INVERSIONES Y BÚSQUEDA DE UNA POSTURA CONJUNTA, EJES DE LA PRIMERA CUMBRE DEL CLIMA DE ÁFRICA

En Kenia se lleva a cabo la primera Cumbre del Clima de África, un evento con el que Nairobi y la Unión Africana buscan atraer inversión a la región y del que pretenden obtener una voz conjunta de cara a otras citas del clima globales, como la próxima gran cumbre organizada por Naciones Unidas, la COP28, que tendrá lugar en Dubái.

La primera Cumbre Africana que busca una postura conjunta de los Estados africanos ante los efectos de la crisis climática inició este 4 de septiembre en Nairobi, la capital keniana, y durará hasta el próximo miércoles. Tiene como objetivo establecer una estrategia en bloque sobre temas como las finanzas climáticas, los créditos de carbono o las energías renovables.

El evento ha sido organizado en conjunto por el Gobierno del presidente William Ruto y la Unión Africana. El mandatario keniano se refirió a la crisis climática como una “oportunidad” de inversión en los países africanos. “Durante mucho tiempo hemos considerado esto como un problema”, indicó, antes de asegurar que la acción climática puede “ser una fuente económica multimillonaria”.

El mandatario hizo un llamado a invertir en el continente, donde se encuentra el 40% de los minerales esenciales para la transición energética, como el cobalto, el manganeso y el platino y el 60 % de los recursos solares mundiales. Una de sus propuestas es convertir a África en un “continente completamente autosuficiente” energéticamente, “con una combinación de energía eólica, solar, geotérmica, de biomasa sostenible e hidroeléctrica”. Se calcula que unos 600 millones de africanos no tienen acceso a la electricidad, a pesar del gran potencial de la energía solar y otras energías renovables que hay en el territorio. 

Uno de los principales puntos de la cumbre es que África no recibe la financiación climática necesaria para poder desarrollar estas riquezas naturales, siendo destino solamente del 2 % de las inversiones globales en energías renovables en las últimas dos décadas.

La insatisfacción se ha hecho latente en el encuentro, puesto que los países de la Unión Africana tan solo provocan el 4 % de las emisiones de gases de efecto invernadero del mundo, pero sus países están entre los más afectados a escala global por los efectos del cambio climático provocado por la emisión de otras naciones, principalmente las más desarrolladas. Solo en 2022, según Save The Children, 1,85 millones de niños de África Subsahariana se vieron desplazados dentro de sus países debido a desastres climáticos.

“De los 20 países más afectados por la crisis climática, 17 están aquí, en África”, reconoció incluso John Kerry, enviado especial sobre el clima de Estados Unidos, presente en la cumbre.

Bonos de carbono, ¿alternativa o amenaza para el medio ambiente?

La cita también apuesta por los bonos de carbono, que permiten a las empresas invertir en plantaciones de árboles o proyectos de energía renovable para supuestamente compensar sus emisiones de gases de efecto invernadero. En ese sentido, Emiratos Árabes Unidos se comprometió este lunes durante el evento a comprar 450 millones de dólares en créditos de carbono de la Iniciativa de Mercados de Carbono de África (ACMI), lanzada en la COP27 el año pasado, en Egipto. 

Entre tanto, Reino Unido dijo que durante la cumbre anunciará proyectos por valor de 62 millones de dólares y Alemania anunció un canje de deuda de 65 millones de dólares con Kenia para liberar dinero para proyectos verdes.

Pero muchas de estas iniciativas no convencen a las más de 400 ONG que han criticado los bonos de carbono que impulsa la cumbre y han dicho que enviarán una carta conjunta a sus organizadores para pedir que los países ricos cumplan con los compromisos económicos ya establecidos en el pasado para mitigar el impacto que históricamente han causado en el clima durante sus procesos de desarrollo. 

Y es que a África sólo ha llegado el 12% del dinero necesario para hacer frente a impactos climáticos, de acuerdo a un informe de Climate Policy Initiative. En 2009, en la Conferencia del Clima de Copenhague, se fijó que anualmente los países ricos debían destinar a países en desarrollo 100.000 millones de dólares para ayudarles a hacer frente a los estragos del clima. Pero esa suma, pensada para mitigar sequías, inundaciones y otros fenómenos, no se hace efectiva. En 2020, se llegó a 83.000 millones, un 4% más que el año anterior, pero lejos de la meta marcada 11 años antes. 

“Más inversiones en energías limpias y menos en carbono”

A las afueras de la reunión se llevaron a cabo manifestaciones para obtener acciones concretas contra el cambio climático. Cientos de activistas pidieron acabar con los combustibles fósiles. Y, concretamente, con proyectos como un oleoducto de 897 millas que está siendo financiado por TotalEnergies entre Uganda y Tanzania.

Los presentes en las calles pidieron también que se cese la deuda externa que enfrentan muchos países africanos y, por contra, aumenten los subsidios para “ampliar masivamente las fuentes (de energía) renovables” como la solar, dijo, por ejemplo, la activista ugandesa Vanessa Nakate, una de las presentes.

Al interior de la cumbre, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, se hizo eco de estos pedidos. Dijo que a pesar de que el continente tiene abundante sol, viento, energía hidráulica y minerales, sus gobiernos hacen frente a altos niveles de deuda e interés que impide las inversiones en energía renovable.

Y una de las críticas a Ruto durante la jornada ha sido que a pesar de que el mandatario ha promovido la plantación de árboles durante el evento, su Administración levantó este año una prohibición a la tala comercial. “Cuando un país celebra una conferencia como la nuestra, debe predicar con el ejemplo”, indicó Isaac Kalua, activista climático. 

Se espera que la primera cumbre del clima africana reúna desde este lunes al miércoles a cerca de 20 presidentes y jefes de gobierno y que dé como fruto una posición conjunta de los países africanos para luchar por sus necesidades climáticas en foros globales, como la COP 28, que se celebrará en Dubái a final de año. 

Y no es poco lo que está en juego. La ONU ha estimado que las pérdidas y daños que enfrenta África debido al cambio climático podrían alcanzar los 440.000 millones de dólares para 2030.

Con AP, Reuters y EFE/France 24

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