde Parque Patricios, donde Larreta tiene su despacho, consideraron posible un nuevo cara a cara con el presidente para formalizar una tregua tras días de tensión por la decisión del gobierno de la capital federal de no acatar el cierre de escuelas y acudir a la Corte Suprema para revalidar su autonomía en materia educativa.
Fernández prefirió dejar el tema atrás en su discurso y mostrar la semana pasada una agenda positiva. De hecho, recibió al ministro de Educación, Nicolás Trotta, contrario al cierre total de establecimientos, y avaló un plan de “presencialidad administrada” y clases virtuales intermitentes o para ciertos grados, de acuerdo al riesgo epidemiológico.
El presidente regresó del acto en homenaje a Meoni a la Casa Rosada junto con el jefe de gabinete, Santiago Cafiero, con quien comenzó a delinear el nuevo Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que entraría en vigor entre el viernes 30 de abril y el sábado 1° de mayo. En la Casa Rosada se descuenta un mayor confinamiento a la luz de los datos recabados por la cartera de Salud y que maneja también la provincia de Buenos Aires, que el pasado viernes, representada por el jefe de gabinete bonaerense, Carlos Bianco, y el viceministro de Salud, Nicolás Kreplak, insistió con una vuelta a Fase 1 para detener la escalada de casos.
El Cronista