El Gobierno arrancó fuerte con la poda en el Estado. La última semana fueron cerca de 11.000 los contratos que no se renovaron pero el objetivo oficial es totalizar unos 70.000, según los propios cálculos de Casa Rosada.
Esta situación es de las que hoy más está tirando de la cuerda entre el Gobierno y gremios, una relación que si ya venía herida, ahora no hace más que complejizar las cosas.
En medio de todo esto la CGT intenta limar algunas de sus internas para destrabar un frente propio, que provoca que todavía no se pueda anunciar un paro general, como piden muchos sectores. Esto puede precipitar, incluso, que la medida de fuerza decante de un momento a otro.
El otro frente que está abierto es el Camioneros. Es uno de los gremios que cerró paritarias por fuera de los parámetros que pretende el Gobierno, y por esto Trabajo se niega a homologar el acuerdo salarial. Justamente el gremio de los Moyano es uno de los que pelea por avanzar sobre un paro general.
Lo que se espera para las próximas horas es justamente reunir esas voluntades para alcanzar la medida de fuerza. No está claro cuáles son las chances reales de que esto pueda ocurrir. Pero sí que el Gobierno deberá afrontar una semana muy compleja en lo que tiene que ver con el frente gremial.
El Cronista