Fue para informar las nuevas medidas que elevan los encajes bancarios y apuntan a secar la plaza de dinero. “Lo último que vamos a hacer es dejar que los pesos vayan al mercado”, dijo Caputo.
El Banco Central convocó a una reunión de urgencia con representantes de entidades financieras para comunicar las nuevas medidas en vigencia, que buscan ordenar el desbarajuste monetario de las últimas cinco semanas. La reunión se realizó de manera virtual este jueves por la tarde, según admitieron fuentes de las cámaras que agrupan a las entidades. Desde el BCRA, en tanto, no confirmaron su realización.
En el encuentro se repasaron los alcances de la normativa que el Central puso en marcha este jueves, que implica un nuevo incremento de los encajes (el dinero que las entidades deben tener inmovilizado como respaldo de los depósitos de sus clientes).
La Comunicación A-8302 dispuso que el encaje, que había subido a 40%, subirá otros cinco puntos. Sin embargo, habilitó a que una parte de ese monto sea integrada en títulos públicos que serán licitados por el BCRA el lunes, en una operación limitada únicamente a las entidades financieras. Además los encajes se medirán sobre los saldos diarios, en lugar de hacerlo con relación al promedio mensual (lo que permitía vulnerar ese límite algunos días y compensarlo en otras ocasiones).
El objeto es secar la plaza de pesos, luego de que en la licitación del miércoles, a pesar de ofrecer tasas de interés elevadísimas (hasta 69% anual, el triple de la inflación esperada). el gobierno apenas pudiera renovar el 61% de los vencimientos que debía afrontar. Eso implica que unos $ 5,8 billones volverán a circular y que muchos de ellos podrían volcarse al dólar, presionando sobre su cotización.
Esta nueva emisión extraordinaria (la segunda en un mes) fue informada este jueves bien temprano por Federico Furiase, en su doble rol de asesor del Ministerio de Economía y director del Banco Central. «Los pesos serán absorbidos de manera inmediata vía aumento de encajes remunerados con nuevos títulos públicos a ser suscriptos el lunes próximo», sostuvo. El costo para los bancos será inmovilizar ese dinero por tres meses, ya que la letra a emitirse vencerá recién el 28 de noviembre.
El combo de una licitación que terminó en fracaso, las tasas estratosféricas (hace unas semanas el gobierno había dicho que se determinarían de manera endógena por el exceso o faltante de dinero), la nueva suba de encajes y la imposición de una suscripción forzosa a los bancos formaron un cóctel que puso todavía más nerviosa a la City. Las acciones cayeron 1,5% (con picos de hasta 9%), los bonos retrocedieron entre uno y dos puntos y los ADR (certificados de acciones de empresas argentinas) que operan en Wall Street cerraron mayoritariamente con signo negativo.
Por la noche, el ministro de Economía, Luis Caputo, acudió a un streaming de la señal oficialista Carajo, como suele hacer cada vez que necesita formular algún anuncio. Allí adjudicó toda la tensión financiera a cuestiones políticas y al “riesgo kuka”. “El mercado pricea un riesgo político, el fantasma de que vuelva el mal y el caos, y eso para el mercado es importante”, sostuvo. Además, ratificó que “lo último que vamos a hacer es dejar que vayan pesos al mercado”, lo que confirma la opinión de gran parte de los expertos de que el gobierno está dispuesto a enfriar todavía más la actividad con tal de que no haya dinero que pueda presionar sobre el dólar.
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