Un chiquito de 10 años salió de la dirección con el labio ensangrentado. Los padres presentaron una denuncia en la comisaría. No es la primera. Página/12 reunió testimonios de docentes y padres, que confirman el terror imperante. La directora fue ubicada en la escuela por la ministra Soledad Acuña.
En la escuela Banderita, frente a la villa 31 de Retiro, su directora, Mónica Casalini, reunió en una sola persona (ella misma) varias denuncias ante la policía, ante la supervisora de distrito, e incluso una marcha realizada por madres, padres y docentes frente a la escuela, por golpear a lxs alumnxs, encerrar y amenazar a las maestras y hasta usar un silbato para convocarlas. Los golpes recibidos por un chiquito de 10 años, alumno de la Banderita, fueron los que colmaron el vaso que hasta ese momento venía medio soterrado porque el miedo puede. Docentes, alumnxs y padres lo vieron salir sangrando de la escuela, y decidieron marchar incluso superando el miedo, aseguraron a Página/12, que provoca la banca de la directora: fue puesta durante la pandemia por la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña. En esta nota, la marca del miedo se representa en el pedido de anonimato de las denunciantes.
A.,
el niño de 10 años, contó él mismo a este diario su historia, cuando se
escondió debajo de un puente a la noche, escapando de su familia porque
escuchó una voz cuando llegaba a su casa y erróneamente la identificó
como de la directora.
La Banderita se encuentra en Letonia al 100, a metros del Polo Mugica y casi todo el alumnado proviene de allí. El 23 de junio mientras preparaban el acto del Día de la Bandera, todos vieron como Casalini zamarreó a un alumno dándole la cabeza contra la pared y luego como amenazó y sacudió del hombro a A. “Me puso el pie y me caí contra la pared y me rompí todo el labio”, contó A. Varias docentes intentaron frenar la situación pero fueron “invitadas” a “no te metás” porque no son maestras de ninguno de los dos niños.
A. confiesa que le tiene terror a Casalini. Hace semanas en la dirección, fue amenazado junto a su hermana, también alumna de la escuela. La vicedirectora intervino cuando ya la directora les alzaba la mano. Hoy la vicedirectora ya no está en su cargo. El 23 de junio, cuando A. llegó a su casa, creyó oír que la directora estaba dentro y se escapó hacia Puerto Madero. Sus papás lo buscaron desesperados porque no llegó a las 5 de la tarde como todos los días. Lo encontraron recién a las once de la noche abajo de un puente. “Cuando lo vi lo corrí. Nunca corrí tan rápido en mi vida. Es mi hijo lo amo. Le dije que no lo iba a retar y fuimos a la comisaría”, aseguró a este diario su papá. En la comisaría 46 se enteraron de que el colegio tenía otras denuncias. Esa noche, A. no pudo decir una palabra por el terror que tenía. Asique tuvieron que llevarlo al otro día , algo más sereno. En esa declaración contó que Casalini lo amenazó con inventar que su mamá “era fiestera y no lo cuidaba si el contaba lo que pasó esa tarde”, describió el padre a Página/12. También lo amenazó con sacarle las cosas de su casa y con llamar al SAME para que lo encierren por ser “un nene loquito”.
“Fui al colegio para que la directora me explique qué fue lo que pasó pero nunca salió. Sé que estaba adentro pero no me atendió. Fui dos veces el viernes (al día siguiente de los golpes). ¿Por que no me recibió? Ella tendría que haberme atendido”, exclamó el padre. Por su parte la mamá fue también a la tarde y no fue recibida. “Tenemos miedo de que nos hagan cosas malas. No lo mando hace una semana al colegio, porque tengo miedo, pero igual fui a hacer la denuncia y estoy esperando que se solucione todo”, dijo la mujer.
