El economista, coautor de diversos libros, analiza en una entrevista con Infobae el escenario actual y el riesgo de volver a emitir para financiar el exceso de gasto público.
“Hay varias cuestiones respecto a esa ley. Primero implica un avance en lo institucional grosero. O sea, implica que el Gobierno quiere manejar todo desde el Ejecutivo. Básicamente el tener un consejo de gente experta que asesora, bien al estilo soviético”
El presidente Alberto Fernández dijo: “tenemos que terminar con esa práctica de ahorrar en dólares”, como si la historia económica argentina no se hubiese ocupado y preocupado por generar el casi total repudio por la moneda nacional, con ministros y legisladores que reiteradamente han agudizado sus ingenios para confiscar ahorros; licuar el poder de compra de los ingresos con medidas que alimentaron un casi incontrolable proceso inflacionario; y votar nuevos impuestos que contribuyeron a debilitar aún más los ingresos de las familias y las empresas.
Ahora, se busca revertir esa historia, pese a que como en el pasado, se acude a una Ley de Emergencia, para contar con grados de libertad para sanear las finanzas públicas y recrear la debilitada confianza en el peso.
Claramente, entre los economistas del oficialismo se asegura que en poco tiempo se logrará frenar la caída de la actividad económica y volver a crecer, ahora con un “programa inclusivo”. Pero, del otro lado, están los que esperan ver “un plan integral” consistente con ese objetivo, y otros como Javier Milei, que por el contrario, asegura, “basado en la evidencia empírica”, en un nuevo fracaso, con “riesgo de caer en default”.
Justamente, en una nueva entrevista con Infobae Javier Milei, economista jefe de la Fundación Acordar, miembro del B20, del Grupo de Política económica del ICC Internacional (asesor del G20) y del Foro Económico Mundial; especialista en temas de crecimiento con y sin dinero y autor de más de 50 artículos académicos, y libros de amplia difusión, entre ellos Política económica contrarreloj, Lecturas de economía en tiempos del kirchnerismo, El retorno al sendero de la decadencia argentina; Otra vez sopa. Maquinita, infleta y devaluta, y Otra vez sopa; Desenmascarando la mentira keynesiana; y el más reciente Libertad, Libertad, Libertad, en gran parte junto a otros economistas, como Diego Giacomini, dio su visión sobre la Ley de solidaridad y reactivación productiva en el marco de la emergencia pública, y sus expectativas.
– Se votó la Ley de emergencia económica social, previsional, sanitaria, económica, etcétera, la cual autoriza el aumento de impuestos; congelamiento de ingresos a jubilados que perciben más de $19.067 por mes; aumento de las retenciones a las exportaciones, entre otras medidas. ¿Cree que de esa forma se va a lograr salir del estancamiento casi secular de la economía?
– Hay varias cuestiones respecto a esa ley. Primero implica un avance en lo institucional grosero. O sea, implica que el Gobierno quiere manejar todo desde el Ejecutivo. Básicamente el tener un consejo de gente experta que asesora, bien al estilo soviético. Y además implica escupir, para ser delicados, sobre aquellos que no votaron o no acompañaron la propuesta del actual gobierno. Por ende, no guarda respeto alguno sobre la institucionalidad y lo que representa el Congreso como diversidad de opinión.
Por otra parte, hecho de que esta ley además implica un aumento de la presión fiscal de 1,7% del PBI, también refleja que se violentan los principios básicos de la tributación, porque en general los impuestos deben ser determinados por la Cámara de Diputados, ¿por qué? Porque supuestamente, y digo supuestamente y lo subrayo, son los representantes del pueblo. En realidad, en la Argentina no representan nada porque tiene una democracia fallida, y difícilmente representen los intereses de los individuos que habitan en este país. Pero al margen de eso si partimos de la premisa “no taxation without representation”, lo hecho por el Poder Ejecutivo es un avance muy grave sobre al menos las libertades individuales declaradas. Por lo tanto, ya hay un problema institucional bastante grave para una democracia que es bastante precaria, por decirlo de alguna manera, aun cuando el sistema no vota nada importante tampoco. De las cosas importantes no se vota nada. Es decir, no nos dan voto para ver si queremos más Legislatura, menos Legislatura, u otro orden institucional que no sea tan caro. Entonces hay una cuestión de índole institucional que está mal; y que va justamente en contra de las garantías y de las libertades de los individuos. Primer punto.
