Luego de que Martín Menem consiguiera su reelección como presidente de la Cámara de Diputados, el Ejecutivo convocó a extraordinarias entre el 5 y el 27 de diciembre con una agenda que no tuvo en cuenta los pedidos de la oposición dialoguista. Están sólo los temas de interés del oficialismo como la reforma política, la electoral, el juicio en ausencia, la ley antimafia y -algo nuevo- una reforma de los fueros, con impulso luego de la detención del senador Kueider.
Luego de una sesión tensa donde resultó reelecto Martín Menem como presidente de la Cámara de Diputados y del escándalo en el Senado por la detención en Paraguay del entrerriano Edgardo Kueider, el Ejecutivo convocó a sesiones extraordinarias con un temario corto en el que no tuvo en cuenta los pedidos de la oposición: no están ni el Presupuesto 2025, ni la meneada ley de Ficha Limpia. En cambio, estarán la reforma electoral -que tiene como punto principal la eliminación de las PASO-, la reforma política, el juicio en ausencia y la habilitación para los viajes del Presidente. Además, se agregaron dos temas en virtud de sucesos de los últimos días: la ley antimafia y la reforma de los fueros de la política. Los legisladores, a los que les cuesta mucho sesionar, tendrán a partir de este jueves 5 hasta el viernes 27 de diciembre para ponerse de acuerdo.
Fue en el cierre de una jornada que tuvo al Congreso como protagonista. La sesión preparatoria, a un año del inicio del gobierno de Javier Milei, podría decirse que volvió la situación política a fojas cero: Unión por la Patria y el FIT quedaron posicionados, en soledad, en el rol de una oposición real y se abstuvieron en la votación a Menem con buenos motivos. Tuvieron duras críticas al rol del presidente de la Cámara baja ante un Ejecutivo que estila insultar a senadores y diputados y gusta de pasar por arriba las facultades del Congreso. “Conformaron las comisiones quitándole lugares a nuestro bloque”, se quejó el jefe del bloque de UP, Germán Martínez, que también destacó el “desprecio” de la Casa Rosada hacia las provincias.
Una vez más, aunque ya tenían bastante claro que no accederían a sus reclamos, la oposición dialoguista fue dócil a los pedidos del Ejecutivo. El radical Rodrigo de Loredo volvió a dar la nota con elogios al trabajo de Menem y su “voluntad constructiva”. Cristian Ritondo, jefe del bloque del PRO, concedió que al riojano “le tocó un año muy difícil”. Miguel Angel Pichetto criticó el funcionamiento de la Cámara pero lo votó igual. Para la opo amiga siempre hay un buen motivo para acompañar al oficialismo.
Sin embargo, los continuos gestos de buena voluntad de los dialoguistas no consiguieron ablandar al Presidente que siguió con su idea de enviar una listado de temas a extraordinarias en los que no contempló los pedidos que le habían hecho llegar. Por ejemplo, con aquel comunicado de los diez gobernadores de Juntos por el Cambio, que reclamaron por un presupuesto que atendiera algunas de sus demandas que, aseguraron, significaba un costo de apenas el 0,3% del PBI. No hubo caso y sucederá que, por primera vez en la historia, un presidente gobernará con un presupuesto prorrogado por segundo año consecutivo. Con las partidas totalmente desactualizadas, Milei tendrá las manos libres para mover partidas y -prometió- beneficiar a los amigos y discriminar a los enemigos. Democracia al estilo libertario.
A primera vista, se veía dificultoso que el temario alcanzara sortear las dificultades que vienen mostrando las Cámaras para llegar a acuerdos. Respecto a la eliminación de las PASO, los bloques se muestran divididos. En este caso, el PRO, principal aliado del Gobierno, prefiere mantenerlas. Hay una idea en el oficialismo acerca de que a Cristina Kirchner le conviene, así tendría más atribuciones para armas las listas de Unión por la Patria. Pero lo cierto es que CFK nunca se expidió sobre el tema. Por otro lado, las primarias fueron una creación de Néstor Kirchner. En general, son los gobernadores los más entusiasmados con la idea de quitarlas o suspenderlas, otra opción.
Menos consenso tendría la reforma política que incluye la flexibilización de las reglas de financiamiento de las campañas para permitir incrementar los aportes privados junto a reglas más estrictas para la presentación de partidos políticos, para evitar la proliferación de “sellos de goma”. El juicio en ausencia es impulsado para casos como el atentado a la AMIA, con un valor más simbólico que concreto. Una de sus impulsoras es la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien a caballito del reciente y oportuno video con amenazas de un supuesto grupo narco también reflotó la ley antimafia, con media sanción de Diputados. La propuesta agrava penas de delitos y avanza sobre garantias constitucionales, como la detención de sospechosos por 48 horas.
La detención del senador Kueider cuando intentaba ingresar llevando más de 200 mil dólares en efectivo a Paraguay provocó que el Ejecutivo sacara de la galera un proyecto para modificar los fueros de los legisladores. Claramente, un golpe de efecto para intentar llevar la iniciativa en un tema en el que el oficialismo quedó herido, dado el vínculo que había generado con el legislador entrerriano, a quien colocaron al frente de la comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara alta. Si se debate sus fueros, justamente, debería comenzar a tratarse en su comisión.
Por último, el Gobierno dejó afuera otros dos temas que eran de su interés. Uno, el de la privatización de Aerolíneas Argentinas, un proyecto pensado principalmente para contentar a sus aliados del PRO. Ahora que la situación en la empresa volvió a la calma, la iniciativa volvió a un cajón. El otro, los pliegos de los candidatos Ariel Lijo y Manuel García Mansilla para la Corte Suprema. El oficialismo no quiere abrir una negociación con Unión por la Patria y la situación se empantanó. A fin de mes, con la jubilación de Juan Carlos Maqueda, el principal tribunal del país quedara reducido a tres integrantes y la Casa Rosada amenaza con designar a sus candidatos por decreto.
El Destape