CRISTINA PREPARA UN VIAJE A LA TIERRA DE «CAMAU» ESPÍNOLA PARA ORDENAR EL PJ

La visita estaba prevista antes del escándalo de Kueider, y está vinculada a la intervención del partido provincial. El reclamo de la banca del exdeportista y sus efectos en las mayorías del Senado.

“Si tenían un verano económico ahora entraron en un invierno político”. La definición corresponde a un senador nacional del PJ. Su hallazgo describe el nerviosismo mileísta por las derivaciones del caso Kueider. Otro miembro de la Cámara Alta elige una metáfora explosiva: “Esto es letal, es dinamita, es TNT”. La expulsión del exsenador por Entre Ríos sembró de sospechas la relación de La Libertad Avanza (LLA) con sus partidos aliados. Pero, además, el desenlace detonó la convivencia institucional de la Casa Rosada con su principal adversario: la expresión mayoritaria del peronismo, donde el kirchnerismo ejerce su fuerza gravitatoria. Cristina Kirchner y Axel Kicillof, pese al debate interno, fueron testigos de una semana en la que el Gobierno entró “en estado de desesperación”.

El último diagnóstico corresponde a un colaborador cercano de la dos veces presidenta y titular del PJ. El miércoles pasado, en su discurso como autoridad del justicialismo, CFK relacionó los 211 mil dólares hallados en la camioneta de Edgardo Kueider con la sanción de la reforma laboral durante la gestión de Fernando de la Rúa. En aquel episodio, del año 2000, estaba involucrado el Senado. Incluso el entonces secretario parlamentario del cuerpo, Mario Pontaquarto, llegó a declarar que se habían pagado sobornos con fondos de la SIDE. “Esto siempre sucede en gobiernos de corte neoliberal, de despojo”, dijo Cristina el miércoles en la Universidad Metropolitana de la Educación y el Trabajo (Umet).

Hace diez días, al conocerse la detención de Kueider, la exvicepresidenta se había pronunciado desde las redes con un título sugestivo: “Democracia tarifada”. En el equipo de colaboradores de CFK coinciden con los pronósticos del interbloque del PJ. Están convencidos de que la Casa Rosada “entró en un estado de desesperación”. Aunque suene tremendista. “Esto va más allá del papelón de un Gobierno, a partir de la situación delictual en la que fue agarrado Kueider. Tarde o temprano se va a saber quiénes cobraron y quiénes pagaron. En uno, dos o tres días, o en dos meses, se va a saber”, vaticinan desde el Instituto Patria. 

Esa predicción explica por qué Cristina tiene programada una visita a la provincia de Corrientes para fines de febrero o principios de marzo, cuando termine la temporada estival. El senador nacional por ese distrito, Carlos “Camau” Espínola, fue duramente cuestionado en la sesión que selló la suerte de Kueider. El ex regatista creó un bloque disidente proveniente del peronismo, bautizado Unidad Federal, que él mismo conduce: aliado clave de los libertarios, el bloque llegó a tener tres miembros, por la adhesión de la cordobesa Alejandra Vigo y el expulsado Kueider.

El desembarco de CFK en Corrientes promete incomodar a Espínola en su pago chico. “Camau” aspira a competir como candidato en las elecciones de gobernador del año próximo. La campaña local se desarrollará, muy probablemente, en un clima de creciente tensión. Una muestra de esto es el hashtag que se busca instalar en la red social X (exTwitter): “Camau, devolvé la banca”. Otra de las derivaciones del affaire Kueider.

En Corrientes gobierna el radical Gustavo Valdés, que no puede reelegir; el peronismo de la provincia, en tanto, está intervenido y en proceso de normalización. Sus interventores son la senadora de la provincia de Buenos Aires Teresa García y el ex concejal del municipio de Tres de Febrero Máximo Rodríguez, también bonaerense. Ambos convocaron a comicios partidarios para el inicio de marzo. La visita de CFK coincidirá con ese cronograma. “El viaje (a Corrientes) ya estaba comprometido, la decisión se tomó antes de lo de Kueider. Venimos trabajando desde hace un montón”, dijeron a Tiempo desde el entorno de Cristina.

En la noche del miércoles, tras el acto de la UMET, la titular del PJ compartió una cena con integrantes del interbloque del Senado. Fue en el restaurante El Santa Evita, del barrio de Palermo, donde posó junto a los propietarios al pie de una pintura de la Abanderada de los Humildes. Faltaban horas para la sesión en la que se trataría la continuidad de Kueider, con las opciones de suspenderlo sin acceso a la dieta o directamente echarlo del cuerpo. Kueider, mientras tanto, sigue en Asunción, detenido con prisión domiciliaria.

Una de las comensales del Santa Evita fue la senadora nacional Juliana Di Tullio. Junto al formoseño José Mayans y la mendocina Anabel Fernández Sagasti, Di Tullio comprobó al día siguiente las presiones de todo tipo con las que el oficialismo intentó evitar la expulsión. “En la sesión hubo amenazas y aprietes. Recibimos por lo menos cuatro mensajes mafiosos: que nos iban a poner cosas en los autos, desde drogas o armas; que estábamos exponiendo a todos los senadores para que cualquier servicio de inteligencia les ponga algo mientras están circulando; la posibilidad de armarte causas (judiciales). Hubo amenazas hasta el último cuarto intermedio”, sostuvo Di Tullio en diálogo con este diario.

El testimonio refleja cómo escaló la tensión entre la Casa Rosada y la fuerza opositora más grande. Al mismo tiempo, el vínculo de Balcarce 50 con los bloques parlamentarios ‘dialoguistas’ entró en un pantano de desconfianzas y recelos mutuos. Son los efectos del caso Kueider. La consecuencia más inmediata es la decisión de no convocar a sesiones extraordinarias. Esto podría tener un fuerte impacto sobre la búsqueda de adhesiones para los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla. También sobre el cronograma electoral de 2025. Sin extraordinarias, el Congreso no podrá debatir este año una reforma electoral que incluya la suspensión de las PASO.

El senador nacional por Neuquén, Oscar Parrilli, fue otro de los protagonistas de la sesión que terminó con la carrera legislativa de Kueider. El oficialismo quiso expulsarlo también del cuerpo, sin éxito: sus números quedaron muy lejos de los dos tercios (se requerían 44 votos sobre un total de 72). Ex secretario general de la Presidencia, Parrilli está procesado en la causa del Memorándum con Irán, por la cual recusó en su momento al fallecido juez Claudio Bonadio. En diálogo con Tiempo, el también titular del Instituto Patria dijo tener dudas sobre lo que pasará con las primarias. “El Gobierno ha dicho que no va a convocar a extraordinarias. Dudo mucho de que lo haga”, dijo y reiteró que la prioridad para el PJ es el tratamiento del presupuesto 2025.

Con relación a las PASO, existe otra posibilidad y es que La Libertad Avanza intente suspenderlas por ley luego del 1 de marzo (apertura de sesiones ordinarias) y antes de terminar abril. Tal opción incumpliría con la tradición de no votar leyes electorales en años electorales. El peronismo sigue todas estas alternativas con especial atención. En un contexto de tensión por el duelo entre CFK y Kicillof, el campo opositor debe definir las reglas con las que competirá hacia adentro y hacia afuera. La locación clave será en la provincia de Buenos Aires.

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