Es una ley, que, además, implica un aumento de la presión fiscal de 1,7% del PBI, también refleja que se violentan los principios básicos de la tributación, porque en general los impuestos deben ser determinados por la Cámara de Diputados
– ¿La ciencia económica dice que es aconsejable para reactivar la economía aumentar los impuestos?
– Bueno, quiero ir por partes. O sea, ese es el primer punto que quiero señalar. El segundo es que evidentemente hay, si se quiere, una lectura razonable, entendible o positiva, sobre lo que significa el paquete. Es un aumento de la presión fiscal. Murray Rothbard decía: “acá lo que cuenta es si aumentaron o bajaron los impuestos”, a usted no le importa cómo se los cobran, el nombre que le pongan. Eso es todo mentira. Acá lo que importa es le cobran más o le cobran menos. Están apuntando a cobrarte 1,7 puntos más del PBI, le están robando 1,7 puntos más de la tuya. Ese es el concepto general. Entonces, lo que veo es que es un intento desesperado por evitar la hiperinflación y por evitar el default. Eso es lo que diría en términos generales. O sea, hay conciencia entonces de la gravedad del plano monetario y hay conciencia de la gravedad del plano fiscal.
– ¿Ve la misma conciencia sobre la gravedad del plano social y empresarial en cuanto a la capacidad de poder pagar esos impuestos, si es que se está frente a una “economía arrasada”?
– Bueno, por eso estoy yendo por partes. El problema con usted es que no es periodista, es un economista que trabaja de periodista y eso genera que se anticipe a las cosas que yo tengo que explicar. Lo que yo veo es que esto lejos de generar reactivación va a generar todo lo contrario. Primero, ya el ministro de Economía arrancó mal, porque arrancó mintiendo. Dijo que no iba a haber ajuste en el 2020, sin embargo, sí hay un ajuste. Ahora, qué es lo que pasa. No ajusta el gasto, es decir que en el fondo es un cortesano más de la corporación política. Es un cómplice de los delincuentes de los políticos. Porque en el ajuste que se hace todos ajustan menos las basuras inmundas de la corporación de los políticos: ajusta a personas desde ingresos por $20.000 o $30.000, pero los legisladores, que tienen remuneraciones por arriba de $200.000, o jueces con $400.000, o personas que reciben jubilaciones, pensiones, ligadas a la política, de eso no se ajusta nada.
Se ajusta a personas desde ingresos por $20.000 o $30.000, pero los legisladores, que tienen remuneraciones por arriba de $200.000, o jueces con $400.000, o personas que reciben jubilaciones, pensiones, ligadas a la política, de eso no se ajusta nada
– Una de las defensas que hace el Gobierno frente a esas críticas es que la partida destinada al pago del salario al Presidente, los legisladores y de los que están exentos es relativo, es insignificante. ¿Es tan importante el efecto reflejo, más que la cuantía?
– A ver, los delincuentes de la política siempre contestan eso. Son unos ladrones y así hay que leerlo. A ver, el gasto de funcionamiento del Estado hasta el 2007 era 5,4% del PBI, hoy es 7,4% del PBI. Ahí tiene dos puntos de PBI para ajustar sobre la política y no tocar a nadie ¿me explico? Y ¿sabe qué? El 30% sobre el dólar genera medio punto del PBI, ay!, es insignificante. Si mira Bienes Personales es 0,3% del PBI. Y lo previsto por retenciones suma 0,5% del PBI. Si mira la suspensión de la baja de aportes patronales es 0,4% del PBI. Son todos insignificantes. Pero sin embargo para meterle la mano en el bolsillo sí, para devolvérsela jamás. Entonces lo que hay que tener en cuenta es que esto es un impuestazo. Como no quieren ceder en sus privilegios de casta van sobre el sector privado, que es el que genera riqueza. Entonces, este ajuste jamás puede ser expansivo. ¿Por qué? Porque en realidad se le está quitando fondos al sector productivo, es decir, al que genera riqueza, para seguir sosteniendo a los parásitos. Está claro que el resultado es menos producción. Ese es el concepto general.
– ¿Cree que contribuirá a resolver la sustentabilidad del pago de la deuda pública?
– Tampoco va a lograr arreglar el problema de la deuda. ¿Por qué? Primero porque el ajuste que hizo José Luis Machinea a comienzos de 2000 era de 1,1% del PBI. ¿Sabe cuánto recaudó?
– Muy poco, porque devino en una crisis.
– Apenas 0,1% del PBI, con lo cual, en el mejor de los casos, siendo súper optimista y con toda la garra y todo lo que se le ocurra, podrán juntar ¿1 punto? ¿1,1% del PBI? Tienen un déficit fiscal primario bien medido de 1,5% del PBI. Lo que quiero decir es esto: para repagar la deuda entran varios conceptos, la sustentabilidad, lo que se puede pagar, y la sostenibilidad, es decir, sostener el proceso socialmente, por decirlo de alguna manera.
