Después de 20 años y luego de que parte de su electorado migrara a la opción libertaria en 2023, en el partido amarillo no descartan un escenario difícil en las legislativas. Los escenarios que vislumbran, los cuatro cuartos y dónde radica la esperanza de PRO
¿Todo concluye al fin? El PRO gana cada elección en CABA desde 2005. No perdió ninguna ejecutiva, pero tampoco legislativa. Su marca es una garantía de victoria aún en momentos dramáticos para el electorado porteño, como 2019, cuando Alberto Fernández se quedó con la Presidencia. En esa misma ocasión, Horacio Rodríguez Larreta obtuvo el 56% de los votos, un porcentaje inédito en la breve historia electoral porteña.
Pero la Ciudad de Buenos Aires vivía otro proceso. Estaba aterrada por el regreso del kirchnerismo, y le dio al candidato de Juntos por el Cambio, la coalición dominada por el PRO, un respaldo unívoco, casi como poniendo un muro con el Conurbano, que imaginaba como un peronismo capaz de cruzar la General Paz para romper los helechos y agapantos que criticaba Cristina Kirchner.
El Frente de Todos fracasó. A CABA le sacó la mayor parte de la coparticipación, pero no las plantas y, al terminar el proceso, la candidata Patricia Bullrich no pudo entrar al balotaje. Ganó Javier Milei con el apoyo del PRO y el partido fundado por Mauricio Macri inició el duro camino en la búsqueda de su identidad, ya que buena parte de su electorado se fue con La Libertad Avanza y nadie sabe si va a volver y si lo hace en qué porcentaje.
Una sola cosa se sabe: si las elecciones fueran hoy, no hay garantías de que gane el PRO, porque el partido se está desdibujando, Mauricio no quiere ser candidato en las legislativas del año próximo y no están a la vista “amarillos” que puedan hacer la diferencia frente a eventuales candidatos “violetas”.
La esperanza: CABA es el distrito donde peor mide Milei
Es verdad que la Ciudad no es el distrito donde mejor le va a Milei. Incluso quizás es el más difícil para él. El electorado porteño desprecia mayoritariamente sus formas rudas y modos violentos. Pero ante un escenario no ejecutivo, en la mesa chica del PRO evalúan que es probable que el electorado porteño se divida en cuatro. A saber: un cuarto el PRO; otro cuarto, LLA; otro en manos de Leandro Santoro con el peronismo y el último cuarto, los grupos más chicos, desde la izquierda hasta nuevas coaliciones de derecha.
“Si Mauricio insiste con no ser candidato a senador, estamos en problemas. Jorge no tiene un gabinete de figuras que descollen, no tiene ministro taquillero”, aseguró a El Cronista un miembro de la mesa chica porteña.
Un ministro que tiene buena imagen es Fernán Quirós, quien en la última encuesta de CB Consultores alcanzó el 53% de imagen positiva y solo 13% de imagen negativa, pero no es un funcionario cercano al jefe de Gobierno, incluso compitió con él por la candidatura para gobernar la Ciudad.
Si no es Mauricio, que en CB Consultores alcanza el 50% de imagen positiva en CABA y tiene 47% de imagen negativa, es difícil encontrar otro candidato. “Mauricio es el PRO, más allá de que tenga alta imagen negativa, no hay nadie que sintetice mejor nuestra marca. Pero si no quiere, no quiere”, dicen cerca del titular del partido.
En esa misma encuesta, solo supera Patricia Bullrich, que llega a 56% de imagen positiva. Su imagen negativa es igualmente alta, llega a 42%, pero no es probable que sea candidata en CABA, ya que la obligaría a dejar el Ministerio de Seguridad, lo que en principio no está en sus planes.
En el PRO reconocen que “la marca ya no es garantía, la estructura tampoco es garantía, no está sencillo para nuestro partido en ninguna parte del país y en cada distrito habrá que ver qué se hace, pero perder en CABA, simbólicamente, aunque sea por muy poco, sería catastrófico“.
Tampoco nada indica que vayan unidos con LLA. En principio, consideran que Karina Milei negociará casa por caso, y nunca con Macri, para presentarle una política de hechos consumados cuando ya esté aislado. A pesar de eso, tanto Rogelio Frigerio como Ignacio ‘Nacho’ Torres se comprometieron con Mauricio a incorporar sus diputados al bloque del PRO en la Cámara de Diputados, dejando el bloque que ahora se llama Encuentro Federal, que preside Miguel Ángel Pichetto.
Mientras tanto, el PRO trabaja para reforzar su identidad y posicionarse, reconociendo sus riesgos, y buscando caminos alternativos para evitar que el mileísmo los degluta. ¿Qué otra cosa más puede hacer? Viejos militantes del PRO porteño aseguran que el principal problema que tienen que resolver es el de la actual gestión.
En CABA explican que “el jefe político de este distrito es Jorge, y él todavía no quiere hablar de candidaturas para el año próximo. Falta demasiado tiempo, tenemos que concentrarnos en la gestión”. De todos modos, quien lleva la política porteña es Fernando de Andreis, dirigente “cien por ciento Mauricio”, y aún cerca del jefe de Gobierno porteño reconocen en el exsecretario general de la presidencia la principal responsabilidad en la materia.
¿Y si a Milei le va mal?
¿Qué puede pasar si al gobierno de Milei le va mal? Nadie frente a El Cronista quiere evaluar esa posibilidad, apuestan a que el Gobierno tenga éxito en su política de ajuste fiscal, reducción de inflación y apertura gradual de la economía para recibir inversiones.
“Nosotros vamos a apoyar siempre que podamos y quieran. Vivimos en este mismo país, y necesitamos que les vaya bien. Obviamente, trataremos de que no desaparecer en el camino”, fue la definición de una exfuncionaria involucrada en los próximos tiempos del PRO, que incluyen cenas de recaudación de fondos en Santa Fe y en Córdoba para la Fundación Pensar, el think tank que volvió a ser herramienta central en el diseño de políticas del mundo Macri.
Agregan que “el tema es cómo se llega”. Y nadie sabe todavía si el PRO irá solo, con LLA, o arma una coalición similar a lo que fue Juntos por el Cambio, con la UCR y CC. Todas las opciones tienen sus riesgos, las más conocidas y las menos conocidas. En este punto, lo que es evidente es que tampoco en LLA saben qué es lo que conviene. Están explorando de qué se trata hacer política y tienen la ventaja de ser Gobierno, pero también la desventaja de la ausencia de cuadros para construir una red.
En la última reunión de mesa chica, Frigerio contó la reunión que tuvo con Karina Milei y asegura que lo dejó tranquilo, que ella le aseguró que “no vamos a hacer ninguna locura“. Se entendió que apuntaba a garantizar que no romperá con los gobernadores que vienen de JxC. Pero también ahí, en la Rosada, todo está por verse.
El Cronista