TODO LO QUE TENÉS QUE SABER SOBRE LAS VACUNAS CONTRA EL COVID

De las 52 que existen en marcha, 11 se encuentran en fase 3. Además, hay 87 preclínicas y seis de China y Rusia que tienen aprobaciones tempranas. ¿De cuáles está más cerca Argentina? El debate por la obligatoriedad.

La carrera por la efectividad, aprobación y distribución de vacunas contra el coronavirus está en su recta final. Recién en la línea de llegada, se podrá saber cuál o cuáles servirán para dar inmunidad y por cuánto tiempo, y cuáles no podrán evitar el contagio pero sí el agravamiento de la enfermedad. Mientras tanto, empieza a circular información acerca de cada preparación que forma parte de la búsqueda.

En este momento, es imposible para la ciencia tomarse los años de investigación y prueba habituales para el descubrimiento de una solución eficiente que prevenga o cure. Por eso trabaja a contrarreloj, para que la pandemia termine y el mundo retome su curso. Hoy existen 52 vacunas en marcha: 38 en fase 1, 14 en fase 2, y 11 en fase 3. Además, hay 87 preclínicas, que también avanzan, y seis de China y Rusia que tienen aprobaciones tempranas, según un informe de New York Times.De las 11 en fase 3, hay cinco con las que la Argentina ya consiguió o busca negociar acuerdos y tres de ellas se testean en el país. “Tenemos expectativas en que todas las vacunas que se están probando tengan algún beneficio. Hay que ver qué beneficio en particular y por eso negociamos con todos porque además hay que ver cuándo pueden mandar y cuántas. La idea es tener más de una vacuna porque además eso minimiza el riesgo”, adelantó Carla Vizzotti, la secretaria de Acceso a la Salud de la Nación, quien encabezó, a mediados de octubre, el viaje a Moscú que aceleró los procesos de negociación con Rusia para adquirir la vacuna Sputnik V.

Aunque en etapa menos avanzada, también hay científicos argentinos que desarrollan una vacuna local. Con un subsidio del Ministerio de Ciencia, la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) y el CONICET trabajan en vacunas basadas en la producción de proteínas presentes en la superficie del virus.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) contabiliza 47 proyectos que son objeto de ensayos clínicos en humanos, sumado a 155 en fase preclínica, y reúne en su página el consenso científico universal sobre las etapas que debe transitar un producto antes de demostrar seguridad total para la vacunación:

– Fase preclínica: Experimentos en animales y cultivos de tejidos o células.

– Fase 1: Testeo en pocos humanos, en general menos de 100 adultos, para confirmar si es segura.

– Fase 2: Se testea en más humanos, de 200 a 500. Se estudia su seguridad, capacidad de producir inmunidad, las dosis propuestas y el método de administración.

– Fase 3: Suma más voluntarios y chequea con mayor precisión la seguridad y la eficacia en la prevención. Puede incluir de cientos a miles de personas en uno o varios países. En este caso, son pruebas aleatorias, donde investigador y paciente ignoran a quién le tocó placebo y a quién el experimento (doble ciego). Suele ser el paso anterior a la aprobación de una vacuna.

– Fase 4: Son los estudios posteriores a la aprobación de una vacuna y observan cómo funciona. Chequean efectividad pero siguen monitoreando eventos adversos.

En el caso del coronavirus, muchas vacunas están recibiendo y recibirán autorización de emergencia en fase 3. La administración de Alimentos y Drogas de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) considera que el umbral de efectividad para las vacunas que soliciten aprobación de emergencia es de 50% y ya hay algunas que demostraron un porcentaje mayor. Para tener un parámetro, las vacunas contra la gripe tienen una efectividad de entre 40 y 60% porque el virus muta cada año, pero vacunas como la del sarampión tienen una efectividad del 97%.

Algunas experimentan con productos clásicos, que son las vacunas inactivas, que trabajan con un virus muerto. Luego están las llamadas “subunitarias”, a base de proteínas. Y hay dos tipos de experiencias innovadoras: las que trabajan con vector viral, que adaptan otro virus; y las que usan fragmentos de material genético modificado para ordenarles a las células qué proteínas producir para combatir el SARS-CoV-2.

¿De qué vacuna esta más cerca la Argentina?