Vamos al primer punto. Supongamos que creemos lo que decían antes, que la relación deuda PBI era 75%. Primero que es mentira, porque es 95%. Segundo, no es un número confortable, los emergentes no le prestan más a quien supera el 55% del PBI. Y por otra parte la deuda se paga con superávit primario. De hecho, si la relación deuda producto fuera 75%, el país se financiara al 8% anual en dólares y creciera hasta la eternidad al 3%, necesitaría un superávit primario de 3,5% del PBI. Y Argentina tiene déficit. Por eso están emitiendo a lo loco, tienen que emitir $250.000 millones para poder cerrar diciembre. Y Mauricio Macri ya había dejado la instrucción al Banco Central para emitir $600.000 millones, donde $400.000 millones iban a pagar deuda y $200.000 millones a cubrir resultado primario. Por lo tanto, los números no cierran. No hay sustentabilidad. No hay consistencia. Este nuevo experimento heterodoxo está destinado a fracasar.
Si la relación deuda producto fuera 75%, el país se financiara al 8% anual en dólares y creciera hasta la eternidad al 3%, necesitaría un superávit primario de 3,5% del PBI
Además, a eso hay que sumarle la Argentina no crece desde el 2011. En términos per cápita estamos 12% abajo. Estamos ya con un PBI per cápita similar al del 2007. Es decir, Argentina tiene un problema de crecimiento. El problema por el cual Argentina no crece es porque está asfixiada de los impuestos. Ahora bien, si encima le va a meter más impuestos esta economía no tracciona más, no genera más riqueza, no puede más. ¿Por qué? Porque en realidad la verdadera presión fiscal, cuando toma el gasto público, ve que se financia con impuesto inflacionario, con deuda, que son impuestos futuros, y con impuestos presentes. Cuando toma toda la cuenta la carga del Estado en la economía, porque también hay tomar los impuestos al trabajo, todo.
– Los impuestos provinciales y municipales…
– Exacto. Cuando hace toda esa cuenta el gasto del Estado supera la mitad del PBI. Pero usted sabe que el PBI tiene una parte que es en negro. O sea, el PBI se hace con una estimación de la parte de la economía informal. De ahí que cuando se corrige esa parte la presión fiscal efectiva en la Argentina para el que está en blanco es de 70% del PBI. Le hago un ejemplo fácil, su empleador le paga $100 ¿Pero cuánto pagó efectivamente? $165. O sea que ahí en el medio se fueron $65, y usted no los vio. Y cuando va con esos $100 a pagar algo s encuentra con que la mitad del precio corresponde a impuestos: así, tomando los $115 que pagó dividido $165 que generó de valor la presión tributaria efectiva es de 70%. Es decir, por eso esta economía no crece. Está taponada de impuestos. Hoy ya tenemos 166 impuestos. O sea, yo veo videos viejos míos que me hacen llegar y hablaba de 101, de 100 y tantos, ahora 166. O sea, es una locura. Y además tiene 69.000 regulaciones.
¿Por qué le digo esto?, porque para pagar la deuda uno de los elementos más importantes, no solo es el superávit fiscal primario, que no tenemos, sino el crecimiento, y Argentina no crece. Viene cayendo en términos per cápita desde el 2011 brutalmente y con esta presión fiscal no va a poder crecer más. Entonces ahora si la economía no crece no le alcanza con un superávit primario de 3,5 puntos del PBI, va necesitar entre 7% y 8% del PBI. No da. Creo que hasta al Excel le daría vergüenza poner ese número. Por lo tanto, no sólo que la economía no está en un sendero sustentable sino que intentar lograrlo subiendo impuestos es insostenible, ya que derivaría en un estallido social. De hecho, mucho de las grandes revoluciones encuentran su origen en una rebelión fiscal.
Para pagar la deuda uno de los elementos más importantes, no solo es el superávit fiscal primario, que no tenemos, sino el crecimiento, y Argentina no crece. Viene cayendo en términos per cápita desde el 2011 brutalmente y con esta presión fiscal no va a poder crecer más
– Javier, dijo muchas cosas y me gustaría un poco desmenuzarlas. En primer lugar, ¿Por qué cree que frente a este escenario, a este análisis que luce consistente y prácticamente irrefutable, hayan reaccionado tan positivamente los mercados, no ven esa falta de sustentabilidad? ¿No ven que podrán cobrar algo inicialmente pero que para después el plan no le ofrece garantías? ¿O está acostumbrados a renegociar y ganan con la renegociación?
