La juventud del macrismo identificó tres ejes que preocupan a los bonaerenses: educación, vivienda y empleo. La estrategia para influenciarlos y la batalla de candidatos para enfrentar al peronismo en 2025.
Con un panorama incierto, en el que todavía no está claro si el PRO y La Libertad Avanza irán juntos, la juventud del partido amarillo en Buenos Aires desplegó su estrategia para encarar la campaña del 2025, una elección que tendrá la particularidad de la novedosa implementación de la boleta única en papel.
El movimiento de los jóvenes macristas no es menor, teniendo en cuenta la aceptación que consiguió Javier Milei entre los ciudadanos de menor edad. Envueltos en una negociación macro que dependerá de lo que se resuelva a nivel nacional y en la Ciudad, el armado bonaerense del PRO tiene su propio candidato, Diego Santilli, para encabezar la lista de diputados nacionales.
Santilli puede considerarse un posible candidato de unidad, dada su cintura para acoplarse a los lineamientos de la conducción partidaria pero, al mismo tiempo, mantener un discurso muy cercano al gobierno que, por ahora, tiene a José Luis Espert como postulante para el mismo cargo. Pese a este dato, el PRO no pierde las esperanzas de liderar una boleta acordada que permita triunfar en la provincia frente al peronismo. “El Colo” tiene muy presente su pretensión de ser gobernador de la provincia y en 2023 estuvo cerca de lograrlo, pero ahora tendrá que esperar al 2027. Sería el segundo anotado para la carrera, junto al bullrichista libertario Diego Valenzuela. Los dos están embarcados en la campaña, aunque Santilli todavía la lleva adelante con un muy bajo perfil.
El diputado PRO se destaca por su lealtad. Por eso, si en algún momento Mauricio Macri no llegó a tenerle gran estima, ahora mantiene una buena relación con él. El año pasado, en campaña, Patricia Bullrich llamó al actual diputado para ofrecerle la cabeza de la lista de unidad, con encuestas en mano que anticipaban la derrota de Horacio Rodríguez Larreta. “El Colo” rechazó el ofrecimiento para cumplir con el entonces jefe de Gobierno. Perdieron e, inmediatamente, se sumó a la campaña bullrichista y, una vez consolidada la victoria del gobierno libertario, se sumó al discurso oficialista. Respetó, en definitiva, cada proceso y, con los años, sumó voto propio.
El 2025 será un año para probar y equivocarse o probar y acertar. Pero, en definitiva, la verdadera batalla será en el 2027 porque, para los amarillos, el PRO no está muerto. Como ya contó El Destape, Macri ve una buena elección en la Ciudad (en solitario) con 20 puntos, otra en la provincia con 13 y posibles victorias en Chubut y Entre Ríos. Sabe que, pese a lo que pueda decir Bullrich, lo poco o mucho que represente el PRO es suyo y no de otro dirigente o espacio.
Algo que influirá en ese “juego” electoral del 2025 será la modalidad de votación. No está claro cómo funcionará la fiscalización de la boleta única en papel ni cómo se podrán capitalizar los candidatos, en especial los municipales. Por el momento, para La Libertad Avanza no aparecieron figuras que puedan destacarse y eso, más la presencia territorial, surge como un factor positivo para el PRO. En ese complejo contexto, la Juventud del PRO bonaerense tuvo que encarar un proceso de ordenamiento interno, a partir de la asunción de su actual presidenta Camila “Mila” Manfredi. En la provincia se encaró el rearmado de la JPRO teniendo en cuenta el nuevo actor de la derecha argentina: La Libertad Avanza.
Ante un pedido público de más espontaneidad y autenticidad, se dejó a un lado la imagen estereotipada del joven PRO con camisa celeste y zapatos para reemplazarla por algo más descontracturado y genuino. Tienen la dificultad de que los dirigentes consolidados del macrismo no son personas mayores, sino referentes que llegaron a cargos de alta responsabilidad de un día para el otro y que hoy rondan los 40 años, por lo que la renovación tampoco es una tarea fácil.
En la JPRO ya encararon una estrategia electoral pensando en el año que viene con ejes concretos para interpelar a los más jóvenes e intentar, con el tiempo, traducir ese esfuerzo en votos. Con intenciones de hacer presencia en todas las secciones electorales, recorren los municipios para “recuperar” la provincia en base a una militancia centrada en los problemas de los más jóvenes.
La educación es identificada como una de las preocupaciones centrales para ser abordada no tanto desde el “adoctrinamiento” sino desde la necesidad de mejorar su calidad. Otro de los puntos está centrado en el empleo y la enorme experiencia que se pide en lugares de trabajo a chicos y chicas de 18 años. Ligado a esto, el problema de la vivienda que gira en torno a la posibilidad de pagar un alquiler (ya no la vivienda propia) sin tener grandes ingresos producto de las dificultades vinculadas al punto anterior.
Con estos ejes en claro, la otra gran pregunta es cómo hacer para llegar a los jóvenes e influenciarlos. Las redes sociales aparecen como una plataforma clave para esta tarea, sobre todo para una estrategia de aproximación. Llegar a los jóvenes con otro tipo de contenidos para, en el momento justo, lanzar la consigna política pensada.
A Milei, Macri le vende la posibilidad de triunfar en la elección al tiempo que le advierte la chance de derrota, en provincia y Ciudad de Buenos Aires, frente a un contexto de fragmentación. Una vez más, la gran duda es si La Libertad Avanza se preocupa por ganar o perder. No sólo porque los libertarios piensan en que sería mejor perder con los propios y leales que ganar entregando espacios, sino porque también les sirve tener la amenaza latente de un kirchnerismo fuerte para alimentar la polarización.
El Destape