El dirigente sindical que ahora está al frente del Río Santiago repasa la historia de esa industria en la Argentina. Destaca el giro que se produjo durante el gobierno de Kirchner y la importancia de diversificar la producción.
Más allá de presidir Astillero Río Santiago (ARS), uno de los mayores astilleros navales estatales del país, actualmente bajo la órbita de la Provincia de Buenos Aires, Pedro Wasiejko, quien también es secretario general de la Federación de Trabajadores de la Energía, Industria y Afines (FETIA – CTA) reivindica su historia sindical. “Vengo de familia trabajadora. Soy un trabajador. Toda mi vida estuve en fábricas. Mi mayor militancia es gremial. Soy uno de los fundadores de la CTA”, afirma Wasiejkp a Tiempo.
Fue secretario general del Sindicato Único de Trabajadores del Neumático Argentino (SUTNA) hasta las elecciones sindicales internas de 2016. Es secretario de Interior de la CTA de los Trabajadores, conducida por Hugo Yasky. Su formación es de ingeniero electrónico. En 2020 fue nombrado al frente del Consorcio de Gestión del Puerto de La Plata y, en 2021, asumió como presidente de Astillero Río Santiago, designado por el gobierno bonaerense encabezado por Axel Kicillof. En ese rol, Wasiejko afronta múltiples desafíos, entre ellos, conseguir nuevos contratos, preservar los alrededor de 3.000 puestos de trabajo y actualizar el perfil productivo de la planta al contexto y requerimiento nacional, regional y mundial.
-¿Qué aspectos de la historia del Astillero considera importante mencionar?
-Lo fundó Perón en 1953. Es un proyecto que se venía construyendo en la etapa de entreguerras, entre la Primera Guerra Mundial y la Segunda, en la cual la Argentina se quedaba sin suministro de repuestos y sin atención a su flota, como también a su aparato industrial. Eso llevó a que empezara a surgir la idea de cómo resolver este tema. Perón la terminó concretando en su segundo gobierno. Así que esta idea que surgió en la década de 1930 se cumplió en 1953. Fue el astillero más grande de América Latina en su momento. Y fue creciendo paulatinamente hasta que llegó a niveles de producción importantes en la primera mitad de la década del 1970, con un Estado Nacional que requería sus producciones, tanto para el área de Defensa como para Seguridad.
-¿Cuándo comenzó su declive?
-Con la guerra de Malvinas y la caída de los presupuestos en Defensa y Seguridad. Obviamente con la apertura democrática los presupuestos que estaban orientados a eso cayeron abruptamente, en la gestión de Raúl Alfonsín. Esto se agravó con la gestión de (Carlos) Menem y (Domingo) Cavallo. Se privatizó YPF y entonces la flota de la petrolera fue privatizada. La Empresa Líneas Marítimas Argentina (ELMA), creada durante el gobierno de Arturo Frondizi también fue privatizada. El Astillero fue sacado de la órbita nacional y pasó a Provincia.
-¿Y cómo sobrevivió?
-El Astillero sobrevivió por la lucha de los trabajadores y su organización sindical, que lo sostuvieron vivo como tantas otras experiencias que se dieron en el país. En la gestión de Néstor (Kirchner) se concretó un acuerdo importante con (el entonces presidente de Venezuela) Hugo Chávez, con Petróleos de Venezuela (PDVSA) que está pendiente de cumplimiento final. A partir de diciembre de 2015 se vivió el sinsabor de lo que fue la gestión de Mauricio Macri y María Eugenia Vidal. No aportaron un solo peso al mantenimiento del Astillero ni a la concreción del contrato. Inclusive generaron conflicto con los trabajadores.
–¿Cómo comenzaron esta etapa, con Kicillof gobernador?
-Llegó la gestión de Axel Kicillof y como primera tarea resolvió los problemas de deudas pendientes con los trabajadores y proveedores. Se empezó de a poco con la recuperación, las tareas de limpieza, mantenimiento. Esto continúa. Hay mucho trabajo para hacer. El gobernador está muy decidido a hacer todo lo que se pueda para recuperarla, por supuesto con el acompañamiento de los trabajadores. No se puede hacer solo. Tienen que estar los trabajadores absolutamente comprometidos con la defensa del Astillero porque es un instrumento necesario para el empleo, que vale la pena defender. Y así como se peleó para sostenerlo como una fuente de trabajo, para que se paguen los sueldos, ahora hay que defender el proyecto productivo del Astillero para hacerlo viable, sustentable, y que dé la posibilidad de generar más empleo genuino.
-Kicillof y el ministro de Defensa, Jorge Taiana, firmaron un convenio que incluye al Astillero y Tandanor…
-Sí, firmamos un tercer convenio en esta gestión, en el contexto de un acuerdo marco donde se establecen una serie de compromisos de trabajo en conjunto, con la idea de recuperar todo el potencial de los astilleros públicos, Astillero Río Santiago en la Provincia y Tandanor a nivel nacional. Y que esto sirva también para la recuperación del sector naval en general. Ahí se habla de trabajos en común con respecto a un buque polar, así como la construcción de un buque de desembarco multipropósito, un dique flotante y la modernización de las Meko 140 para la Armada, que son equipos que necesitan una actualización tecnológica. Estas áreas se van a trabajar en conjunto.
-¿Qué les plantea el gobernador en relación a la conservación de los puestos de trabajo?
-Acá por suerte tenemos la convicción del gobernador, que no está pensando en que se reduzca el personal sino que nos plantea que busquemos oportunidades de trabajo para ampliar la plantilla, que obviamente el Astillero tiene que diversificar sus operaciones. En eso estamos trabajando. No es solamente construir barcos. Es aprovechar el importante taller metal mecánico que tiene y que puede procesar piezas de 70 toneladas, que tiene centros mecanizados que no existen en el país. Ahí hay que pensar en trabajo para el sector hidroeléctrico, para turbinas eléctricas, para el sector nuclear, para el sector de la industria del petróleo, YPF y otras, para el sector minero.
-¿Qué otras posibilidades de diversificación presenta?
-Hay un buen plantel de ingenieros que puede desarrollar ingeniería para lo que se necesite, tanto en construcciones navales como en estructuras metal mecánicas de alto porte. El Astillero también tiene una serie de laboratorios de calidad, de ensayos de materiales destructivos y no destructivos, que es de los primeros. Estamos trabajando con el INTI para acoplarnos a las redes para ofrecer un servicio de certificación y de ensayo. Estamos haciendo el esfuerzo en todas las áreas para que estos 3.000 puestos estén claramente sostenidos, justificados, y tengamos la posibilidad de tener trabajo para que lleguen más, así como ayudar a otras empresas para que puedan incrementar sus capacidades productivas y necesiten incorporar más gente.
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