– A ver, Daniel, vamos a ponerlo en estos términos, el mercado financió la locura macrista hasta mediados del 2018. Es decir que en el fondo nunca se miró seriamente el problema de la sustentabilidad. Con Diego Giacomini desde el primer día que salió Alfonso Prat Gay a anunciar su programa fuimos críticos. Si yo no me equivoco hay un análisis mío en Infobae mismo explicando que dejaba muchas dudas el programa de Alfonso Prat Gay (que luego continuó Nicolás Dujovne) y efectivamente cómo terminó, terminamos en el Fondo Monetario Internacional, no cierran los números. Entonces, ahora, frente a esa situación sí, se puede tener alguna mejora del mercado, también le pueden estar subiendo los bonos porque hace más contado con liqui. Y tampoco se debe olvidar una de las reglas básicas de los mercados: comprar con el rumor y vender con la noticia. Hoy hay rumor de ajuste y compran. Cuando hagan la cuenta y vean la falta de consistencia le propongo que volvamos a hablar y así me cuenta sobre los mercados.
Es más, le voy a contar una forma de darse cuenta de la inconsistencia del programa y esto es uno de los elementos más importantes que creo que le puedo transmitir. Mire, Mire, el sistema de precios es un sistema de transmisión de información, probablemente es uno de los inventos más sublimes de la humanidad, porque es un mecanismo de coordinación. O sea, cuando nosotros dos hacemos una transacción yo le entrego un bien y usted me entrega algo que oficie como dinero. Eso lo que hace, esa transacción, es generar un indicador que se llama precio y esa señal viaja a lo largo de toda la economía. Frente a esa señal los agentes qué hacen, se coordinan, algunos lo hacen como compradores, otros lo hacen como vendedores. Y en esa interacción, si hay más cantidades que se quieren comprar que las que se quieren vender el precio sube, o viceversa. O sea, se produce un ajuste. Es más, sin que nadie se lo proponga de manera explícita, el sistema de precios genera los incentivos para que todos los individuos aporten a la sociedad todo el conocimiento que se encuentra disperso y que es necesario para que dicho sistema funcione. Esto es Friedrich von Hayek puro. Probablemente sea uno de los reconocimientos sobre los cuales le dieron el Nobel de Economía. El rol del sistema de precios. Aparte no lo inventó nadie, lo creó la sociedad en un proceso de aprendizaje en el tiempo. O sea, es una institución impresionante.
El sistema de precios es un sistema de transmisión de información, probablemente es uno de los inventos más sublimes de la humanidad, porque es un mecanismo de coordinación
– Permítame un paréntesis…
– No, no, por favor, déjeme terminar esto. Yo le hago una pregunta, entonces, ¿si es tan importante el precio como un mecanismo de transmisión de señal usted puede entender entonces por qué es importante la Ley del Precio Único?. Es decir, que una misma mercancía tenga un precio ¿sí? Bueno, el dólar hoy, con todos los desastres que hizo el gobierno de Alberto Fernández en el poco tiempo que lleva, tenemos 16 tipos de cambio, esto es, estamos frente a una descoordinación macroeconómica colosal.
Le doy un ejemplo que raya en lo ridículo, si usted viaja al exterior por Aerolíneas, si es sin escala tiene el tipo de cambio oficial, lo cual estaría discriminando contra las personas que quisieran viajar por una aerolínea extranjera. ¿Por qué? Porque Aerolíneas transa en pesos por decirlo de alguna manera. Sin embargo, si ahora Aerolíneas ofreciera un viaje haciendo una escala en otro país la segunda parte entra el tipo de cambio con la penalidad del dólar solidario con adicional de 30%. Es decir, fíjese que aun para ir al mismo lugar puede llegar a tener tres tipos de cambio. Es demencial. Eso lo que generará es una descoordinación furiosa. Entonces, creo que esto es un típico plan de estabilización heterodoxo con fuertes indicios de ser transitorio.
– ¿Qué dice la historia y la literatura económica?
– La historia dice que todos estos programas terminaron mal. Todos, todos, todos terminaron mal. No conozco uno de estos planes heterodoxos que hayan terminado bien. Los únicos planes que terminaron bien en Argentina fueron los de shock. Desde 1952 en adelante todos los programas de shock, sacando el del 1959 que hubo un problema de extra apretón monetario, todos fueron expansivos. Es decir, con lo cual primero está la evidencia empírica. Segundo punto, no solo eso, sino que además qué es lo que pasa, como en la última parte del año se veía venir esto entonces se generó un colchón.
