La irrupción de CFK todavía no ordenó el peronismo y la interna imposible con Quintela. El líder del PRO se guardó la bala de plata y hace cuentas para el 2025. La violencia política migra de Twitter a las calles.
—Es la última vez que pido algo así…
Mauricio Macri mostró un lado –casi– sensible. El microclima en el bloque del PRO, que explicitó el lloriqueo de una diputada, era tensión pura. Desde EE.UU, primero por Zoom y luego por teléfono, el expresidente empujó, con Cristian Ritondo como ejecutor, el apoyo explícito al veto de Javier Milei. La postura previa del partido que antes votó en contra del aumento a las universidades facilitó el acuerdo y evitó un choque abierto entre mauricistas y bullrichistas.
En las horas que Santiago Caputo y Martín y «Lule» Menem –llamativa la poca intervención del jefe de Gabinete, Guillermo Francos– desplegaron un arsenal de suplicios y promesas para juntar votos, Macri mostró su respaldo y puso en valor su espacio. Visibilizó que tenía, aunque no la usó, una bala de plata para producirle una derrota brava al Gobierno. Y avisó que el acompañamiento a Milei no es infinito.
El expresidente encontró otro argumento para hablar de la mala praxis libertaria: enumera que las únicas áreas del gobierno que funcionan bien están a cargo de dirigentes que vienen del PRO: menciona a “Toto” Caputo, Federico Sturzenegger y, aun a desgano, a Patricia Bullrich. “Yo hablo dos horas con Javier y él se muestra convencido de lo que le digo, pero después lo agarra Santiago 45 minutos y cambia de opinión”, se quejó ante un visitante que le escuchó teorizar sobre un escenario de disputa electoral con La Libertad Avanza (LLA). Según sus cálculos, el PRO puede sacar más de 15 puntos a nivel nacional, lo que le permitiría renovar 14 o 15 de los 22 diputados que pierden sus bancas. Parece demasiado optimista.
Los cálculos de Mauricio
Lo relevante no es el cálculo; lo relevante es escuchar a Macri plantear la posibilidad de que el PRO presente listas propias y separadas de LLA. En territorios como la provincia de Buenos Aires, la oferta dividida entre el PRO y LLA puede allanar el triunfo de Unión por la Patria (UxP). Según Opina Argentina, el “peronismo de Cristina y Axel” tiene 45 puntos de intención de voto. Los números de Aresco son parecidos. Shila Vilker, de TresPuntoZero, asegura que el peronismo sostiene los 45% que obtuvo Kicillof en octubre del 2023.
Esa carta la puede blandir Macri en su paritaria con Milei. Hay una pregunta inquietante: si el PRO y LLA van divididos y eso implica la victoria del peronismo ¿quién paga el costo? ¿Macri o Milei? El resultado bonaerense siempre se nacionaliza y una derrota libertaria puede tener alto impacto. ¿Cómo reaccionarían los mercados si la candidata de un PJ ganador fuese Cristina Kirchner? El escenario lo plantean cerca de Macri furiosos por el destrato libertario: Caputo, contó el expresidente, le imploró el apoyo del PRO, pero horas después de la votación, los trolls libertarios lanzaron chicanas contra el macrismo y hasta el propio Milei retuiteó una nota que puso a Macri en un club de fracasados.
Ritondo, jefe del bloque, oficia de canciller: debe lograr que los pedidos de sus diputados sean oídos en Casa Rosada y administrar las quejas contra Sturzenegger, cuya Ley Hojarasca incluye capítulos enteros que se atribuyen en el PRO. “Lo que hace Federico es tema de él: nuestra agenda es el presupuesto”, le dicen a Ritondo en LLA. Este tiene otro mandato: Menem le trasmitió que Karina Milei quiere que Santiago Viola, apoderado libertario, acceda a una butaca en la Auditoria General de la Nación (AGN) que preside el panperonista Juan Manuel Olmos.
El patrocinio de Viola se le atribuyó, primero, a Caputo Junior. Ahora invocan a Karina como la promotora. Es una de las razones que demora la designación de los auditores, cuyas butacas parecen destinadas: una para el macrista Jorge Triaca, otra para el peronista K Juan Ignacio Forlón y la tercera para el radical Mario Negri. Hacerle un lugar a Viola requiere desplazar a Triaca o a Negri. El entuerto demanda un acuerdo global. El peronismo, el bloque de Pichetto y la UCR sostienen al radical cordobés. ¿Ejecutará LLA otro desplante y desplazará a Triaca?
¿Están bien los 134?
La coincidencia para sostener a Negri en la AGN tiene otra derivación. De los 160 que pidieron insistir con el aumento a universidades, 134 se quedaron en la sesión para emplazar a que el ministro Caputo concurra al recinto a explicar el presupuesto 2025. Y, en paralelo, para apurar el debate sobre una ley que modifica el régimen de Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) para anular la normativa que se impulsó con los Kirchner que requiere que para voltearlos deben ser rechazados por las dos cámaras.
