La medida de emergencia, realmente de emergencia, originada por la falta
 de dólares en el Banco Central, tomada por el Ministerio de Economía, 
para ser ejecutada dentro del término del 5 al 30 de setiembre, merece 
ser analizada a la luz de las múltiples derivaciones que la misma 
involucra.
Si se cumple el ingreso de u$s 5.000 millones de dólares 
por la liquidación de soja esto representa, considerando el diferencial 
que resulta entre el dólar oficial y el dólar soja de 200, 
aproximadamente 23.000 pesos o menos la tonelada, según los precios se 
modifiquen por el aumento de la oferta, multiplicados por 8.6 millones 
de toneladas, que surgen de dividir los 5.000 millones por el precio 
internacional de 575, una emisión adicional de 197.800 millones m.m. de 
pesos, cantidad que podrá oscilar en relación a la cotización de precios
 del mercado.
Este aumento del circulante que no vaya al dólar 
MEP por intermedio de la cuenta especial normada por el BCRA, tiene que 
ser absorbido por el mercado vía leliq u otro instrumento financiero.
A
 la postre, sigue siendo una expansión de la base monetaria, lo cual no 
es bueno ya que tarde o temprano se traslada a la inflación mediante 
suba de precios y estimula la compra de dólares alternativos.
Si 
esta medida quedara aislada y no se extendiera a otros productos, podría
 ser que pase por una cuestión accidental, pero vemos venir los 
distintos reclamos de igualdad de otros sectores exportadores también 
perjudicados por el diferencial cambiario.
Se abrió la Caja de 
Pandora y quién sabe qué monstruos saldrán de ella. No se objeta la 
medida, tomada en razón de circunstancias excepcionales. Lo que podemos 
marcar es la falta de previsión, no de ahora, sino de siempre, de la 
contención y cerrojo que tendrían que disponerse para que estas 
decisiones no trasciendan al resto de la economía, donde no existen 
sectores estancos, sino todo lo contrario, infinitos vasos comunicantes.
 De hecho, no es una decisión que genere un círculo virtuoso.
Frente a la medida ya dispuesta y a la espera de sus resultados, volvemos a insistir que el centro de nuestros problemas para que el sistema capitalista se consume finalmente en nuestro país, reside en la falta de un instrumento que estimule el ahorro con destino a la formación de mercado de capital autóctono, inversión y desarrollo.
Hay pruebas
 de la existencia de excedentes generados por la economía local. Se 
afirma que no menos de 400.000 millones de dólares están por fuera del 
circuito doméstico y que no ingresarán al mismo por las razones por 
todos conocidas, fundamentalmente, por la no confianza en nuestra 
moneda.
Podríamos teorizar que, luego de muchos esfuerzos y el paso 
del tiempo, lográramos volver a reunir una cantidad igual de excedentes,
 es decir, otros 400.000 millones de dólares. Con total seguridad 
correrán la misma suerte que los primeros.
En tanto no podamos 
asumir cual es el centro del meollo y actuar en consecuencia, los 
artilugios pasados, presentes y futuros no servirán para otra cosa que 
seguir un derrotero de fracasos y miserias, cuyas consecuencias seguirán
 soportando las espaldas de los sectores más humildes y postergados.
Por
 nuestra parte, hemos realizado propuestas en el sentido indicado para 
que sean tomadas como aporte a un análisis más amplio, más complejo, 
donde se asuman todas las variantes, se proyecten modelos, se 
establezcan objetivos y plataformas de acciones concretas. Se trata de 
interactuar ideas, trabajo, esfuerzo, dentro de un marco que garantice 
el máximo rigor posible. 
Para no repetirnos, mencionamos artículos anteriores publicados en el desafiosemanario.blogspot.com, “creación de un peso fuerte, el patacón de oro” o bien solicitar su envío por correo a:
bianchiricardo770@gmail.com

                                    