El titular del Banco Central señaló que diferentes compañías chinas “están pidiendo usar el yuan como moneda de inversión aquí” en lugar de otras “divisas”.
Conocida la inflación de octubre, el Banco Central es observado intensamente por medios especializados y por lo que podríamos llamar “el mercado” para ver si sube la tasa de interés. Como ocurre cada vez que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) reporta el porcentaje de incrementos, la rentabilidad de los plazos fijos en relación a la inflación centraliza la discusión. Máxime, cuando la Reserva Federal norteamericana persiste en la estrategia de subir la tasa de interés para domar los precios, con buenos resultados. La campaña de endurecimiento de la tasa norteamericana más alta de los últimos 40 años apacigua la inflación más de lo previsto, aunque también desaceleró la actividad económica.
Sin embargo, este no es el tema económico de la semana. El director del Banco Central (BCRA), Miguel Pesce, dijo en declaraciones radiales algo que pasó desapercibido, pero no por ello poco importante. El titular de la máxima autoridad monetaria señaló que diferentes compañías chinas del sector minero, de la explotación hidrocarburífera y, también, del rubro industrial, “están pidiendo usar el yuan como moneda de inversión aquí” en lugar de otras “divisas”. En otras palabras, los chinos proponen prescindir del dólar a la hora de comercializar con la Argentina. En este contexto, agregó Pesce, “tiene un rol fundamental el Swap de monedas”.
Si bien se trata de una novedad, el tema siempre está presente en la agenda de negociaciones entre ambos países. Tal es así que en la apertura del corriente año legislativo, el presidente Alberto Fernández había anticipado que la Argentina buscaba ampliar el stock de yuanes y también mayor libertad en el uso comercial de esa moneda. Asimismo, existe el antecedente e la compra a China en su moneda de algunas partidas de vacunas Sinopharm, luego de que el Banco Central firmara un acuerdo para tal fin con el Banco Popular de aquel país. Para hacer extensivo este tipo de acuerdo al comercio, aclara una fuente del Banco Central, es “imprescindible” que el importador tenga aprobado el permiso para hacerlo. Algo que no es sencillo hoy, por la escasez de divisas.
Gestiones bilaterales
A la vez, ampliar el dinero disponible producto del acuerdo financiero con la República Popular China (Swap) es condición necesaria para transaccionar en yuanes con la principal economía asiática. El titular del BCRA había anticipado que en la reunión bilateral que el presidente Alberto Fernández tendría con su par chino Xi Jinping, en el marco de la cumbre del G20, los mandatarios trabajarían principalmente en un sentido: que el Banco Central tenga los yuanes necesarios para “garantizar” las importaciones de compañías de China en esa moneda.
En ese sentido, el presidente Alberto Fernández precisó, al concluir la reuión bilateral con el jefe de Estado chino, que la segunda economía del mundo aprobó girar a la Argentina un flujo de “25.000 millones de yuanes”, lo cual equivale a 5 mil millones de dólares. De esta manera, la ampliación de los yuanes disponibles anunciada recientemente deja a la Argentina a las puertas de concretar lo que Pesce dijo que le pedían las compañías asiáticas: realizar inversiones por fuera del dólar.
Esta iniciativa le permitiría al Gobierno argentino financiar parte del déficit comercial que mantiene con la economía del país más poblado del mundo. Solo en los primeros nueve meses del año, las importaciones chinas superaron a las exportaciones hacia ese destino en poco más de 8 mil millones de dólares. Por tanto, el acuerdo en ciernes permitiría que parte de las futuras importaciones chinas no se concreten con los dólares que atesora el Banco Central, sino que podrían hacerse con el stock de yuanes disponibles tras el acuerdo a una tasa anual en torno al 6%. De este modo, de hacerse extensiva la iniciativa a toda compra de bienes chinos, la demanda de dólares que insume el principal rojo de la balanza comercial podría aliviarse.
Quien se adelantó a los anuncios oficiales, y ya se establecieron los acuerdos correspondientes para prestar yuanes en el país, fue el Banco Industrial y Comercial de China (ICBC). La semana pasada, la entidad bancaria anunció en su décimo aniversario en el país que cuenta con el aval de los bancos centrales de ambas naciones para transformar yuanes en pesos y pesos en yuanes. Pesce estuvo presente en la celebración del acuerdo y dijo que se dio “un paso más” hacia la eficiencia de las transacciones entre ambos países, “sin necesidad de tener que pasar por una tercera moneda”.
Todo esto se inscribe en la estrategia china que busca internacionalizar su moneda. Sobre esto mismo, el Banco Popular de China estimó que el total de pagos y transacciones internacionales de empresas industriales, energéticas y mineras, principalmente, en moneda china fue de 36,6 billones de yuanes en el 2021. Lo cual sería el equivalente a U$s5,1 billones, casi un 30% más que el año anterior. Este récord de transacciones en la moneda de la segunda economía del mundo, sostiene el portal chino especializado en finanzas Global Times, se asienta en los veintidós acuerdos bilaterales de intercambio de monedas celebrados al finalizar el año pasado.
Consecuente con esto último, la proporción de dólares en las reservas mundiales de los diferentes bancos centrales ha ido disminuyendo en las dos últimas décadas, de acuerdo a reportes del Fondo Monetario Internacional. Aproximadamente el 70% de las reservas mundiales, en promedio, estaban dolarizadas en el año 2000, para descender a poco menos del 60% en la actualidad. Si bien esto es consecuencia de un escenario en el que la hegemonía norteamericana está en tensión, hay consenso entre los especialistas de que estos cambios no son suficientes para que el dólar pierda su posición dominante como moneda de reserva. Al menos en el mediano plazo.
¿Qué es el Swap?
Se trata de un intercambio o canje de monedas que ocurre durante un tiempo definido en el acuerdo entre las autoridades argentinas y el gobierno con sede en Pekín. Este cambio de divisas no se da de manera inmediata, sino que se realiza en montos o entregas de acuerdo a las fechas acordadas. Una vez finalizado el plazo, el Banco Central devuelve la cantidad de yuanes girados por el banco chino, y a su vez China deberá reintegrar el total de pesos recibidos. Si parte de los yuanes son utilizados, entonces se aplica una tasa de interés anual. Hasta el momento la divisa china se utilizó principalmente como “asiento contable”.
El primer acuerdo de estas características entre ambos países se introdujo en el 2009, cuando las reservas estaban en niveles históricos pero la crisis financiera internacional generaba incertidumbre. Con el canje de monedas, Argentina buscaba liquidez y resguardo frente a un eventual recrudecimiento de la crisis internacional. Luego el swap fue renovado y extendido en 2013 y 2017, frente a un debilitamiento de las reservas del Central. Finalmente, en 2020 volvió a prolongarse por tres años, sumando el equivalente a U$s17 mil millones, a los cuales se le suma la ampliación celebrada en el cónclave del G20 en Indonesia, sobre la cual aún faltan precisiones.
La Nueva Mañana