En su momento, Bullrich e Iglesias, por entonces férreos detractores de los decretos, presentaron proyectos para que el rechazo de una sola cámara sirva para hacer caer un DNU -el mismo tratamiento que una ley-. Ahora sigue activo, como con el DNU 70, con la “no intervención” de una sola de ellas.
Las dos disposiciones, que quedaron bajo el radar luego del sostenimiento del veto y las corridas fuera del Congreso, son una señal. “Con diferencias y todo, está claro que hay una oposición: los 134 votos que quedaron en el recinto el otro día son los que van a ponerse en juego para el Presupuesto”, señaló a Cenital un dirigente opositor. Eso supone una complicación para Milei: con UxP, más la mayoría de la UCR –sin los radicales “peluca”-, el bloque de Pichetto, la izquierda y varios provinciales, se puede avanzar con modificaciones.
El esquema es específico. Consiste en retocar el proyecto enviado por Caputo, reponer la fórmula jubilatoria que vetó Milei y respaldaron los 87 héroes del asado en Olivos, insistir con un aumento para universidades e incorporar partidas no automáticas para las provincias, como obras y cajas previsionales. Para apagar el argumento del Gobierno, esos gastos se compensarán con correcciones a los llamados “gastos tributarios”. Es decir, impuestos que se dejan de recaudar por beneficios que reciben empresas como Mercado Libre de Marcos Galperín y otras tecnológicas. O las del régimen de Tierra del Fuego, entre ellas el holding de Rubén Cherñajovsky.
El armado opositor, si se sostiene, puede forzar a un veto parcial de Milei y que, otra vez, el Congreso tenga que sostener o rechazar vetos a jubilados y a la educación universitaria. Ahí adquiere sentido lo de Macri a sus legisladores sobre el último pedido. Caputo y los Menem operan sobre un escenario incierto: generó malestar la postura de Marcelo Orrego, el gobernador de San Juan, a quien hay que anotar como “amigable”, pero que el miércoles mandó a sus diputados a votar en contra. El movimiento tiene un doblez político: Orrego decidió alinearse con los perdedores a pesar de que el Gobierno tenía 84 votos para blindar el veto.
Algo similar ocurrió con el salteño Gustavo Saenz. ¿Fue porque el tema universitario es demasiado costoso en sus provincias o empezaron los desafíos a la Casa Rosada? La caída de la imagen de Milei y del Gobierno hace más fácil desmarcarse. La baja continuó en estas semanas y busca un nuevo piso. Lo que se produjo es lógico: Milei sostenía niveles de aprobación que eran superiores al aval de sus políticas. Tenía 50 puntos de buena imagen, pero ninguna de sus medidas estaba por encima del 40.
Afuera de Twitter
Ese desacople empieza a ordenarse y tiene dos efectos: detectar un piso de apoyo, que se acerca a 40, pero que podría ser sólido porque se trata de sectores que se alinean con las políticas libertarias. El estudio de Casa3 de Mora Jozami señala que la principal pérdida de apoyos de Milei se registra entre los votantes del PRO en octubre pasado. Se trata de aquellos que pueden objetar los modos de Milei. Los leales más rígidos se nutren de la hostilidad clásica del presidente
Es un juego de alto riesgo. Los actos libertarios requieren cada vez más despliegue de seguridad. En el acto de Karina Milei en las afueras de La Plata, la custodia armó un scrum numeroso frente al escenario y se hicieron registros previos de los asistentes para evitar sorpresas. Pocos en Casa Rosada creen que vaya a ser candidata, pero la hermanísima parece sentirse cómoda en su nuevo rol. La visita de Martín Menem a Rio Gallegos también fue accidentada.
La agresión al influencer libertario Fran Fijap marcó un nuevo punto crítico. El militante, que fue recibido por Milei en Olivos, fue salvado por efectivos de seguridad vestidos de civil, sino la agresión podría haber sido peor. En torno al episodio hubo curiosidades: como la viralización del testimonio de un supuesto manifestante que prometía “matar” a los libertarios, pero que meses atrás estuvo en un acto en defensa de Milei.
Francos, el principal interlocutor con los gobernadores, redujo su protagonismo. La abstención de los diputados misioneros se atribuye a una negociación que habría sido acompañada por algunas advertencias libertarias a Carlos Rovira, el jefe político de la provincia. Quizá sean solo fantasías del mundo del Congreso, donde todo comportamiento se analiza como parte de una contraprestación.
