LA BOMBA SUCIA QUE ALTERÓ A MILEI Y EL SIGILOSO AVANCE DE TOTO CAPUTO

El Gobierno busca aplacar el daño político del caso Kueider y devolverle una crisis al peronismo. Gestiones reservadas con Paraguay y efecto en el temario de extraordinarias. El decálogo Wikipedia de la conducción libertaria. La reunificación del peronismo.

La detención de Edgardo “Turco” Kueider, el miércoles 4 de diciembre a la 1:30 en el Puente la Amistad que conecta Foz de Iguazú y Ciudad del Este con USD 211.102, 640 mil guaraníes y $ 3,9 millones trituró la magia del “mejor momento” de Javier Milei a pocas horas de cumplir un año como presidente. El dato llegó pronto a la cima del Gobierno: en Puerto Iguazú opera, por la sensibilidad de la Triple Frontera, una unidad de la SIDE, el canal informal más rápido para informar sobre este tipo de episodios.

Detrás del ruido público, inevitable por la cercanía que en el último año tuvo el senador con La Libertad Avanza (LLA), apareció un interrogante clásico sobre si la captura de Kueider fue producto de la mala suerte o de un descuido –sexto viaje, avisos previos–, o hubo algo más. La especulación por default de la política es que se trató de una operación de relojería para detonar una crisis política en la Casa Rosada. Las hipótesis son múltiples: que había un seguimiento en curso sobre Kueider, que fue una vendetta entrerriana, una operación de inteligencia vinculada a Gendarmería o que, por el impacto sobre la figura de Santiago Caputo, una “picardía” funcional a Mauricio Macri, de mucho vínculo con el Paraguay. Todo probable, todo Netflix. 

Según confiaron a Cenital dos fuentes al tanto del proceso, el gobierno argentino intercedió ante la administración de Santiago Peña, de mucha empatía política con Milei, para moderar la presión judicial sobre el senador. Al final, el fiscal paraguayo imputó a Kueider y su acompañante Iara Guinsel Costa por “tentativa de contrabando”. No anexó, como se esperaba, por eventual lavado de dinero. El mundo opositor se convulsionó: el peronismo activó una sesión para expulsar a Kueider, la UCR entró en una deriva interna sobre cómo pararse y Mauricio Macri, desde Asia, se interesó, en conversaciones con varios dirigentes, sobre los pormenores del tema.

El entrerriano es el primer senador argentino detenido en el extranjero. Aunque alguna vez el Senado se negó a tomar juramento a electos –ocurrió con Ramón Saadi–, nunca expulsó a un integrante. Diputados sí. El catamarqueño Ángel Luque, cuyo hijo Guillermo fue acusado por el crimen de María Soledad Morales, y la peronista Norma Godoy. Ambos por declaraciones periodísticas. Eduardo Varela Cid fue suspendido hasta el fin de su mandato por una denuncia sobre una coima en torno a un proyecto de ley. 

Esquirlas peligrosas

El peronismo jugó su carta: convocó, para el jueves próximo, una sesión para expulsar a Kueider y Cristina Kirchner, en su oficio de polarizar con Milei, le pidió al presidente que “tu vicepresidenta no se olvide de convocar a sesionar y que tus seis senadores bajen al recinto para dar quórum”. Victoria Villarruel tiene la tentación de desentenderse de la suerte del entrerriano, al que ya no reconoce de su cercanía. 

La contraofensiva del gurú, que consiste en que Diputados analice la eventual expulsión de legisladores con denuncias judiciales –desde Máximo Kirchner a Victoria Tolosa Paz–, implica la expansión de la crisis. Le tira a Martín Menem, que acaba de reelegir entre reproches como jefe del cuerpo, un problema del Senado. La lógica es lineal: Kueider es un caso perdido ante el cual la única ganancia puede ser expandir la discusión a otros acusados.

El PJ del Senado tuvo un comportamiento similar como si ignorase que el pasado de Kueider, figura muy importante en el gobierno de Gustavo Bordet, puede arrojar esquirlas peligrosas hacia jugadores del peronismo. LLA juega, en estas horas, una pelea básica: evitar la expulsión del senador para que el peronismo no pueda ocupar esa banca, vía Stefanía Cora, que se convertiría en la 34º, a solo tres del quórum y de la mayoría.

Cristina le pide a Villarruel que llame a una sesión por Kueider aunque el peronismo encontró un antecedente para autoconvocarse. La paradoja es divertida: se basan en un análisis comentado sobre las sanciones disciplinarias en el Congreso, cuyo autor es Eduardo Menem, padre del libertario Martín. El exsenador cita como precedente que el 12 de diciembre de 1949, la Cámara de Diputados se autoconvocó para expulsar a Atilio Cattaneo, militar afiliado a la UCR. ¿Para qué fecha pidió la sesión UxP? Para el 12 de diciembre.

Para no perder un voto, el Gobierno debe impedir que se junten 37 votos para remover a Kueider. El plan es que tome licencia, como propuso el senador desde su detención en Ciudad del Este. La Casa Rosada es bestial para negociar y suele ceder poco. La necesidad de blindar la banca del entrerriano puede obligarla a tener que rediscutir otros asuntos: por ejemplo, el Presupuesto, que Manuel Adorni no incluyó en el temario y que, a pesar del anuncio, todavía no se convocaron.

El PRO puede volver a la carga con Ficha Limpia. El oficialismo, desde el laboratorio de Caputo, lanzó el anzuelo de la eliminación de los fueros para legisladores. El viejo deporte de las bombas de humo. Luego de años de estridencia inflacionaria y dólar caótico, la calma económica de estas semanas le da crédito al Gobierno. Las propuestas sobre cobro de la salud y la educación a los extranjeros –que ya se lanzó antes– fue un comodín para cuando la agenda se negativizó, como ocurrió con la quita de remedios a jubilados.

