CON EL FMI ENCIMA, CAPUTO PASA LA GORRA EN EE.UU: ¿QUIÉN PONE LOS U$S 15.000 MILLONES?

El ministro de Economía llega a Washington con la necesidad de conseguir fondos frescos que le permitan al país salir del cepo cambiario lo antes posible.

El ministro de Economía, Luis Caputo, llega a Washington para pasar la gorra y conseguir que un nuevo programa con el Fondo Monetario Internacional (FMI) incluya recursos para salir del cepo cambiario cuanto antes. La búsqueda de esos u$s 15.000 millones que, dice el Gobierno, necesita para quitar las restricciones al movimiento de capitales es compleja. El FMI se muestra reticente a liberar más plata, en momentos en que hay que pagarle más dinero del que queda por cobrar. Los bancos internacionales y fondos de inversión apoyan expectantes, pero sin ánimos, por el momento, de convertir esa simpatía en apuesta.

Esto es lo que recogió Cenital de distintas fuentes vinculadas al sector financiero interno y externo, funcionarios y asesores del presidente Javier Milei. Tanto el Fondo como el consenso de analistas se inclinan por una apertura gradual del acceso a las divisas, con miras al segundo semestre. Si bien Milei no lo quita de su agenda, también sería más proclive al gradualismo, si no aparece una oferta de deuda conveniente que lo motive a acelerar los tiempos, indicaron en su entorno.

Caputo, su secretario de Finanzas, Pablo Quirno, y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, llevan a la Asamblea de Primavera (boreal) del FMI y el Banco Mundial el sobrecumplimiento de las tres metas trimestrales que tenían por delante. La acumulación de reservas (a expensas de cuotear el pago de importaciones) fue unos u$s 2000 millones superior al objetivo del primer trimestre. Hacienda enhebraría, en marzo, el tercer mes seguido de superávit primario, gracias al mix de motosierra y licuadora. La eliminación del financiamiento al Tesoro con emisión monetaria marca la tercera tilde verde sobre la hoja de revisión.

Así, el país tendría todo listo para recibir, en mayo, el desembolso previsto de unos u$s 750 millones, uno de los últimos del programa de facilidades extendidas. Antes, deberá devolver al Fondo u$s 1936 millones a fines de abril y otros u$s 850 millones a comienzos del mes próximo. Esta es una de las paradojas del programa de estabilización: buena parte del esfuerzo de saneamiento del Banco Central se va por la canaleta de los vencimientos de deuda, lo que pone la meta de acumulación de dólares para liberar las restricciones todavía más lejos. En el calendario quedan pagos a organismos internacionales, que se podrían refinanciar rápidamente, pero también unos u$s 350 millones de bonos provinciales y casi u$s 2800 millones de deuda pública en dólares en julio.

Este es uno de los condicionantes del levantamiento rápido del cepo. Este martes, el Gobierno flexibilizó el acceso a divisas para pymes y les redujo impuestos por tres meses en la importación de insumos, con la expectativa de que esto permita revertir la recesión (la esperada recuperación en “V”) y bajar precios. Pero, si bien consolidó buena parte del stock de deuda de importadores en el Bopreal, quedan por pagar dividendos de empresas y otros movimientos que el cepo contiene.

Fausto Spotorno, director de Orlando Ferreres y Asociados e integrante del consejo asesor de Milei, cree que, por eso, el financiamiento externo recién podría venir una vez que se abra el cepo, para pagar esa demanda reprimida de divisas, pero no antes. “Hoy no hay interés en los mercados por inversiones de riesgo. Es difícil que venga un fondo solo y ponga u$s 15.000 millones. Y el FMI, menos”, afirma. Su mirada coincide con la de otros analistas, que sostienen que el Fondo no prestará plata para que salga rápidamente. “No van a prestar para quemarla”, dijo otra fuente con diálogo con los burócratas de Washington. Sin cepo, la apreciación cambiaria incentivaría la compra de “dólares baratos” hasta que se termine. Por eso, el FMI insiste con que el dólar acompañe a la inflación, algo que se da de bruces contra el ancla para desinflar.

“El equipo económico buscaría negociar con el staff del FMI alguna línea de crédito a largo plazo, adicional a la ya existente, pero luce difícil que pueda conseguir una cifra que se acerque al objetivo total”, dijo a Cenital Juan Pablo Ronderos, socio de la consultora MAP. “Un monto adicional podrían aportar algunos bancos internacionales a través de una operación de repo con el BCRA, un mecanismo similar al que utilizó la administración Macri para reforzar las reservas tras la salida del cepo”, especuló. Según fuentes del sector financiero, los bancos podrían aportar, en el mejor de los casos, unos u$s 5000 o 6000 millones. Pero no lucen del todo convencidos.

Caputo celebra la marcha del programa y los economistas se sorprenden por una baja de la inflación mayor a la esperada y la marcha de las cuentas fiscales, aunque hay cuestiones por resolver que hacen a la viabilidad del plan. En su reciente visita al país, el director para el Hemisferio Occidental, Rodrigo Valdés, enfatizó la necesidad de focalizarse en “la calidad” del ajuste. Traducido: el FMI notó que el Gobierno se sobregiró con la licuación del gasto en jubilaciones, salarios y programas sociales, y que no es sostenible en el mediano plazo. La caída de la recaudación, como efecto de la recesión, hace más profunda la necesidad de ajuste para cumplir con las metas.

La acumulación de reservas también encontraría límites. Martín Rapetti, de Equilibra, sostiene que el ancla cambiaria -principal explicador del freno en la inflación de alimentos de las últimas semanas- empezará a ser costosa. “Para cumplir con la meta establecida en el programa con el FMI, el BCRA debería comprar unos u$s 4100 millones durante el segundo trimestre”, escribió en un reporte. “Los productores están viendo una caída del precio real al que venden sus granos y que el retraso cambiario al que conduce la estrategia oficial agravaría la situación”, agregó. Esto podría demorar la venta de la cosecha, si el Gobierno insiste con la devaluación al 2% mensual.

El especialista también advirtió que pesan restricciones sobre los dólares paralelos que ayudan a contener la brecha. “Hoy, los tipos de cambio MEP, CCL y, en especial, oficial, son todo menos libres. Esto significa que aún desconocemos cuál es el valor del dólar definido libremente por transacciones entre privados”, sostuvo.

Caputo y compañía buscarán desde este miércoles apoyo en los pasillos de la asamblea anual del FMI y el BM. Además de los paneles de los organismos y el G-20, Quirno se entrevistará con técnicos del FMI y del Tesoro de los Estados Unidos y “continuará dialogando sobre las reformas para ordenar la economía”, comunicó el Ministerio.

El Fondo los recibirá con buenas noticias. En el Reporte Económico Global (WEO, por sus siglas en inglés), mantuvo la previsión de una recesión del 2,8% este año, algo menor a la que esperan los analistas. El buen desempeño del agro compensará, en parte, una caída del 7,8% en el consumo y de casi 24% en la inversión, según los números del Fondo, que prevé que la inflación a diciembre roce el 150% anual.

El economista jefe del FMI, Pierre Olivier Gourinchas, destacó que “las autoridades están implementando un plan de estabilización muy ambicioso para restaurar la estabilidad macroeconómica”. Y añadió: “El progreso hasta ahora ha sido impresionante”.

Cenital

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