Entre 2020 y 2021, América Latina se convirtió en el epicentro de la pandemia del Covid-19, superando momentáneamente los casos de Estados Unidos y Europa. Sin embargo, ahora Suramérica lidera la carrera global de la vacunación contra el virus, según un informe del proyecto Our World in Data, que recopila cifras oficiales de los gobiernos de todo el mundo.
Suramérica, de zona más golpeada por el Covid-19 a región que gana la carrera de la vacunación. Con el 63,3% del total de su población completamente vacunada contra el virus, Suramérica se ha convertido sorpresivamente en líder de la vacunación contra la enfermedad que golpea al planeta.
Europa ocupa el segundo lugar, con el 60,7%. En contra posición, en África solo el 8,8% de sus habitantes cuenta con la pauta completa de inmunización.
Asimismo, el proyecto Our World Data, que recoge datos oficiales de las autoridades de cada país, señala que las tasas de contagios y muertes por el virus se han desplomado, en comparación con los números que la región latinoamericana registró a mediados de 2021. En ese momento, América Latina y el Caribe sumaban casi la mitad de decesos y casos de todo el mundo.
En la actualidad, es Europa el continente más golpeado por la pandemia, en medio de una aceleración de contagios por la variante Ómicron.
Confianza versus abstencionismo frente a las vacunas
Si bien durante varios meses Suramérica no contó con grandes accesos a los antídotos en comparación con las naciones más desarrolladas del mundo, los expertos señalan varios factores para explicar la rápida expansión de las campañas de inoculación en los países suramericanos.
Entre ellos Paulo Lotufo, epidemiólogo brasileño y profesor de la Universidad de Sao Paulo, quien destaca décadas de planes de inmunización exitosos frente a otras enfermedades como viruela, meningitis, poliomielitis y sarampión, que sentaron las bases de una infraestructura necesaria para vacunar en masa y sobre todo infundieron confianza en gran parte de sus habitantes.
En algunas ciudades importantes, incluidas Río de Janeiro y Sao Paulo, más del 99% de la población adulta ha recibido al menos una dosis de los fármacos contra el nuevo coronavirus. Las autoridades resaltan que la nación tiene una “cultura de vacunación”.
“Esta confianza, acumulada durante varios años, se basa en los beneficios de nuestro extenso calendario de vacunación”, coincide desde Buenos Aires Leda Guzzi, experta en enfermedades contagiosas.
Esta situación explicaría por qué Suramérica supera a Europa en las tasas de vacunación, pese a que el Viejo Continente tiene mayor acceso a los antídotos. El fuerte abstencionismo hacia las inyecciones de inmunización por parte de miles de habitantes en naciones europeas como Reino Unido y Países Bajos es uno de los principales talones de Aquiles a los que se enfrentan las autoridades para erradicar el virus.
Gobiernos de países como Francia, España y Alemania, entre otros, se han visto obligados a reinstaurar cierres y restricciones para tratar de parar la rápida propagación de los contagios en medio de las fiestas decembrinas, mientras enfrentan una tasa de vacunación aún insuficiente y la llegada de la variante Ómicron.
En algunas naciones, incluso, se ha abierto paso a la obligatoriedad de un pasaporte sanitario para forzar a la vacunación, lo que ha despertado polémicas con respecto a las libertades individuales de los ciudadanos.
Las sombras que empañarían las tasas de vacunación en Suramérica
Pese a este panorama, la región suramericana aún estaría lejos de superar la crisis sanitaria.
En primer lugar, y aunque el 63,3 % actual en la cifra conjunta de la inmunización de la zona supera a otras regiones del planeta, la tasa está por debajo del umbral que la mayoría de científicos estima -superior al 80% tras el surgimiento de nuevas variantes- y que sería necesario para lograr una inmunidad colectiva o inmunidad de rebaño.
Además, entre los niños, los números de vacunación varían drásticamente de un país a otro. Además, autoridades de países como México o Brasil han ralentizado el proceso para aprobar la aplicación de estos fármacos en menores.
Otro de los potenciales problemas a observar, señalan los epidemiólogos, radica en el tipo de vacunas que fueron utilizadas contra la pandemia. En territorios como Uruguay o Brasil, y particularmente en la fase inicial de la campaña de inmunización, las autoridades dependieron en gran medida de los antídotos chinos Coronavac y Sinovac. Pese a que protegen contra el virus, tendrían menores niveles de eficacia frente a sus pares de Pfizer/BioNTech y Moderna, aprobados por la Agencia Europea de Medicamentos.
Todo en momentos en que Ómicron golpea sin excepción y acelera los contagios incluso en personas inoculadas. No obstante, los expertos sanitarios subrayan la efectividad de las vacunas para evitar que las personas desarrollen síntomas graves de la enfermedad.
La nueva variante se ha convertido en el principal desafío de las autoridades sanitarias en todo el mundo, por lo que los expertos recomiendan una tercera dosis de las vacunas y la farmacéutica Pfizer trabaja en la adaptación de su biológico existente para proteger específicamente contra esa variante sudafricana.
Voceros de la compañía han señalado que ese antídoto estaría listo para el próximo marzo.
Con Reuters/France 24