– Hubo un anticipo por parte del mercado…
– Claro, entonces la tasa de inflación de la última parte del 2019 está por encima de la que venía en su tendencia por decirlo de alguna manera. ¿Por qué? porque los mercados anticipaban que iban a estar apretando con los precios. O sea, te dicen que no hay controles, pero vienen y te aprietan por otro lado. Le dicen hay que bajar este precio. Hay que desindexar.
La tasa de inflación de la última parte del 2019 está por encima de la que venía en su tendencia por decirlo de alguna manera. ¿Por qué? porque los mercados anticipaban que iban a estar apretando con los precios
– El caso más concreto es el de los laboratorios, subieron los precios y luego acordaron recortar a la mitad la suba…
– Bueno, entonces qué es lo que va a ver, que transitoriamente se tendrá la sensación de que la inflación se desacelera. Es más, frente a esa situación, si además se va a estar imprimiendo dinero para financiar parte del déficit fiscal, va a tener un empuje de la demanda agregada de bienes. Consecuentemente, hasta va a tener la sensación de que transitoriamente la actividad repunta. Es más, el Banco Central podría hasta terminar comprando dólares. Usted sabe que eso ya pasó en otro experimento heterodoxo como fue el Plan Primavera, en 1988. Con lo cual se hizo todo un programa transitorio, en el que se desaceleró la inflación, y parecía que la actividad rebotaba, pero cuando se consumió el colchón se deterioran los números del sector externo y se cayó la demanda de dinero, porque todo el mundo se da cuenta de que los números no cerraban, y ahí es cuando aparece el ataque especulativo. Entonces, hay un problema enorme, porque si se sigue postergando la solución, los desequilibrios se hacen cada vez más grande, con lo cual, todo el éxito que tenga relativamente el plan de estabilización transitorio implica terminar comprando una crisis mayor a futuro.
– ¿En sus cálculos esa transición cuánto tiempo puede durar?
– El tiempo es de Dios. El tiempo es de Dios. Y voy a contar una experiencia autorreferencial si usted quiere, motivo por la cual Diego Giacomini y yo nos hicimos famosos y fuimos entrevistados por usted, fue cuando presentamos el Libro Política económica contrarreloj. En su momento en mis obligaciones profesionales me vi venir que me iban a preguntar cuándo estallaba la economía en 2014. En la literatura de crisis de balanza de pago están los modelos de primera, segunda y de tercera generación. Los de primera generación, que son los que siempre nos tocan a nosotros, que es el más obvio, usted tiene tipo de cambio fijo o controlado de alguna manera; déficit fiscal financiado con emisión monetaria; pérdida de reservas, y así en algún momento basta, se terminó, y ahí explota. Digamos que es el caso de Krugman y Taylor. Pero en esa familia de modelos no se determinaba el momento de la crisis. Sin embargo, luego vinieron los trabajos de Flood y Garber y de Connolly y Taylor que permitían determinar el momento de la crisis
En función de ello, Política Económica Contrarreloj, usando el trabajo de Flood y Garber, el modelo señalaba que: “o se hace el ajuste o volamos por los aires”, y a pocos días de la publicación del libro se produce el estallido donde el presidente del Banco Central, Juan Carlos Fábrega, tiene que devaluar y subir fuertemente la tasa de interés limpiando el sobrante de pesos con Lebacs. Luego de ello, toda la gente creía que nosotros teníamos la bola de cristal. En realidad, el instrumento, le diría que es algo así como un resultado teórico, no es que se puede determinar el tiempo efectivamente en la vida real. En rigor, la utilidad del modelo y a los efectos prácticos es si se toman medidas que alejan o acercan la crisis. Ese es el eje central. Es así, como metodológicamente cómo se piensa eso. Y en el fondo todo el eje central radica en la demanda de dinero.
– Es la variable más incontrolable ¿no?
– Es absolutamente incontrolable la demanda de dinero. Y ahí es donde a mí también me aparecen muchas dudas. No sobre cómo funciona el mercado monetario sino sobre las cosas, las aberraciones que dicen los economistas. Por qué. A ver, una de las cosas que con Giacomini siempre sostenemos, y eso está en tres libros nuestros, está en “Maquinita, infleta y devaluta”, está en “Otra vez sopa” y está también en “Libertad, libertad, libertad”. Nosotros aclaramos, nosotros la pegamos, pero no porque seamos genios, nosotros la pegamos porque tenemos un marco analítico distinto. Se lo digo muy simple, nosotros creemos que la tasa de interés es un mecanismo de coordinación intertemporal que se determina en el mercado de bienes por la interacción de ahorro e inversión. Que eso determina entonces, la tasa de interés y que la misma representa el cociente entre los precios presentes sobre los precios futuros.