De regreso a octubre
A una semana del cierre de listas para la interna del PJ nacional, durante el fin de semana se abrieron algunos canales de diálogo mientras que se preanunció la apertura de otros. Ricardo Quintela dijo en una entrevista en Futurock que el lunes le devolverá la llamada que le hizo Cristina Kirchner a través de su secretario Mariano Cabral. Según explicó, vio el mensaje tarde en una sobremesa con un grupo de dirigentes bonaerenses a los que les anticipó qué propuesta le quiere llevar a la expresidenta: su pedido será que ella convoque a los gobernadores para acordar un esquema de unidad que incluya la cuestión bonaerense. Traducción: que le otorgue algunas garantías a Kicillof sobre la intervención, que considera tóxica, de Máximo Kirchner.
Quintela, a través de Jorge Yoma, anotó el jueves su candidatura. Lo hizo, dicen, cerca del gobernador y luego de una charla en la que Kicillof le ratificó su apoyo y le pidió que sostenga su postulación al PJ. Además de Yoma, el riojano presentó otros dos apoderados: uno es Daniel Llermanos, que está ahí en representación de Hugo Moyano –esta semana, Quintela hizo un acto con el gremio de taxistas y entre los asistentes estuvo Facundo Moyano–; el otro es Leandro “Kiko” Busatto, dirigente rosarino, yerno de Enrique “Pepe” Albistur.
El mandatario provincial insiste con que quiere competir, pero, en paralelo, plantea que la idea es la unidad. Empezó a circular, en simultáneo, la posibilidad de prorrogar la fecha de las elecciones para marzo del año próximo. Para Cristina puede ser un incordio: ya fue un traspié que no acepten a sus propuestos para presidir el partido y luego fue relativo el apoyo a su propia candidatura para un cargo que, se sabe, nunca quiso. ¿Postergar la elección que está pautada para el 17 de noviembre significa otra derrota para la expresidenta?
La interna imposible
Algo está claro: aunque está en orden lo jurídico y los plazos para la votación y María Servini puso a disposición los padrones, no parece sencillo organizar en cuatro semanas la logística para una competencia a nivel nacional sin antecedentes. “No hay reglamento, no hay estructura, no hay plata… el peronismo no está en condiciones de hacer una interna”, dijo a Cenital un dirigente que conoce el entramado peronista.
Hubo una disputa nacional e histórica por la candidatura presidencial del peronismo en la que Carlos Menem le ganó a Antonio Cafiero. Los supersticiosos rememoran que aquella fue, como ahora, una elección entre un riojano con poca estructura y un bonaerense que tenía el apoyo de casi todo el partido. Más allá de la analogía Menem-Cafiero que desliza el propio Quintela, varias cosas no se repiten. Por ejemplo, a diferencia de Cafiero, Cristina no consiguió el apoyo de los gobernadores peronistas.
No hubo foto con Gildo Insfrán, postal que el kirchnerismo quería mostrar la semana pasada. El formoseño se vio con Cristina y se fue con el mandado de buscar un acuerdo que evite la interna. El jueves hubo, además, un zoom entre los gobernadores del peronismo: esas reuniones virtuales son cada vez más chicas. En la última solo participaron cuatro. Un jefe territorial, José Luis Gioja, pasó por el Patria y hubo foto con CFK. Unas horas antes, el sanjuanino había hablado con Quintela y le había planteado que iría a ver a Cristina para gestionar una negociación.
Pero lo más extravagante ocurrió sobre el fin de la semana. Ante la frialdad entre Cristina y Axel Kicillof se habló de la existencia de un “vínculo secreto” para apagar la tensión entre ambos. Hay varias rarezas. La primera es que no existió, hasta donde se sabe, una pelea entre la expresidenta y el gobernador que pueda explicar esa distancia. Gabriel Sued, en Cenital, puso el zoom sobre lo que supone el cambio de vínculo entre ellos. La sola invocación de un canal reservado entre ambos le agrega dramatismo porque da por hecho que la comunicación está rota y debe aparecer alguien a enmendarla. Se especuló con que sería un hombre de fe. Para más datos, un obispo que reporta a Francisco. La especulación tiene un trasfondo extraperonista: en la Iglesia, por el clima de hostilidad política y la advertencia de una crisis social, se empezó a hablar de “diálogo argentino”, como el del 2001.
El viernes por la noche una fuente del peronismo le dijo a Cenital que Cabral, el moviconero (metáfora mordaz que patentó Ignacio Zuleta para hablar de los secretarios de los poderosos) de Cristina, habría contactado a Kicillof para pautar un encuentro. En la semana se aseguró que había avisado que estaba dispuesta a “llamar a todos los gobernadores, menos a Axel”. Un operador de CFK negó esa versión con énfasis.
Lo único que se emitió desde el entorno del gobernador fue la convicción de que en estos días el tema se apaciguará. Para el 17 de octubre se cocina un acto en el que participará la expresidenta. Y si el ordenamiento ocurriese, debería ser antes ese mismo jueves, cuando el gobernador encabece un acto por la fecha patria peronista en Berisso, donde será el único orador. El discurso, hasta acá, tendrá un solo destinatario: Milei. “Salvo que pase algo que nadie quiere que pase”, susurraron en el primer anillo del gobernador.
Cenital