1) La de Oxford. La empresa farmacéutica británico-sueca AstraZeneca, junto a la Universidad de Oxford, desarrolla una vacuna que usa como vector (virus que no puede reproducirse en el organismo pero sí transportarse para inmunizar) un adenovirus de chimpancé (ChAdOx1).

Empezó los ensayos de fase 2 en Inglaterra e India. Está en fase 3 desde junio, con pruebas en más de 10 mil voluntarios en Reino Unido, 5 mil en Brasil, 30 mil en Estados Unidos, y también en Sudáfrica y Kenia. Detuvo los ensayos el 6 de septiembre para investigar a un voluntario que desarrolló una inflamación y luego los retomó por considerar que no había peligro.

El principio activo de esta vacuna se fabricará en la Argentina, en la planta de Garín de la empresa mAbxience, para que el envasado se haga en México y se proceda a su distribución en América Latina. La empresa le ofertó al gobierno la vacunación de poco menos de 12 millones de personas entre marzo y abril de 2021, si se prueba su efectividad. Requiere dos aplicaciones con 28 días de diferencia. Cuesta 4 dólares por dosis y es la más barata hasta el momento. Las primeras 30 millones de dosis son financiadas por la Fundación Carlos Slim a riesgo: si no funciona la vacuna, serán destruidas. 

2) Pfizer. La farmacéutica estadounidense Pfizer, la compañía alemana de biotecnología BioNTech y el fabricante de medicamentos chino Fosun Pharma desarrollan una vacuna basada en la tecnología del ARN (ácido ribonucleico) mensajero, que lleva instrucciones de ADN para que las células del cuerpo humano generen proteínas protectoras, es decir, anticuerpos (inmunogénica). Es un proyecto que no aceptó financiamiento público.

Empezó sus ensayos en Alemania a fines de abril y, a principios de mayo, en los Estados Unidos. Está en fase 3, con 30 mil voluntarios entre Estados Unidos, Argentina (4.500), Brasil y Alemania. El 12 de septiembre, extendió la prueba a 43 mil participantes, la mitad de ellos con placebo. Se aplican dos dosis, con tres semanas de diferencia. Los últimos resultados que difundió la investigación indican que, del total de voluntarios, sólo 94 se enfermaron de Covid-19, algunos de los cuales habían recibido placebo en lugar de vacuna. Un grupo de expertos que no pertenece a Pfizer ni BioNTech estudió los resultados y, en el primer análisis intermedio de fase 3 de esta vacuna, concluyó que la eficacia es mayor a la esperada: alcanza el 90%. Se informó que las pruebas continuarán hasta que 164 personas contraigan Covid-19. Todavía no puede saberse el tiempo que dura la inmunidad. Una vez que se saca esta vacuna de los congeladores especiales de 70 grados bajo cero, sólo puede conservarse cinco días entre 2 y 8 grados, lo cual podría dificultar su traslado. 

Fernando Polack, de la Fundación Infant, investigador principal a cargo del ensayo clínico en la Argentina, le explicó a Página/12: “Los países que tienen el privilegio de participar en testeos de esta naturaleza abren la puerta a recibir remesas de vacunas con prioridad y ese es el deseo de todos los que participamos en ensayos”. En agosto, se vacunaron los primeros voluntarios en el Hospital Militar Central. Pfizer le ofreció a la Argentina enviar tres millones de dosis entre diciembre y marzo a un precio de 19 dólares cada una, si se aprueba.

Es la vacuna que Donald Trump, hoy presidente saliente de los Estados Unidos, esperaba anunciar antes de las elecciones en las que fue derrotado.

3) Janssen. La compañía farmacéutica Johnson & Johnson (Estados Unidos) prueba con un adenovirus humano, como en la vacuna contra el ébola, y se administra en una sola dosis intramuscular. Usa el código genético de una proteína viral (la proteína espiga) y, cuando entran al organismo, las células producen esta proteína y así activan el sistema inmunológico. Su traslado presenta un inconveniente: requiere de una conservación a menos 80 grados. “Una vacuna que tenga que guardarse a -80° seguro no va a poder estar en todos los vacunatorios del país”, admitió Vizzotti. Su ventaja es que es unidosis.