Sobre Ficha Limpia, el peronismo empezó a agitar otra variante: el senador peronista por Rio Negro, Martín Doñate, hizo circular el planteo de que si se impusiera el formato que propone el PRO –peligroso por las sospechas sobre el accionar de la Justicia–, no solo debería valer para legisladores sino extenderse también a todos los funcionarios ejecutivos. El argumento es simple: porqué impedir que un dirigente compita en elecciones pero permitirle ser nombrado para un cargo.

Decálogo Wikipedia

El expediente Kueider alteró la hoja de ruta de Milei. Macri disfruta, de lejos, la crisis libertaria porque advierte que eso mejora sus condiciones de negociación. “Mauricio tiene muy claro que lo van a querer cagar. Por eso espera”, dicen cerca del expresidente, donde vuelven a hablar de que el bloque de poder real, una sinarquía criolla donde incide Macri, sabe que tarde o temprano Milei sufrirá un deterioro.

Como al pasar, se menciona la potencial orden para hacer un entrecruzamiento de llamados de Kueider por parte de la jueza Sandra Arroyo Salgado en el marco de la causa Securitas. Monotemático, en el mundo PRO siempre se mira a la Justicia y llama la atención la quietud de Comodoro Py, y sobre todo de la Corte, ante el destrato de la Casa Rosada. 

A la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), Milei fue a hablar de poder y de política, y presentó un manual de conducción de diez puntos, un compilado que se nutre de Wikipedia y renuncia a cualquier sofisticación y profundidad. “Si un adversario canta retruco, nosotros cantamos quiero vale cuatro”, filosofa el séptimo mandamiento de la Biblia libertaria que para Las Fuerzas de Cielo, el grupo del Gordo Dan que patrocina Caputo, es un texto que será la guía política durante el próximo medio siglo.

Lo relevante del paso de Milei por CPAC, al margen del interés que genera en el exterior y que la derecha detecta a la Argentina como un territorio experimental, fue la enunciación de la teoría Karina sobre las listas electorales del 2025. Un mensaje para Macri pero, además, para todo el ecosistema filo libertario, desde los gobernadores del PRO hasta los radicales peluca como Rodrigo De Loredo. El escándalo Kueider puso en escena que hay, en proceso, un plan: días antes de ser su viaje trimonetario –llevaba dólares, guaraníes y pesos argentinos– Kueider tuvo una reunión con dirigentes en Concordia, Entre Ríos, donde avisó que en 2025 sería candidato con un espacio propio y filoperonista para capturar votos del PJ y para ser funcional a LLA.

Semanas atrás, el mismo día que Macri encabezó un acto en La Boca, Rogelio Frigerio se reunió con Karina Milei para analizar un posible acuerdo en Entre Ríos. Esa provincia, junto a las otras siete que eligen senador y provincia de Buenos Aires, son prioritarias para el armado libertario. La hermanísima, que hace un culto de su silencio –más allá de que se coacheó para sus discursos en los actos de LLA– habla con sus apariciones: esta semana estuvo en Diputados cuando Martín Menem puso en juego la presidencia. Los momentos en que Karina se exhibe dan una pista de lo que es suyo y en lo que está dispuesta a jugar a fondo.

Si existió alguna incomodidad de Karina con el acto del Gordo Dan, como deslizaron fuentes libertarias la semana pasada, en CPAC Milei hizo una defensa cerrada del tuitero, que se menciona como posible legislador nacional por Santiago del Estero, su provincia de origen. La militancia online se cargó, en estas horas, a otra funcionaria: Florencia Mizrahi, titular de ARCA, fue desplazada por impulsar una resolución por la cual influencers y streamers deben pagar impuestos por sus contenidos y publicidades.

En la razia anterior, que activó el cambio de nombre de AFIP a ARCA, Santiago Caputo avanzó sobre el control del organismo. Pero la salida definitiva de Mizrahi, reclamada desde el espacio del asesor premium, tiene una derivación llamativa: implica el avance de Toto Caputo, porque será Juan Pazo, histórico amigo del ministro, quien quedará al frente de ARCA. La semana pasada, Pazo fue anunciado en Relaciones Económicas Internacionales de Cancillería, lo que implicaba un avance de Caputo, pero se nutría de una amistad de años con Gerardo Werthein. Ese lugar lo ocupará Pablo Quirno. La pax cambiaria engrandece a Caputo. El último informe de ARESCO muestra cómo la percepción sobre el momento económico y la expectativa futura son los principales soportes de la imagen de Milei.

La cuota peronista

Horas antes de que el libertario cumpla un año como presidente, el peronismo montará una foto de reunificación luego de meses de distancias, disputas y silencios. El lunes, a tres días de asumir la jefatura del PJ nacional, Cristina Kirchner compartirá foto y cumbre con el gobernador Axel Kicillof y el excandidato a presidente Sergio Massa. La convocatoria la hizo Máximo Kirchner desde el peronismo bonaerense. El mensaje será la foto de unidad, pero además, la reaparición pública –y en un contexto pejota- de Massa, puente activo para evitar que escalen las disputas interkirchneristas.

No se discutirá en esa mesa, pero ese peronismo opera, respecto al 2025, con dos planes: la predisposición a eliminar las PASO tanto a nivel nacional como provincial –lo segundo condicionado a lo primero– y mantener las elecciones en la misma fecha, aunque sea con el sistema de votación concurrente, es decir, con dos sistemas electorales diferentes.

Cenital