La elección en Buenos Aires rompió el espejismo del “apoyo popular al pesar del ajuste”. La culpa de Toto. El despertar de los gobernadores amigables. Qué puede hacer Santiago Caputo tras la elección de octubre.
– Hay que hacerlo ministro, así le atienden el teléfono…
Con praxis bestial, Guillermo Francos justificó la necesidad de cambiar el rango formal de Lisandro Catalán, su sobrino y mano derecha. Políticamente multiétnico, Catalán colaboró con Daniel Scioli, Mauricio Macri, Alberto Fernández y ahora Javier Milei, pero estaba prácticamente fuera del radar hasta que su figura apareció, en las horas desesperadas, como recurso un para reabrir el diálogo con los gobernadores que, en el último año, trató de monopolizar Eduardo “Lule” Menem.
Lule, apuntado por las denuncias de coimas en la Agencia de Discapacidad y por ser el ejecutor de la mala praxis del armado electoral de La Libertad Avanza (LLA), fue corrido de las últimas fotos libertarias. Pero, protegido y ratificado por Karina Milei, sigue en su oficina de Casa Rosada. Sobrino de Carlos Saúl Menem, Lule se acercó al poder real a los 60 años, tras cuatro décadas de perfecto anonimato como empleado del Senado.
La recategorización de Catalán refleja la deriva en la que está el Gobierno desde hace 200 horas, en las que aplicó un manual antiguo con cambio de nombres y fotos de dirigentes políticos, la táctica de la casta, todo bajo la lluvia ácida del mercado, la política y la opinión pública.
Fin del espejismo
Tras la paliza del domingo pasado, Milei posa en una fingida pose ruda. Karina, la hermanísima, balbucea que “el 26 vamos a ganar”. Luis «Toto» Caputo se enreda en una rotonda argumental de hombre –multimillonario, al que siempre le queda Barra de Tijuca– vencido. Al Ejecutivo la crisis le estalló en la cara el 7 de septiembre. Pero estaba al acecho, marinando hace meses, y se agravó con la parálisis libertaria frente a la catástrofe.
Milei entró en un loop de derrota sin fin. La masacre electoral ante Fuerza Patria en la provincia de Buenos Aires cortó el último hilo de la fantasía libertaria. Todos los indicadores del Gobierno daban mal: economía fría, dólar inquieto, interna sangrienta, falta de iniciativa. Todos menos uno, el más volátil: el respaldo de la opinión pública que, según el consenso, se reflejaba en niveles de apoyo de entre 40 y 50 puntos y un alto rechazo a volver al peronismo.
El 7S destrozó ese espejismo. La política es una ciencia inexacta pero, en general, cuando todo se hace mal es difícil que el resultado salga bien. El dique que impedía que a Milei se lo vea desnudo, sin plan ni control, era el consenso de que a pesar del ajuste y la mala gestión “la gente todavía lo apoya”. Fue la excusa perfecta para que buena parte de la política, en particular el PRO y gobernadores amigables, sigan leales a pesar del destrato de la Casa Rosada.
Una derrota, muchas derrotas
Fue Milei, por su odio a Axel Kicillof o por su impericia política, quien sobrevaloró la elección del 7 de septiembre. La derrota y el impacto de la misma fue toda del presidente. La post derrota, aún más. Salvo el discurso del domingo, una efímera autocrítica, la inacción de la Casa Rosada fue fatal. En las peores horas, el ecosistema libertario descargó su adrenalina en retroalimentar la interna.
Los mercados se noquearon el lunes. Vino una pausa a la espera de que Milei muestre alguna vitalidad y destreza. No pasó. El viernes, otro derrumbe. El dólar aumentó 7,29% en cinco días y se arrimó a la banda superior, el Tesoro quemó dólares, el FGS fulminó bonos, los papeles soberanos se desplomaron y el riesgo país rozó los 1110 puntos. La inflación debajo de 2%, por cuarto mes consecutivo, se volvió un asunto casi irrelevante frente a otro fenómeno: la pérdida de poder adquisitivo de trabajadores y jubilados.

C-P, la consultora de Federico Pastrana y Pablo Moldovan, comparó los indicadores en las últimas cuatro elecciones intermedias. En 2025, con Milei, las dos tendencias son negativas. Mauricio Macri, en 2017, estaba mejor pero en 2021, al Frente de Todos (FdT) aunque había remontado luego del martillazo de la pandemia, no le alcanzó. Macri ganó, Fernández perdió. Es decir: que crezcan salarios no es garantía de triunfo, que se caigan parece preconizar una derrota.
Hubo otro predictivo para proyectar el resultado electoral: la pérdida de puestos de trabajo. El informe de agosto de la Unión Industrial Argentina (UIA) indicó que una de cada cuatro empresas redujo personal. Según datos oficiales que sistematizó Christian Buteler, en lo que va de la gestión Milei hasta junio pasado se perdieron 171.416 empleos en el sector privado. Solo en junio, la cifra fue de 27.299. El mapeo por provincia podría ser un indicador de cómo le irá a LLA en cada territorio.
