El Frente de Todos ingresó esta semana en una fase de definiciones indefinidas para su futuro electoral, paradójicamente, con sus principales actores en competencia -declarada o no- distribuidos por todo el mundo. Literalmente.
En China, Sergio Massa y Máximo Kirchner -mencionados ahora como posibles candidatos al Senado y Diputados por la Provincia-, priorizaron en lo público mostrarse como garantes del orden político que el ministro de Economía reclamaba en un acto poco antes de partir (porque “no nos entra un quilombo más”) pero que en particular demandan los chinos para las inversiones.
Allí, en la tierra de Mao Zedong, Deng Xiaoping y hoy Xi Jinping, el orden político es condición indispensable para el orden económico. Pero el sistema chino, aún con sus propias facciones, es muy distinto al argentino. También su concepto de orden.
Ese mismo día, en estas orillas y con una diferencia de 11 horas menos, se lanzaba el último de los precandidatos del Frente de Todos: el jefe de gabinete Agustín Rossi. El dirigente cuya historia representa un resumen de tres mandatos de kirchnerismo y uno del FdT intenta recuperar terreno perdido: sus referentes de La Corriente recolectan avales por estas horas en toda la Argentina y la próxima semana los llevarán a una mesa nacional para pensar en alianzas y listas.
Así y todo, la síntesis que promueve el kirchnerismo suena muy lejana. Hasta el propio Wado de Pedro, que se autopercibe precandidato, lanzó spot pero carece aún del título, admitió que el final de la película parecen ser las PASO. Por si acaso, recorre el Conurbano, visita Chaco y busca posicionarse como opción, una a la que todavía no todos suscriben.
Wado sueña con una coalición ampliada, no solo política pero social y económicamente. Quiere abrir canales con sectores productivos del campo y a la vez, alinear a las diversas expresiones gremiales, de la CTA de Yasky al Barrionuevismo, pasando por los alfiles de Moyano y los gremios más kirchneristas nucleados en la Corriente Federal con los que se vio el fin de semana.
Un poco más atrás, asoma el último de los mohicanos, Daniel Scioli, acostumbrado ya a los avatares de la competencia. Tampoco se baja. Articula con los intendentes antiCámpora del peronismo, como Fernando Gray o Juanchi Zabaleta y en su último golpe de efecto, oficializó su alianza con la precandidata a la gobernación bonaerense Victoria Tolosa Paz como opción para las primarias.
Restan solo unas semanas hasta el 24 de junio y todavía no se vislumbra el rumbo que adoptará el oficialismo. Muchos menos si conseguirá la unidad programática que tanto demanda la Vicepresidenta en público y privado. Y si al final, predominará el orden político o seguirán entrando los quilombos.
El Cronista