EL BICOALICIONISMO RESQUEBRAJADO

El bicoalicionismo en la Argentina, por ahora, goza de aparente buena salud. En las seis elecciones del pasado domingo, los dos grandes frentes nacionales se repartieron las victorias y frustraciones relegando al tercer tercio de Javier Milei a boxes. Por supuesto que un test provincial no se equipara con la batalla nacional, esa puede que sea otra historia. Pero también el pasado miércoles, durante el cierre legal de alianzas rumbo a las PASO, las dos grandes coaliciones sobrevivieron a sus internas.

Así y todo, es claro que el nuevo nombre del Frente de Todos, Unión por la Patria, no le hace justicia a la realidad que se vive puertas adentro donde lo que menos abunda es la unión. Tampoco en Juntos por el Cambio -que barajó llamarse Juntos por el Cambio y la Libertad, Juntos y finalmente se quedó como dictan los focus groups-, están todos juntos. De hecho, uno y otro cierre culminó con fuertes fricciones internas que demuestran que la regla es hoy el pragmatismo porque si se pelean entre ellos, los devoran los de afuera. O sea, Milei.

En el kirchnerismo se esforzaron por convencer, presionar y hasta cercar a Daniel Scioli para que decline su precandidatura nacional pero el motonauta sigue firme en su timón. Al final, fijaron un piso para que el sciolismo supere las PASO con sus listas en torno al 30%. No es el 40% que pretendía el kirchnerismo pero es más de lo que habitualmente usa el peronismo, en torno al 20/ 25%.

Pero además lo obligan a presentar avales de afiliados para competir a nivel nacional que deben provenir en un 50% del PJ y, al menos, en un 20% de tres de las siguientes fuerzas: Frente Renovador, Nuevo Encuentro, Kolina, Frente Grande y el Partido para la Victoria. Todas esas fuerzas se oponen a Scioli con lo que el trabajo de convencimiento por delante será arduo.

Pero también en JxC hubo retoques a los umbrales con el fin de favorecer a quienes mejor mueven el territorio. Si bien el piso para que las listas superen las PASO se ubicó a nivel nacional en un 20%, el jorgemacrismo quiso llevarlo en la Ciudad hasta el 30% y Lousteau con Carrió pretendieron el 15%. Al final, tras tensas negociaciones, pactaron en el 20% en reflejo con la decisión nacional.

Queda por delante una semana en la que se terminarán de definir los nombres que integrarán esas listas para superar el 20 y el 30%, respectivamente. Y aunque en las formas se preserven las coaliciones, en su interior las resquebrajaduras demandan sellado y no un simple revoque con nuevos logos.

No habían pasado 24 horas -literalmente en el exFdT no había culminado el día- que dichas divisiones quedaron expuestas a través de documentos acusatorios y declaraciones sin anestesia por parte de sus principales refrentes. De lo que más carece el bicoalicionismo en la Argentina hoy es de la unidad que pregona.

El Cronista

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