Culpen a Toto
Karina Milei puede usar los datos de la economía, el empleo y el poder adquisitivo, como hizo su delegado bonaerense Sebastián Pareja en conversaciones con sus laderos, para sostener que la derrota no fue por errores políticos sino por la crisis económica. Como lo dijo el expolicía devenido en candidato libertario, Maximiliano Bondarenko, al relatar que su madre jubilada, de 91 años, no llega a fin de mes. Traducción: la culpa es de Toto Caputo.
Bondarenko fue el continente de una guerra y una pérdida. Con Daniel «Gordo Dan» Parisini como un kamikaze, la tropa virtual de Santiago Caputo salió a cruzar al expolicía para mostrar la fragilidad de la pertenencia de los laderos de Pareja. Al final, Bondarenko terminó sentado en la mesa bonaerense de LLA mientras que Agustín Romo, coronel caputista en el territorio, fue excluido a pesar de que preside el bloque de diputados libertarios en la provincia de Buenos Aires.
El caputismo se replegó y opera desde las oficinas de Reconquista 50, el búnker bautizado “La Violetita”. Seis días después de que “El dandy” abandonó el secretismo y salió a la superficie en X, con nombre e imagen propia, Las Fuerzas de Cielo parecen haber emprendido el proceso inverso, una especie de paso a la clandestinidad. “Ahora están sueltos: son una fuerza de resistencia”, dice, en su defensa, un dirigente.
Fotos de casta
Caputo (S) tuvo, el martes, una derrota dura. Activó para generar un reseteo dentro del Gobierno que signifique la admisión de la derrota y mostrar reacción. Pero la respuesta que validó Milei fue apenas recategorizar a Catalán para cambiar de interlocutores. “Javier necesita reconectar, volver a las bases y mostrar que no es casta, pero hasta acá eligió sacarse fotos de casta: políticos sacándose fotos con políticos en mesas de políticos”.
El martes, escaló una tesis que ronda hace algunas semanas, y que el punto de inicio fue el cierre de listas en PBA: la posibilidad de que el gurú tome distancia del Gobierno. A su lado dicen que no se iría luego de una derrota como la bonaerense y que, más que incómodo, está “preocupado”. Caputo ve lo que muchos ven: que a LLA solo le quedan, por delante, derrotas y palizas en el Congreso porque la estrategia de los Menem “fue y es pésima”.
– ¿Es una posibilidad que Santiago deje el gobierno? –preguntó Cenital, el jueves al atardecer, en la extrema cercanía de Caputo.
– Si pasado octubre, Javier no toma las riendas de su gobierno enserio y se saca de encima a algunos, quizá plantee irse –fue la respuesta.
El destino de Caputo es observado como algo estructural: con ramificaciones en áreas hipersensibles del Gobierno y relaciones con actores clave del poder real, el asesor premium es visto como una pieza esencial para que el engranaje libertario siga, aun con deficiencia, funcionando. Así como se asume que no hay Milei sin Karina, se da por hecho que es alta la dependencia funcional y operativa del presidente con su asesor al que ha presentado como “su hermano”.
Los primos
Como si la derrota del 7S le hubiese ocurrido a otro, los Menem celebraron el retroceso de su rival interno. Luego de que LLA en su territorio perdió por 14 puntos, Pareja se comporta como un dirigente empoderado. En su matemática personal, Pareja ganó: de 30 legisladores provinciales que tendrá LLA en la provincia, a Pareja le responden 19: 8 de los 11 senadores y 11 de 19 diputados. Hay una lectura lineal: si Karina echara a Pareja, ¿este se puede llevar a varios legisladores como hizo en 2024 Carlos Kikuchi, el anterior armador karinista?
A tal punto, Pareja se paró de manos que varios de sus lugartenientes enviaron mensajes de guerra a sus primos caputistas. Ramón “Nene” Vera y Luis Ontiveros, diputado y diputado electo que reportan a Pareja, optaron por la sutileza de Atila. “Un hombre silencioso con un plan es más peligroso que un hombre ruidoso sin un plan”, posteó Vera, el poeta de Moreno, luego de que Pareja fuera víctima de un doxeo que difundió, por redes, su teléfono celular.
“El que busca ensuciarnos será duramente ajusticiado”, metaforizó Ontiveros, que lanzó la patrulla virtual “Los Inquebrantables” y de quien guarda un recuerdo vidrioso Facundo Manes, que lo tuvo como encargado de la elección en 2021 –en su PASO contra Diego Santilli–, cuando se comprometió a garantizar 400 fiscales en La Matanza, recibió el lubricante para hacerlo y a las 7 de la mañana de ese domingo el teléfono se le quedó sin batería y se volvió inubicable.
Llegar mal
“Vamos a llegar mal a octubre. Algo vamos a recuperar, pero vamos a llegar peor que ahora”, asume ante Cenital un operador libertario. En el Congreso hacen cuentas dramáticas: miden el riesgo de que el 11 de diciembre LLA no llegue a conformar un bloque de 87 diputados héroes que le alcance para blindar vetos. La proyección numérica va por un lado, la política va por otro. La cuestión es si Milei logra retener y generar expectativa: sin eso, el número se diluye.
