Desde Texas, el presidente saliente Donald Trump se mostró confiado en que no resultará destituido bajo ninguna de las dos alternativas que plantean los demócratas en su contra: un proceso de ‘impeachment’ o la activación de la Enmienda 25. La bancada opositora impulsa las vías para apartarlo del cargo luego de acusarlo por “incitación a la insurrección” por su papel en el asalto al Capitolio el pasado 6 de enero.
Mientras los demócratas trabajan contrarreloj para intentar una destitución contra Donald Trump, a tan solo ocho días de que deje la Presidencia, el mandatario se muestra confiado en que ninguna de las alternativas para apartarlo del Ejecutivo prosperará.
Este 12 de enero, a su llegada a Texas para evaluar los avances del muro en la frontera con México, símbolo de su estricta política antimigratoria, Trump desestimó que la Enmienda 25 prospere en su contra.
“La Enmienda 25 no tiene ningún riesgo para mí”, afirmó Trump en referencia al apartado de la Constitución que establece un proceso para que el vicepresidente y una mayoría de funcionarios del gabinete declaren al jefe de Estado “imposibilitado de ejercer los derechos y deberes de su cargo”.
Sin embargo, las posibilidades de la activación de la Enmienda 25 son pocas, ya que Mike Pence no se ha mostrado a favor de activarla y queda poco tiempo.
Aun así y según Trump, en caso de que esta vía constitucional sea aprobada, traería graves consecuencias por parte de sus simpatizantes: “Volverá a atormentar a Joe Biden y a su Administración. Como dice el refrán, tengan cuidado con lo que desean”, advirtió el mandatario saliente.
El pasado 6 de enero, mientras ambas cámaras del Congreso debatían la certificación de la victoria de Joe Biden en los comicios del 3 de noviembre, la jornada terminó con el asalto por parte de seguidores pro-Trump al edificio del Capitolio. Cinco personas fallecieron durante los hechos, entre ellas un policía.
Para Trump, el ‘impeachment’ es una “cacería de brujas”
Respecto a la segunda medida que baraja la bancada demócrata, el proceso para un juicio político, el jefe de Estado afirmó que se trata de una persecución política. Además, desestimó su responsabilidad en el asalto al Capitolio y dijo que su discurso fue “apropiado”.
“El engaño del juicio político es una continuación de la caza de brujas más grande y cruel en la historia de nuestro país y está causando una tremenda ira, división y dolor, mucho más grande de lo que la mayoría de la gente entenderá, lo cual es muy peligroso para Estados Unidos, especialmente en este momento tan sensible”, indicó el magnate.
El impulso anterior de llevar a Trump a un juicio político por abuso de poder y obstrucción al Congreso tomó cinco meses, entre finales de 2019 y 2020, hasta que finalmente resultó en un intento infructuoso ante la fuerte oposición de los republicanos, para entonces mayoría en el Senado.
Los pocos días que le quedan a Trump en la Casa Blanca hacen de esta medida una vía con menos probabilidades de éxito, pero la presión de los demócratas no da tregua.
Con Reuters y medios locales/France 24