Javier Milei reunió al equipo económico en Olivos y anunció que vetará la ley de movilidad jubilatoria votada por amplia mayoría en ambas cámaras. “Un proyecto de ley irresponsable, ilegal e inconstitucional”, sostuvo el comunicado distribuido por la Oficina del Presidente a la medianoche. Si se repite la votación, el Congreso ratificará la ley que beneficia a los jubilados.
Finalizada una semana de catástrofe en el Congreso, el presidente Javier Milei reunió al equipo económico en Olivos para lanzar algo así como una cruzada en defensa del superávit. En los hechos, significaría que vetará la ley de movilidad jubilatoria aprobada este jueves en el Senado con una mayoría apabullante de 61 a 8. “Casta, vení a tocarme el superávit fiscal”, tuiteó el diputado José Luis Espert en la selfie desde Olivos junto al Presidente, los ministros Luis Caputo y Federico Sturzenegger y el vocero Manuel Adorni, entre otros. Todos hombres y provocando en lenguaje chabacano, bien en el estilo de este gobierno. El veto quedaría enmarcado dentro de la “batalla cultural” contra la oposición porque ambas cámaras aprobaron la iniciativa que beneficia a los jubilados con los dos tercios de los votos, por lo que si votan los mismos conseguirán ratificarlo. Pero lo importante para Milei es el “principio de revelación”. “Es tiempo que la dirigencia política elija de qué lado quiere estar”, cerró el comunicado distribuido a la medianoche por la Oficina del Presidente.
La ley, de acuerdo al comunicado, “tiene como único objeto destruir el programa económico del Gobierno”. Hablan allí de “un acto de populismo demagógico” y calificaron a la propuesta como “irresponsable, ilegal e inconstitucional”, dado que establece “gastos exorbitantes” sin explicar su partida presupuestaria. Los legisladores plantearon que el aumento de las jubilaciones representaba un incremento del gasto del orden del 0,4% del PBI. Pero el comunicado triplica el nivel del gasto -habla del 1,2% del PBI- y, luego, al mejor estilo Milei de revoleo de números, lleva al “25% del PBI en términos dinámicos”. “El proyecto sancionado este jueves con la anuencia de todos los partidos es una estafa moral, un acto de demagogia populista y una irresponsabilidad fiscal; y por lo tanto será vetado por este Gobierno”, sostienen. Todo esto por buscar compensarle a los jubilados lo perdido durante estos meses.
Las caras sonrientes de la imagen buscaron disimular la semana de terror del Gobierno en el Congreso con una derrota tras otra. Arrancó el martes cuando el senador radical Martín Lousteau -uno de los blancos preferidos de Milei y sus trolls- fue elegido presidente de la Comisión Bicameral de Inteligencia, relegando al candidato empujado por el asesor Santiago Caputo, con jurisdicción especial en temas de espionaje. El miércoles, en tanto, la Cámara de Diputados dio media sanción al rechazo al DNU que otorgó 100 mil millones de pesos en fondos reservados a la SIDE, rechazo que incluyó a los diputados del PRO que responden a Mauricio Macri. Este jueves, la frutilla del postre, la aprobación de la movilidad jubilatoria tal como se había votado en Diputados, sin las modificaciones que reclamaba el Ejecutivo.
A principios de junio, cuando ocurrió la media sanción, Milei tuvo uno de sus estallidos de furia. Calificó como “degenerados fiscales” a los legisladores y, ante un público de empresarios, adelantó que vetaría el proyecto, que le importaba “tres carajos”. Ante la cólera presidencial, el Senado se tomó sus tiempos y dejó pasar más de dos meses hasta que la propuesta llegó al recinto, lapso más que suficiente para que se negocie una salida. Sin embargo, todo lo que hizo el Gobierno fue enviar a sus funcionarios al debate en comisión y decir qué estaba dispuesto a aceptar -casi nada- y qué no. Los senadores terminaron votando todo como estaba.
El jefe del interbloque de Unión por la Patria, José Mayans, advirtió en un momento de la votación en particular que no había que hacer cambios porque sino el proyecto debía volver a Diputados y lo más probable era que allí se freezara. “No tenemos que dilatar más esto, la situación de siete millones de jubilados es de emergencia, no pueden pagar sus medicamentos. Seamos conscientes y resolvamos esto hoy”, reclamó el senador formoseño. No es habitual ver una votación de 61 votos contra 8 en proyectos de tanta importancia y con tanta carga de tensión. Por eso representó un duro golpe político para el Ejecutivo, que terminó ensayando una salida hacia adelante, redoblando la apuesta.
Luego de la sanción, algunas voces desde el Gobierno habían vuelto a ensayar la cantilera que el proyecto atentaba contra el superávit fiscal. Uno de ellos, obviamente, el ministro Caputo. “El equilibrio fiscal es innegociable”, tuiteó. Luego emprendió una pelea en las redes con el diputado de Unión por la Patria, Leandro Santoro, como para ponerse a tono con los trolls libertarios que manejan la línea discursiva del Gobierno en Twitter. Por la noche, voceros de Presidencia deslizaban que era probable alguna declaración. Finalmente, en las redes -todo sucede en las redes con este gobierno- apareció la foto y luego el comunicado, en una hora inhabitual. Hasta Olivos llegaron varios economistas como Pablo Quirno, Damián Reidel y Miguel Boggiano en un scrum superavitario.
No sólo habrá veto. También se hablaba de purgas en los bloques libertarios. La diputada Lourdes Arrieta, protagonista de un nuevo escándalo en el bloque del oficialismo, sería echada de la bancada y probablemente también de la fuerza política. Por otro lado, pese al esfuerzo de algunos comunicadores amigos, la relación de Milei con Macri volvió a una tensión extrema. El comunicado tuvo una advertencia: “confiamos en que los que durante años se han amparado en el cambio, no se presten al juego de quienes quieren destruir el programa económico del gobierno”. Al parecer, la “casta” ahora son todas las fuerzas políticas a excepción de la que está en la Casa Rosada.
El Destape