Comercios venden sus mobiliarios tras cerrar, las familias venden sus muebles para comprar comida. Los anticuarios hablan del síntoma de la crisis que no para de crecer.
Nora viste ropa pulcra y de calidad. Está parada frente a una tienda de remates en la avenida Cabildo con una radio antigua en sus manos y unos libros de Gabriel Rolón en una bolsa. Viene a intentar venderlos, porque sostiene que con su jubilación y la pensión de su marido no le alcanza. La historia de Nora se repite: los negocios de remate a los que consultó El Destape indican que hay un incremento considerable de las familias que llevan a empeñar objetos, pero alertan que la crisis también les deprime las ventas a los anticuarios.
“Aumentó significativamente la gente que vende por necesidad objetos con un valor sentimental. Ellos sienten una especie de desgarro cuando tienen que desprenderse de algo que tiene vínculo con sus antepasados. La diferencia con lo que pasaba antes es que la gente vendía porque ya no le servía o no lo usaba. Ahora venden por la situación económica”, explica a El Destape Gabriel Mezzacappa, dueño de El Mercadillo, ubicado en Loyola 644.
Los anticuarios coinciden en que creció el número de vecinos que vende sus muebles, pero alertan que la demanda de antiguedades cambió a excepción de los productos de segunda mano. “Si vemos que la gente compra algunas cosas usadas que antes compraba nuevas como las ollas. Nosotros tenemos un lugar dedicado as las segundas manos”, explica el dueño de El Mercadillo.
Los datos de la economía muestran una caída del consumo de alimentos primarios como carne y leche, al tiempo que muestran un incremento de las deudas familiares que deben recurrir a préstamos informales y formales según cifras de Unicef. En este contexto, las personas comienzan a vender sus objetos personales. No son las únicas: los comercios cierran para rematar.
Los restaurantes también rematan
Como consecuencia de la crisis los comercios y las empresas comenzaron sus cierres. De acuerdo a la Superintendencia de Riesgos de Trabajo ya ceraron más de 3559 empresas entre noviembre de 2023 y marzo de 2024. Los restaurantes no son la excepción.
“Observamos un aumento en las consultas de locales gastronómicos principalmente, para rematar sus bienes también observamos que cada vez es más laboriosa la venta total de los mismos, ya que son mas quienes cierran que quienes apuestan a abrir un local o a renovar sus instalaciones”, cuenta a este medio el martillero público Matias Cordero.
Cordero es dueño de una empresa con más de 35 años en el mercado de servicios de remate de bienes vinculados a la industria gastronómica, hotelera y comercial. En medio de la crisis explica que deberán apelar a nuevos métodos para compensar la caída de ventas: “Ofrecemos a posibles compradores oportunidades especiales para estas épocas en donde los productos nuevos subieron de precio con gran velocidad”.
“Si bien puede llegar a haber un aumento de los remates, vemos con mayor preocupación la poca o nula inversión de nuevos emprendedores conforme a la visualización de un futuro complicado poniendo atención en el consumo del mercado interno, turismo, aumento de servicios”, agrega Cordero.
El Destape