Cada petrolera pierde $ 38,50 por litro de gasoil que vende en el mercado local. Antes de que inicie la cosecha gruesa, los productores agropecuarios quieren acopiar producto y las refinadoras topetaron las ventas
El salto de los precios internacionales de la energía provocó un atraso de precios locales del 30%. A días de que empiece la cosecha gruesa agropecuaria, las petroleras impusieron cupos de entrega de combustibles (principalmente gasoil que usan máquinas y camiones) para evitar vender a pérdida. Tanto el campo como los transportistas y los dueños de estaciones de servicio denuncian faltantes.
La situación tiene varias aristas. Las refinadoras aseguran que hay producto suficiente pero que el campo, en vez de comprarlo en el canal mayorista (donde los precios son entre 15% y 20% más altos que en el minorista), va a los surtidores que atienden al público general para acopiar gasoil y anticiparse a futuros aumentos.
Esto lleva a imponer cupos en las ventas y las estaciones de servicio blancas (sin bandera), que no tienen contrato con ninguna petrolera, sufren faltantes habituales.
El 85% del gasoil premium (grado 3) que se consume en el país es importado. Cada litro comprado en el exterior y vendido en el canal minorista conlleva una pérdida de $ 38,50 por litro, según comentaron a El Cronista fuentes del sector. Pero el problema actual está incluso en el gasoil común (grado 2).
¿FALTAN COMBUSTIBLES?
A nivel internacional, el petróleo se negocia a 106 dólares por barril, mientras que el crudo Medanito, que se produce en Neuquén (donde está la formación Vaca Muerta), se vende en el mercado interno a unos u$s 59. Tiempo atrás, cuando esta brecha era menor o directamente no existía, los precios locales del canal mayorista eran menores que los del público general, por las ventas a granel.
En este contexto, la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac) aprovechó para denunciar faltantes y quejarse de los aumentos de los combustibles ocurridos en febrero y marzo, del orden del 10% en ambos casos en estaciones de servicio pero de entre 15% y 27% en el canal mayorista.
Los empresarios transportistas justificaron así el incremento de sus costos, que en febrero fue del 7,16% y que derrama sobre toda la cadena productiva, con lo que se retroalimenta la inflación.
Asimismo, los estacioneros nucleados en la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos de Argentina (Cecha) advirtieron que “estamos a las puertas de una crisis que afectará a toda la cadena productiva”. “El atraso del 32% en los precios -desde comienzos de año- es lo que llevó a que hoy estemos frente a las primeras señales de desabastecimiento en combustibles claves como el gasoil”, señalaron.
“Hoy en las estaciones estamos operando con sistema de cupo, podemos vender 15 litros de gasoil por cliente”, alertó el presidente de Cecha, Gabriel Bornoroni. “En estas condiciones, no está garantizado el combustible para levantar la cosecha”, dijo. Las ventas de combustibles crecieron 2,1% mensual en febrero, pero el 60% de las estaciones no logra vender la cantidad suficiente como para cubrir todos sus costos -el punto de equilibrio sería 298.000 litros mensuales en promedio-.
Por último, la situación se agrava porque los productores de biocombustibles dejaron de entregar bioetanol y biodiesel en los últimos días, ante la disparada internacional de los precios del aceite de soja y el maíz.
El bioetanol de maíz reclama una suba de 53% en el precio regulado (de $ 65,42 a $ 100 por litro) o dejará de producir en abril, por lo que indican que habrá que importar un 6% del total de la nafta para abastecer al mercado interno.
En tanto, la industria del biodiesel pide volver a elevar el corte al 10% en el gasoil refinado para disminuir los costos de importación.
El Cronista