El acto se realizará a las 18 y será la única oradora. Invitará a todos los sectores del peronismo. La incógnita sobre el rol de los gobernadores, la presencia de Axel Kicillof y la fría relación con la CGT
El miércoles 11 de diciembre, a las 18, en la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), ubicada en centro porteño, Cristina Kirchner asumirá formalmente la presidencia del Partido Justicialista (PJ). Será la única oradora de un acto en el que también tomarán sus cargos los vicepresidentes y los consejeros de la lista “Primero la Patria”.
A partir de ese momento, CFK quedará al mando del partido y comenzará a dividir su tiempo entre la oficina principal de Matheu 130, donde está la sede histórica del PJ Nacional, y la que tiene en el primer piso del Instituto Patria, donde ha recibido a la mayoría de los dirigentes que la acompañarán en su desembarco partidario.
Van a estar invitados todos los sectores aunque la lista aún no fue confeccionada. La principal incógnita pasa por la presencia del gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, con el que mantiene una relación tirante. La última vez que se vieron en público, en el Teatro Argentino de La Plata, protagonizaron un encuentro extremadamente frío. Una muestra del deterioro de un vínculo que supo ser maternal.
La presencia de los gobernadores del PJ será una de las claves del acto, teniendo en cuenta que ninguno se pronunció públicamente a favor de ella durante la campaña partidaria. En el kirchnerismo evitan dar respuestas concretas sobre ese posicionamiento y se atienen a decir que la nueva presidenta del partido trabajará para unir todas las partes del rompecabezas.
Además de Ricardo Quintela (La Rioja) y Axel Kicillof (Buenos Aires), con los que protagonizó una discusión pública, ni Sergio Ziliotto (La Pampa), ni Gildo Insfrán (Formosa) se pronunciaron a favor de su candidatura. Tampoco lo hicieron Osvaldo Jaldo (Tucumán) y Raúl Jalil (Catamarca), que fueron señalados por la ex presidenta como socios del gobierno nacional. El tucumano fue un paso más adelante y apoyó al riojano públicamente.
La intención de CFK es realizar viajes esporádicos al interior del país pero sin que sea solamente en función de su rol en el PJ. Irá a distintos actos que se organicen, así como viajó a Rosario para acompañar al ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, en el Encuentro Nacional de Salud. Es decir, no solo estará encima de lo que pasa en los PJ locales. También buscará mantener viva su voz en todas las provincias en el comienzo del año electoral.
“Va a reactivar el partido. Le va a dar más vida y movimiento. Está enfocada en trabajar en eso”, indicaron en el Instituto Patria. Desde el púlpito pejotista planea fortalecer su rol de líder opositora, confrontará con el gobierno de Javier Milei e influirá en el armado de listas provinciales con el sello del PJ. Será una electora con influencia y una lapicera poderosa en la mano.
La construcción de una nueva unidad parece ser el objetivo más difícil. El sindicalismo está dividido y resquebrajado. Los “gordos” y los “independientes”, que están al frente de la conducción de la central obrera, están enfrentados a CFK y no estuvieron de acuerdo con su llegada al partido. Tal es así que fueron quienes le plantearon a los gobernadores peronistas que debía ser uno de ellos el que asuma la presidencia.
A ese malestar con una parte importante del sindicalismo, se le suma el conflicto abierto con Kicillof, con el que siguen sin hablarse. Más allá de la tensión, en el entorno de la ex jefa de Estado están confiados en que la interna se va a ordenar y la relación entre ambos llegará a un punto de encuentro antes de que la sangre llegue al río.
En La Plata creen exactamente lo mismo. Incluso advierten que es necesario que haya una reunión para empezar a ordenar el proceso electoral bonaerense. Si hay boleta única, si se desdobla y si hay PASO. Determinaciones que, según explican cerca de Kicillof, el Gobernador no quiere tomarlas solo, en forma unilateral, sino que quiere llegar a un acuerdo con la ex presidenta y con el líder del Frente Renovador, Sergio Massa.
Otro de los escollos para lograr la unidad es la resistencia del riojano Quintela a ser parte del nuevo esquema partidario. El mandatario, que intentó competir con CFK pero quedó a mitad de camino, descartó la posibilidad de reunirse con la ex presidenta y dar un gesto de acercamiento luego de la pequeña guerra que protagonizaron en la campaña electoral partidaria. “No le va a dar la foto de la unidad. Porque es la foto del sometimiento”, sostuvo un dirigente cercano al “Gitano”.
Las presencias y ausencias del acto marcarán el pulso de la vida interna del partido. Las grietas y las fortalezas del liderazgo de Cristina Kirchner. El nuevo dibujo del mapa peronista. Hay conciencia plena de que es necesario una reorganización del espacio político. Y que ese ejercicio, en gran medida, depende de la voluntad de la ex presidenta, que sigue teniendo la voz principal dentro de la alianza opositora.
Infobae