Nosotros creemos que la tasa de interés es un mecanismo de coordinación intertemporal que se determina en el mercado de bienes por la interacción de ahorro e inversión. Que eso determina entonces, la tasa de interés y que la misma representa el cociente entre los precios presentes sobre los precios futuros
Nosotros vemos que la tasa de interés se determina en el mercado de bienes y en el mercado de dinero vemos que se determina el poder adquisitivo del dinero. De ahí la frase: “la inflación es siempre y en todo lugar un fenómeno monetario”, porque si aumenta la oferta de dinero sin contrapartida de la demanda, o cae la demanda con la oferta constante o sube la oferta con una caída de la demanda, el poder adquisitivo del dinero cae, es decir, todos los precios expresados en unidades monetarias suben.
– ¿Eso lo descubrió Milton Friedman en los 60?
– No, no, no, esto es el pensamiento que existía previo a la basura general de John Maynard Keynes. El problema es que la teoría general, o sea, que eso yo lo cuento en un libro que se llama “Desenmascarando la mentira keynesiana”, Keynes destruye todo el andamiaje del pensamiento heredado de Knut Wicksell; plasmados en las contribuciones de la escuela sueca, la escuela de Cambridge Inglaterra (donde puede ubicar al Keynes del Tratado), y la escuela austríaca. Como resultado de dicha destrucción Keynes pasa a determinar el producto en el mercado de bienes. Y en el mercado de dinero determina la tasa de interés, lo cual es una cosa absolutamente carente de sentido. Es más, por ello los precios los saca de la galera aplicando un margen de ganancias sobre los costos laborales.
Entonces qué es lo que pasa, los economistas analizan la demanda de dinero y la oferta de dinero para determinar la tasa de interés. Obviamente que Friedman, en el mismo marco keynesiano, lo que hace es que al utilizar la teoría cuantitativa del dinero y asumiendo pleno empleo, en el mercado de bienes determina el nivel de precios, lo cual le permite generar ese mismo resultado de que la inflación es siempre y en todo lugar un fenómeno monetario. Ahí es donde también empieza a jugar un rol muy fuerte la demanda de dinero. Entonces por qué es importante, porque qué es lo que le dicen hoy muchos economistas: mire en el último año los saldos reales cayeron 33%, o sea, dado que la cantidad de dinero permaneció constante y los precios subieron 50%, los saldos reales cayeron 33%. Entonces dicen, bueno yo puedo emitir 50% y no tengo inflación. Es una locura, eso está mal. ¿Por qué? Porque cómo vendría a ser la ecuación, yo tengo por un lado la cantidad real de dinero dividido, que viene dada por la oferta monetaria dividida por el nivel de precios. Y eso debe ser igual a la demanda real de dinero..
– Claro.
– La demanda de dinero real, es decir, la que tiene que ver con las verdaderas transacciones que hay que hacer, lo que necesita el funcionamiento de la economía. Sin embargo, los precios no vienen determinados por un paracaidista como ocurre en Keynes y en gran parte de los keynesianos. Por ello, es que luego aparecen los que sostienen que “la inflación es multicausal”, “que la inflación es culpa de los monopolios”. No, eso es una burrada y violenta lo que se llama el principio de imputación de Carl Menger, que son los precios los que determinan los costos y no los costos los que determinan los precios. Es decir, que en el fondo todos esos que hablan de la multicausalidad de la inflación son brutos que están trabajando con una teoría de similar a la estructura de la teoría valor trabajo. Entonces en el fondo no se dan cuenta, son marxistas por decir una cosa, es una exageración. ¿Me comprende lo que le digo? Aunque jamás insultaría de semejante modo a los marxistas.
– Sí, sí, está claro.
– Entonces qué pasa, ellos dicen ah bueno, saltó el tipo de cambio, entonces los precios subieron. Entonces los saldos reales cayeron. Entonces ahora, dada la demanda de dinero puedo emitir. Eso es una estupidez. Eso es llamar a un piromaníaco a apagar el incendio. Es querer apagar el incendio con un lanzallamas. Y por qué recalco esto, porque en realidad lo que usted tuvo es un desplome de la demanda de dinero. Es decir, cuando el 28 de diciembre del 2017 Marcos Peña, Luis Caputo y Nicolás Dujovne avanzan sobre la independencia del Banco Central lo que ocurre es una brutal caída de la demanda de dinero. Entonces, si se le cae la demanda de dinero por más que tenga fija la oferta de dinero el nivel de precios sube para restaurar el equilibrio.