Otra mamá también presentó una denuncia en la 46 este año y aseguró que “llegamos a la puerta del colegio y gritó que no nos dejen pasar a un acto que estaban haciendo. Le pregunté porque y me dijo que porque mi hijo faltaba mucho y nos prohibió la entrada”. La mujer sostuvo que “mi hija más chiquita le tiene terror a la directora. Los chicos se agarran a las piñas, se insultan delante de ella y no hace nada. No voy a cambiar de escuela, ellos son los que tienen cambiar”, aseguró la mujer.
Casalini fue apodada Tronchatoro, traducción libre de Trunchbull, la violenta directora de escuela en el film “Matilda”. “Es igual, pero rubia. Esos modos, esa agresividad. Tiene un silbato para llamarnos”, describieron las docentes. “La señora (por la directora), se enoja si la miras a los ojos cuando te reta. Hay que agachar la cabeza y agarrarse las manos adelante. Yo no sabía porque era nueva y ella me gritaba ‘¿Por qué me desafías?’. Mi compañera me codeaba y me decía que me agache”, recordó una ex-docente del colegio. “Me dejaba encerrada con llave en la dirección durante horas. No me dejaba salir cada vez que se iba porque tenía que terminar con todo el trabajo que tenía”, recordó.
“Entra al aula o va por los pasillos y arranca los trabajos y dibujos de los nenes porque a Acuña no le gustan, porque son feos y no son estéticos para lo que el Ministerio espera”, cuenta otra de las docentes a este diario.
Mónica Casalini “chapeaba con sus amistades del Ministerio todo el tiempo, y es verdad que las tiene porque Soledad Acuña y Fabian Capponi (director General de Educación de Gestión Estatal) vienen todo el tiempo. Hicieron el acto del 25 de mayo acá en la puerta del colegio con chicos de otras escuelas porque justo ese día hubo un problema y los chicos no eran ‘estéticos’ para mostrarlos. Ese día estuvo presente el Jefe de Gobierno (Horacio Rodríguez Larreta)”, recordó una maestra.
“¿Soledad Acuña no se da cuenta de esto?”, repiten una a una las docentes. “Golpea chicos y las mamás no hacen nada porque no tienen recursos”, aseguran las maestras. “Estamos indignadas, pero no queremos perder nuestro trabajo”, afirman. “Nos hace actas, nos amenaza con sumarios todo el tiempo. Incluso habla con la supervisora. Necesitamos que nos escuchen y que todos nuestros testimonios sirvan de algo”, dijeron las maestras.
La escuela primaria N.º 25 D.E. 1 “Bandera Argentina” del Polo Mugica, tiene 5 divisiones de cada año, por lo cual su población es mucho más grande que la de cualquier otro colegio, y gran parte de los chicos viven en la 31. “Estos chicos necesitan que los traten bien, no que los insulten. Ella es cruel con los nenes y una se llena de impotencia cuando ve las cosas que dice y hace. Es impresentable”, afirmó otra docente.
“Le pedí el día porque me citó el Juez, tenía que ir a una audiencia judicial como víctima de violencia de género y ella me dijo que no podía ir, que de ninguna manera, y me amenazó. ‘Hacé lo que tengas que hacer y después yo hago lo que tengo que hacer'”, recordó una maestra. En lo que va del año ya renunciaron más de 20 docentes, entre ellos algunos son titulares, con la consiguiente pérdida de titularidad.
“Tuve muchísimo miedo de renunciar, me temblaba el corazón, pero no podía más, pasó tiempo ya y me sigue latiendo el corazón del miedo que me quedó, el daño psicológico que me dejó fue muy grande”, cuenta otra de las docentes que dejó su puesto. “Ella cuando viene alguien para el cargo les dice que la escuela es mala, que son muchas horas, que los alumnos son cuchilleros. Dice cosas horribles para que no quieran quedarse en la escuela”, aseguran las maestras.
El viernes pasado, padres y docentes de la Banderita decidieron organizar una marcha para que Casalini, quien actualmente está de licencia, abandone el cargo. En coincidencia con la marcha, Acuña y Capponi dejaron de compartir en sus redes sociales las fotos que mostraban a Casalini junto a ellos.
Informe: Mercedes Chamli/Página/12