LLA perdió 3 diputados hace diez días mientras que dos del MID de Oscar Zago, habituales aliados, tomaron distancia. El PRO residual está replegado y los provinciales, con una Casa Rosada sin encanto ni billetera, tardarán un pestañeo en alejarse. A mitad de semana, en Congreso circuló la versión de que podría buscarse un acuerdo con Mauricio Macri. «Un nuevo pacto de Acasusso», fue la figura que se usó.
Cerca del expresidente, como si celebraran el mal momento de Milei, dijeron que no. “Mauricio está enfocado en preparar al PRO para una nueva etapa”, dice. Una nueva etapa que, se sobreentiende, contempla moverse de manera autónoma a LLA. El miércoles, Macri se cruzó con Horacio Rodríguez Larreta en Tabac, sobre avenida del Libertador. Según contaron, coincidieron de casualidad y se saludaron al pasar. Al azar le gustan las picardías.
El culo y la jeringa
Tras la derrota y la falta de reacción de Milei, nada indica que el miércoles haya buenas noticias para la Casa Rosada. Está convocada la sesión para rechazar los vetos de Milei a la emergencia pediátrica (Garrahan), el aumento al presupuesto universitario y el reparto de ATN. Si se repite la votación de cuando se aprobaron las leyes, la derrota legislativa del oficialismo está garantizada. Además, se puede avanzar con otra medida incómoda para el libertario: la citación de su hermana Karina por las denuncias de coimas en Discapacidad.
Milei buscará, el lunes, llevarse la marca y mostrar que ninguna derrota lo amedrenta. Es un desafío monumental pretender cambiar la tendencia política y económica –en los últimos meses, se compraron 14.730 millones de dólares: es decir, ya se fue más que el anticipo de 12 mil del FMI– con un discurso por TV, en Cadena Nacional, un artilugio que en las últimas intentonas no le dio ningún resultado al presidente. Lanzó, además, la campaña para octubre y volvió a repetir el latiguillo de elegir como único enemigo al kirchnerismo.
Milei lidiará con una campaña anti vetos que arrancó la semana y se acelerará el lunes con un mensaje, en redes, a la hora del discurso presidencial, luego seguirá el martes con un apagón a las 20 horas y el miércoles se coronará con una movilización al Congreso que, se supone, será masiva. El problema libertario es, ahora, encontrar a alguien que esté dispuesto a sacrificarse para tratar de salvar al Gobierno.
El viejo refrán del culo y la jeringa. El shock del domingo fue de tal impacto que más de uno se despertó: los gobernadores de Córdoba Martín Llaryora y de Santa Fe Maximiliano Pullaro fueron dos. Socios en Provincias Unidas, son dos comportamientos muy diferentes. El cordobés intentó, en el verano de 2024, rivalizar con Milei y como le fue mal retrocedió. Hasta el domingo, Pullaro limitó su queja a la falta de obras públicas.
¿Quién quiere polarizar?
Dador de gobernabilidad, Pullaro reaccionó con la derrota de LLA en PBA porque Santa Fe tiene un voto parecido al bonaerense y la posible polarización puede convertirse en un problema electoral. Por eso el santafesino se tiró arriba de la granada para decir que la derrota libertaria no significará el regreso del kirchnerismo. El domingo previo, en el chat que comparten los gobernadores, que se llama 23+1 (provincias más CABA), la mayoría saludó a Kicillof por la paliza.
Pullaro felicitó a Axel, al igual que Rogelio Frigerio, mientras que el tucumano Osvaldo Jaldo fue uno de los más enfáticos. En la pública, los peronistas que hace rato confrontan con la Casa Rosada y tienen costo por eso, como Kicillof, el pampeano Sergio Ziliotto, Gildo Insfrán de Formosa o el riojano Ricardo Quintela, no tuvieron que sobreexagerar. Los gobernadores amigables quedaron del lado de los derrotados y debieron, por eso, gritar más fuerte.
El post 7S amenaza con tener efecto. Una consultora que midió en Córdoba reflejó la caída de la marca libertaria y el repunte de Juan Schiaretti. En CABA, el entorno de Patricia Bullrich, estima que hubo que cayeron 4 puntos. Frigerio, en Entre Ríos, replanteó la campaña y se prepara para tener más protagonismo personal para ir a buscar el voto del PRO que, si Buenos Aires fue un anticipo, no tiene motivación para ir a LLA.
“El problema no es la falta de reacción del Gobierno, el problema es que la sensación de que el gobierno no tiene capacidad para reaccionar”, analiza un consultor que proyecta que seguirá la caída de imagen del gobierno y de Milei que empezó a notarse hace semanas o, para algunos, meses. En medio del desconcierto libertario, el peronismo se permite sus artificios como el que planteó Sergio Berni respecto a que estuvo mal desdoblar la elección.
Pero esa es otra historia. O parecida.
Cenital