– ¿Se puede decir que la demanda de dinero es un igual a la caída de la confianza del consumidor, porque se confía menos en la moneda?
– Claro, esa es la respuesta. La respuesta es esa. Y mire, y ahora lo va a ver. ¿Cuál es el problema?. El problema es verdaderamente cómo se mide la demanda de dinero. Y cómo se palpa, por decirlo de alguna manera, cómo se detecta. Por qué, está la oferta de base monetaria, que se genera por el sector externo, el sector público y el sector financiero. Y del otro lado está el circulante en poder del público y los depósitos encajados de los bancos en el Banco Central, o sea los encajes. Eso es una identidad contable.
Entonces, la forma de ver si la demanda de dinero cae o sube, es por mecanismos indirectos, que es lo que hacemos con Giacomini. O sea, cuando nosotros decimos a la tarde del 28 de diciembre de 2017, porque el anuncio había sido a la mañana, esto deriva en un desastre, bueno, por qué, que de hecho el desastre ocurrió, porque si se fue al Fondo Monetario Internacional, le tuvo que dar un programa por USD 57.100 millones y además se puso en el Banco Central USD 15.000 millones del primer desembolso, y además los bancos aportaron USD 5.000 millones más, se patinaron más de USD 20.000 millones para evitar la hiperinflación. Porque el contra fáctico, que es cuando se determina el precio sombra de esa situación en términos de lo que hubiera implicado en cuánto a la variación de la cantidad de dinero, le sale cuál es el tipo de cambio sombra. La inflación hubiera estado arriba de 500%. Nosotros, tanto Diego, Mariano Fernández y yo, hicimos esos cálculos y mostramos que se hubiera caído en default y la híper.
– ¿Cómo mide eso?
– Hay una forma de medirlo. Vio que cuando le dicen que cuando sube la tasa de interés baja el tipo de cambio. ¿Cómo funciona ese mecanismo?, si sube la tasa de interés usted toma sus dólares, compra pesos y lo posiciona en tasa. Entonces en ese mecanismo en donde oferta dólares y demanda pesos es la contracara que hizo que el precio del dólar baje. Ahora, suponga lo siguiente, ahora no quiere más los pesos. Entonces, o le dan más tasa o se escapa el tipo de cambio. Es decir, cuando empiezan a aparecer los problemas con la tasa o con el dólar algo huele a podrido en Dinamarca. Si suben las dos estás en el horno, se cayó la demanda de dinero quiere decir.
Cuando empiezan a aparecer los problemas con la tasa o con el dólar algo huele podrido en Dinamarca. Si suben las dos estás en el horno, se cayó la demanda de dinero
Fíjese, me posiciono el 28 de diciembre del 2017, la tasa de interés era del 25% anual y lo apretaban a Federico Sturzenegger para que la llevara a 20% anual. El día anterior, el presidente del Banco Central había comprado dólares a $17. Entonces, qué es lo que se ve: $17 entonces, deme el contado con liqui hoy, ¿cuánto es?, no sé cuánto es…
– Poco más de 73 pesos…
– Bueno, hagamos la cuenta, $73 dividido $17, se multiplicó por 4,3, es decir 330% de devaluación. Y la tasa de interés, que estaba en el 25% anual ahora está en…
– El Banco Central cortó la Leliq en 58% anual, pero ya le bajó el piso a 55% anual.
– Es mentira ese número Daniel también. Mire, la tasa del Bonar 2020, que es el de corto, que es el que verdaderamente cuenta, es 135% anual.
– Esta semana el Banco Central informó que la tasa promedio de la tarjeta de crédito fue en noviembre de 106% anual…
– Listo. Pero mire esto, porque esto es interesante. Si estamos en 135% anual, 2,35, por, ¿cuánto cree que va a ser la inflación esperada, el mercado cuánto cree?.
– El REM la ubica en 40% a diciembre próximo.
– Ahora, ¿con cuánto cerraremos?, 55%. ¿Sabe cuánto da eso? 3,64. O sea, quiere decir que la tasa de interés de arbitraje en la Argentina sería en pesos de 264% a 270% anual. A ver, para ponerlo en números veamos ¿cuánto rinde el bono de política monetaria?.