Está en fase 3 desde septiembre con 60 mil voluntarios de Colombia, Brasil, Chile, México, Perú, Sudáfrica, Estados Unidos y Argentina. En octubre, tuvo una suspensión breve en el ensayo clínico pero se reanudó.

El gobierno argentino mantiene conversaciones con la compañía pero aún no se informó la cantidad de dosis que compraría ni una fecha estimada. Se difundió que el precio rondaría los 37 dólares, cerca de los 38 que cuestan las dos dosis de Pfizer.

4) Sputnik V. El Instituto de Investigación Gamaleya, que es parte del ministerio de Salud de Rusia, inició ensayos clínicos en junio de una vacuna a la que llamó Gam-Covid-Vac. Es la única que usa dos adenovirus humanos como vectores, uno diferente en cada dosis intramuscular, con diferencia de 21 días.

En agosto, el presidente Vladimir Putin la rebautizó inspirado en el nombre del primer satélite artificial de la historia, Sputnik V, y anunció la aprobación antes de que comenzara la fase 3, medida criticada por los altos riesgos. Luego informó que se trataba de un “certificado de registro condicional”, a la espera de los resultados de ensayos de fase 3, que empezaron con 2 mil voluntarios y se ampliaron a 40 mil, en Emiratos Árabes Unidos (EAU), India, Venezuela y Bielorrusia.

El 4 de septiembre los investigadores de Gamaleya publicaron en la prestigiosa revista The Lancetque, entre las fases 1 y 2, Sputnik V producía anticuerpos contra el coronavirus y efectos secundarios leves. El miércoles pasado la agencia de noticias rusa, del mismo nombre que el satélite y la vacuna, informó que Sputnik V alcanzó el 92% de efectividad en un estudio preliminar de fase 3, basado “en los 20 casos confirmados de Covid-19 divididos entre las personas vacunadas y las que recibieron el placebo”.

Argentina se anotó en la lista de países que tendrán prioridad para obtener esta vacuna. Rusia ofertó 50 millones de dosis -para 25 millones de personas- en el primer trimestre de 2021, de las cuales 10 podrían llegar en diciembre a un precio estimado de 19,95 dólares cada una.

5) Sinopharm. La farmacéutica estatal china desarrolla la vacuna BBIBP-CorV con el Instituto de Productos Biológicos de Wuhan, donde se originó el virus, y otra con el Instituto de Productos Biológicos de Beijing.

Esta vacuna utiliza virus inactivado, es decir, una versión muerta del germen, lo cual facilita su traslado porque alcanza con mantenerla en heladera. Según se informó, no produce enfermedad sino que genera anticuerpos, como ocurre en vacunas como la de la gripe, hepatitis A o rabia.

El laboratorio publicó en The Lancetque su vacuna consigue una amplia respuesta inmunitaria, incluso en personas mayores de 60 años. Es objeto de estudio en Emiratos Árabes, con 45 mil voluntarios, pero además allí se aprobó de emergencia para trabajadores de la salud. También se prueba en Baréin y Perú, con 6 mil personas en cada país; Marruecos, Pakistán, Serbia y Jordania. En Argentina, la de Beijing es la que se prueba a través de Fundación Huésped y la Fundación Vacunar en 3 mil voluntarios.

En China, es una de las seis que ya tienen autorización provisoria y fue aplicada a más de 100 mil personas. Por eso su evaluación surge del uso de emergencia.

El gobierno argentino mantuvo contactos pero son negociaciones menos avanzadas, por lo cual se desconoce cuántas dosis enviarían y a qué precio. En agosto, anticiparon que serían dos dosis por persona, con 28 días de diferencia, a unos 140 dólares la dosis, muy por encima de las otras que negocia la Argentina. En octubre, el presidente de Sinopharm dijo que la empresa se prepara para producir mil millones de dosis al año de sus vacunas de Wuhan y Beijing.

