TREN PATAGÓNICO: COMBUSTIBLE EN BASE A PLÁSTICOS RECICLADOS PARA “LA TROCHITA”

Los impulsores de la iniciativa -que son organismos públicos y empresas- contaron los detalles al diario Río Negro. Se intenta reutilizar los residuos plásticos que se generan en la zona y reducir contaminación. A partir de 1.000 kg de residuos plásticos se pueden conseguir hasta 800 litros de combustible. Ya se hizo una prueba en una de las locomotoras.

El centenario trencito de vapor, conocido popularmente como “La Trochita”, continúa su andar sobre las rieles que surcan las áridas tierras del Sur, en la provincia de Río Negro, solo que ahora lo haría utilizando como combustible residuos de plásticos reciclados generados por la comunidad.

El ensayo piloto fue realizado en las instalaciones de la empresa Tren Patagónico en Ing. Jacobacci y generó grandes expectativas, tanto para la empresa provincial como para la ciudadanía. El combustible generado a partir de la degradación de plásticos a altas temperaturas promete ser el alimento de las máquinas, en miras de un turismo sustentable y amigable con la naturaleza.

El plan de combustible limpio para La Trochita nació en 2019 y requirió de los esfuerzos coordinados de la Secretaría de Ciencia, Tecnología y Economía del Conocimiento, la Secretaría de Ambiente y Cambio Climático, el Tren Patagónico y la empresa privada Tres B.

El fenómeno es relativamente simple y con varias décadas de desarrollo en el mundo, aunque resulta innovador para estas tierras mucho más acostumbradas a la refinación directa del petróleo extraído del pozo. El principio es conocido como pirólisis y consiste en la descomposición de los materiales en base a la combinación de calor y vacío.

El primer paso a considerar es la recolección y selección de los plásticos, una tarea de la que se encarga la delegación regional de la Secretaría de Ambiente y Cambio Climático. Lo acumulado se lo muele o prensa para llevarlo a un horno a más de 500 grados centígrados.

Es a partir de una posterior destilación que los insumos se transforman en aceites de tipo gas-oil o solventes como las naftas. Las tareas de experimentación fueron arduas y demandaron de varios ajustes de tecnología. Para llevar adelante la degradación se requiere en un ambiente controlado y sin oxígeno, lo que evita la formación secundaria de contaminantes. Además, el gas-oil obtenido es altamente beneficioso porque su pureza es mucho mayor que la del generado de forma convencional.

El financiamiento se obtuvo en un 80 % del Consejo Federal de Ciencia y Tecnología (COFECyT), que depende del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, y un 20 % fue aportado por el gobierno de Río Negro. Para la fase inicial se destinaron 3 millones de pesos.

El plan comenzó a partir de la campaña de separación, recolección y reutilización de residuos sólidos que impulsó la delegación zonal de la Secretaría de Ambiente en los cerca de 15 municipios que son atravesados por la Ruta Nacional 23. El alto volumen de plásticos acumulados en poco tiempo llevó a la necesidad de buscar soluciones y un destino final. Los resultados de la experiencia fueron más que prometedores y con una proyección a futuro fructífera para comenzar un proceso de recambio gradual del hidrocarburo actual que es utilizado en las locomotoras de vapor. Aunque todavía faltan algunos ajustes mínimos, todo hace pensar que pronto el panorama cambiará.

Diario Río Negro/Trenes por Siempre

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