Por decisión del gobierno porteño, el barbijo dejó de ser obligatorio en el Subte, aunque sigue siendo recomendado. Por el momento, se mantiene la obligatoriedad de utilizarlo en los trenes y colectivos, que dependen de la jurisdicción nacional. La falta de un criterio unificado expone la ausencia de una instancia de coordinación a nivel metropolitano.

El Gobierno de la Ciudad eliminó el requisito del uso obligatorio de barbijos para viajar en el Subte, que había sido impuesto con el inicio de la pandemia de COVID-19, en abril de 2020.

La decisión fue anunciada por el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, quien detalló que si bien el uso de tapabocas ya no es obligatorio, continúa siendo deseable y recomendado.

A diferencia de otras medidas previas relativas a la pandemia, que fueron tomadas de común acuerdo entre Ciudad y Nación, la decisión de eliminar el requisito del barbijo fue tomada en forma unilateral por el gobierno porteño, por lo que aplicará únicamente en el transporte público que se encuentra bajo su jurisdicción; esto es, el Subte.

El Ministerio de Transporte de la Nación recordó que en el transporte público de jurisdicción nacional -los colectivos numerados del 1 al 199 y los ferrocarriles metropolitanos- el barbijo continuará siendo obligatorio tanto para los pasajeros como para el personal, en el marco de la resolución 225/22 de la CNRT, que se mantiene vigente y sin cambios por el momento.

Cabe recordar que el gobierno porteño no tiene potestad para imponer regulaciones sobre los colectivos, ya que la Ciudad nunca aceptó la transferencia de las líneas de autotransporte cuyos recorridos discurren enteramente por el territorio porteño, que fue dispuesta por la ley 26.740, aprobada por el Congreso hace más de 10 años.

La diferencia de regulación sobre el uso de barbijos, sin embargo, expone la falta de una instancia de coordinación que unifique criterios a nivel metropolitano. La Agencia Metropolitana de Transporte, cuya creación fue anunciada en 2012 en conjunto con la elevación de Transporte a la categoría de ministerio, nunca tuvo demasiada actividad –salvo tímidos y esporádicos intentos– y permanece paralizada hasta la actualidad.

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