La opción está sobre la mesa y Gobierno y Fondo Monetario Internacional lo analizan “sin prisa” pero sin pausa. Cuando arrancaron las conversaciones con Washington, se dieron un plazo hasta marzo/abril para testear el arranque de la gestión de Javier Milei. Tras dos meses, el fracaso de la ley ómnibus en el Congreso y el freno a capítulos como el laboral del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) en la Justicia encendieron las alarmas en Washington DC, en medio del aumento de la tensión social y con las provincias.
Los números macro le dan bien al tándem Javier Milei-Luis Caputo pero la micro se siente en los bolsillos y al plan de estabilización le reclaman que no incluye una mejora de ingresos. El Gobierno depende de la recesión para frenar la inflación pero cuando el impacto se traduzca en actividad, la duda es qué pasará con el empleo -reforma laboral frenada en tribunales mediante- y con las exportaciones e inversiones que tienen que sostener el ingreso de dólares.
En ese contexto, Gita Gopinath, la número 2 del FMI, vino a asegurarse en persona la viabilidad del plan de Milei. Y si es posible o necesario que se negocie un nuevo programa que permitiría tener nuevo financiamiento. Eso quiere decir más deuda, que debería ser aprobada por el Congreso.
La economía argentina debería tener este año ya recursos genuinos para ir repagándole al FMI porque los desembolsos ya no cubren los vencimientos. Pero antes está la promesa de salir del cepo. Y la alternativa del acceso al mercado recién llegaría a fin de 2025. Entonces, el Gobierno apunta una vez más al prestamista de última instancia, que debe justificar ante su directorio un préstamo a la Argentina. Para eso hay contactos casi diarios con los Estados Unidos y países del G7 que son determinantes en el Fondo. Todos, hasta los inversores, preguntan si el plan de Milei es sustentable.
Un nuevo programa permitiría reforzar las reservas del BCRA, sostienen en Economía -además de estirar plazos de pago-. Eso le daría más estabilidad cambiaria, pero la duda es si la nueva deuda financiará la salida del cepo, algo que remite a la gestión de Caputo bajo el gobierno de Mauricio Macri que cuestionó hasta Milei cuando era panelista. Otros se preguntan si los fondos frescos podrían ir a financiar la dolarización, con la que insiste LLA y que se hará -según Caputo- “cuando estén las condiciones”. Pero los economistas del FMI señalan que adoptar al dólar como moneda está lejos de ser la solución, lo que limita esa posibilidad aunque el dinero, como se sabe, es fungible.
El Cronista