Otras vacunas en fase 3

– En emergencia. Además de Sputnik y las de Beijing y Wuhan, hay otras tres vacunas de esos dos países que fueron autorizadas en emergencia. La empresa CanSino Biologics, en asociación con el Instituto de Biología de la Academia de Ciencias Médicas Militares de ese país, desarrolla una vacuna basada en el adenovirus Ad5. En junio, el Ejército chino la aprobó por un año, bajo la categoría de “medicamento especialmente necesario”. Ese mismo mes, la empresa privada Sinovac Biotech lanzó en Brasil una prueba de fase 3 de una vacuna inactivada llamada CoronaVac. Cuatro meses despuésfuncionarios brasileños dijeron que era la más segura de las cinco que estaban probando en fase 3 y en algunas regiones de China se le está aplicando a trabajadores esenciales. El 14 de octubre, el presidente ruso Vladimir Putin anunció que su país había aprobado la EpiVacCorona antes de un ensayo de fase 3. Es del Vector Institute, un centro de investigación biológica y tiene péptidos, es decir, pequeñas porciones de proteínas virales.

– Moderna. El laboratorio estadounidense Moderna desarrolla vacunas con los Institutos Nacionales de Salud y apoyo del gobierno de ese país. Desde julio está en fase 3, con 30 mil participantes.

– Novamax. Desde Maryland, Estados Unidos, empezó sus ensayos en mayo con monos y seres humanos. Está en fase 3 desde septiembre con unos 15 mil voluntarios en el Reino Unido y ampliará a voluntarios en su país.

– Covaxin. En colaboración con el Consejo Indio de Investigación Médica y el Instituto Nacional de Virología de la India, la empresa de ese país Bharat Biotech diseñó una vacuna basada en una forma inactivada del coronavirus. Está en fase 3 desde fines de octubre.

– Bacillus Calmette-Guerin. El Instituto de Investigación Infantil Murdoch, de Australia, estudia en fase 3 si su vacuna contra la tuberculosis protege también contra el coronavirus.

El debate por la obligatoriedad

Mientras la aprobación de cualquier vacuna por parte de ANMAT ocurra en emergencia, antes de terminada su fase 3, no puede ser incluida en el calendario obligatorio. “Los resultados finales de fase 3 se tienen al año o a los dos años. Lo que uno puede tener son resultados interinos. Se analiza a los participantes que ya cumplieron con el estudio y se observa cuántos se infectaron entre los que recibieron la vacuna. En pandemia, esto serviría para una aprobación de emergencia, que permite la aplicación para aquellos pacientes que son de riesgo”, le explica a Cenital la médica infectóloga Florencia Cahn, asesora del Poder Ejecutivo y presidenta de la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología. El universo prioritario para las primeras dosis se calcula en unos 12 millones de habitantes, entre los que se cuentan trabajadores de la salud, personal de seguridad, personas mayores de 60 años y personas menores a 65 años con factores de riesgo.

En la Argentina, las vacunas que entran en el calendario son suministradas por el Estado y deben ser aplicadas a la población para la que fueron destinadas. En el caso de la vacuna contra el coronavirus, la expectativa del gobierno nacional es que la población adhiera, sin que sea obligatoria. “Tengo la convicción de que vamos a poder dar toda la información de lo que estamos haciendo. La sociedad se tiene que dar cuenta de que tenemos que tirar todos para el mismo lado”, dijo la viceministra Vizzotti en Ahora Dicen, por Futurock sobre lo que será el despliegue de vacunación más grande de la Argentina.

Una vez que se apruebe la fase 3, volverá a evaluarse la necesidad o no de su obligatoriedad, que de todas formas, en la Argentina no es de aplicación compulsiva, sino que, en todo caso, es requisito para determinados trámites o servicios educativos.

Quienes ya formaron parte de alguno de los estudios de vacunas no reciben información acerca de si fueron inyectados con placebo o con la dosis de prueba, por lo cual pueden hacerse el test de anticuerpos en algún laboratorio y, de ese modo, chequear si requieren o no un tratamiento preventivo como el resto de la población.

Hace algunas semanas, el gobierno argentino ya promulgó la Ley de Vacunas Destinadas a Generar Inmunidad contra Covid-19 (27.573) que, según explicó el ministro de Salud, Ginés González García, era una “herramienta necesaria” para avanzar en los contratos con las diferentes compañías. “Ninguna vacuna se va a aplicar hasta tanto no esté aprobada por las entidades regulatorias”, aseguró el ministro y sostuvo que la vacunación será gratuita pero no obligatoria. El plan, la expectativa, la esperanza del gobierno nacional es que la vacunación de los grupos de riesgo pueda concretarse antes del próximo invierno, para no padecer un rebrote, como ocurre ahora en Europa.

Cenital

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