¿Con cuánto cerraremos de inflación este año?, 55%. ¿Sabe cuánto da eso? 3,64. O sea, quiere decir que la tasa de interés de arbitraje en la Argentina sería en pesos de 264% a 270% anual
– Un 58% anual…
– No, no, el Bopom, rinde 241%. Esa es la verdadera tasa. ¿Se da cuenta? ¿Sabes qué quiere decir esto? Que la demanda de dinero se viene cayendo, fuertemente necesitada de caja. Entonces, si alguien cree que podrá emitir sin costos estás en el horno, se puede generar un desastre. Hoy M1 (la oferta primaria de dinero) en términos de PBI es más o menos 8%. Nosotros con Giacomini la estimación que tenemos de la demanda de dinero, es que el dinero nocional debería ser 3,8% a 4% del PBI en números redondos. ¿Sabe cómo se arregló históricamente eso en la Argentina? Ya sea en el 59, en el 75, a las piñas, se duplicaron los precios. Punto uno. ¿Sabe a cuánto cayó la demanda de dinero en la híperinflación de Raúl Alfonsín, en 1989?
– La oferta creo que a 4 puntos del PBI...
– La demanda a 0,2% del PBI, esto es, de repetirse una situación de semejante desconfianza, aún sin emitir un solo peso se podría multiplicar el nivel de precios por 40 veces. Fíjese que si la demanda de dinero cayera a su nivel de equilibrio y la oferta monetaria se multiplicara por 3 a la luz de las promesas de campaña los precios se multiplicarían por 6. O sea, 500% de inflación. Además, frente a semejante caso parecería muy ingenuo creer que la demanda de dinero caería a un nivel de equilibrio. En éste sentido, si hubiera pánico y la demanda de dinero cayera a los niveles de la hiperinflación de Raúl Alfonsín los precios podrían multiplicarse por 120. Un delirio. Entonces, no pueden estar haciendo experimentos, porque el riesgo monetario es muy grande.
De hecho, frente a éste desastre, con Giacomini hicimos un plan, propusimos un plan en Libertad, libertad, libertad, que es bajar 15 puntos del PBI el gasto público consolidado; bajar 10 puntos del PBI los impuestos para que la economía empiece a funcionar de vuelta, de ese modo, al mismo tiempo que se asegura la sustentabilidad fiscal, en el plano monetario proponemos eliminar el Banco Central. Porque nosotros consideramos que el argentino ya decidió cuál es su moneda, su moneda es el dólar. Y pelearse contra eso es una estupidez.
– En ese plan de eliminar el Banco Central, bajar el gasto público 15% del PBI, y eso permitiría la baja de impuestos en 10% del PBI, ¿creen que la sociedad está preparada socialmente para aceptarlo?
– No veo gente ahorrando en pesos. A ver, la señora Mercedes Marcó del Pont cuando salió a decir que hay que desdolarizar, la primera pregunta que yo hice fue ¿por qué no lo hizo cuando era presidente del Banco Central. La segunda es, si cree en la desdolarización le propongo que me venda su casa a 30 años en pesos con las tasas esas que dice que hay que pagar del 2 a 3% anual. Todavía no me vino a hacer esa oferta. Oferta que también se la puedo hacer al presidente Alberto Fernández, que también habló de desdolarizar. Hablan de la mala costumbre de comprar dólares y se olvidan que desde que tenemos Banco Central, 1935, se le quitó 13 ceros a la moneda, se destrozaron 5 signos monetarios. Es más, le podemos sacar 2 ceros más ya. Digo, también tuvimos dos híper inflaciones sin guerra.
Si cree en la desdolarización le propongo que me venda su casa a 30 años en pesos con las tasas esas que dice que hay que pagar del 2 a 3% anual. Todavía no me vino a hacer esa oferta. Oferta que también se la puedo hacer al presidente Alberto Fernández
Además, cada vez que la inflación pasa del 20% anual se pierden 1,58 puntos de crecimiento y entonces en lugar de tener el PBI per cápita mínimo actual podríamos tener el mismo que Estados Unidos.
Y después se llenan la boca hablando de ayudar a los pobres y en realidad sucede que la inflación golpea 25 veces más fuerte a los pobres. Entonces digo, ¿por qué no dejan elegir a la gente? No, quieren obligarle a demandar pesos para quitarle ingreso real con el impuesto inflacionario. O sea, son unos delincuentes. Pero esto no es solamente de este gobierno, es de todos y e rigor a la verdad el problemas son los políticos. Por eso la gente no quiere el peso, porque el peso es la moneda que emite la clase política.
De Infobae