Una sobreviviente de la última dictadura militar denunció que el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Horacio Rosatti, encubrió a un torturador mientras se desempeñaba como Intendente de Santa Fe y pidió que se abra un proceso de juicio político contra el magistrado por «mal desempeño».
Según detalló la denunciante en un documento, mientras Rosatti ocupaba el puesto de Intendente en la municipalidad de Santa Fe (entre 1995 y 1999), mantuvo en su cargo al integrante de un grupo de tareas, a pesar de que ella relatara al actual presidente de la Corte sobre las torturas y abusos que sufrió de su parte.
Por ello, solicitó que la Cámara de Diputados abra un procedimiento para investigar hechos denunciados. Según detalla en el documento presentado:
«Vengo a presentar solicitud de Juicio Político al Ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Horacio Daniel Rosatti, en razón de los hechos que a continuación denuncio, de los que se desprendería que ha incurrido en la causal de ‘mal desempeño’ en sus funciones de conformidad con lo previsto en el Artículo 53 de la Constitución Nacional».
Asimismo, exigió su destitución en caso de comprobarse los hechos denunciados. «El propósito del juicio político no es el castigo de la persona delincuente», aclaró en el documento, «sino la protección de los intereses públicos» contra el «peligro u ofensa por el abuso del poder oficial, descuido del deber o conducta incompatible con la dignidad del cargo«.
¿Quién es la denunciante?
La denuncia fue presentada por Patricia Indiana Isasa, quien fue secuestrada por la policía de Santa Fe a los 16 años, para enviarla a un campo de concentración, donde fue torturada y abusada sexualmente. Entre sus torturadores se encontraba Eduardo Alberto «El Curro» Ramos.
Según relató, el 30 de Julio de 1976, «una ‘patota de hombres armados’ entró a mi casa, destrozando todo a su paso» mientras ella estaba en su cama. Además, detalló que «me arrancaron de la cama, de mi casa, de mi mamá, de mi vida cotidiana«.
Luego, fue trasladada «al infierno de los Campos de concentración», donde fue retenida «dos años y medio». «Tenía 16 años recién cumplidos. El Sr. Ramos integraba la Patota que me secuestró», agregó.
En 1998, la mujer se enteró que Ramos trabajaba como empleado municipal y se puso en contacto con Rosatti, quien se desempeñaba como Intendente de Santa Fe, para que tomara conocimiento de la situación.
Sin embargo, a pesar de que el jefe comunal le asegurara que «se iba a encargar del tema«, «ni siquiera abrió un sumario administrativo para verificar los hechos por mi denunciados».
Así, a pesar de saber de los antecedentes de Ramos, el entonces Intendente «lo encubrió, manteniéndole el trabajo en la Municipalidad«.
Eduardo Alberto Ramos
Ramos fue condenado en 1977 a 16 años de prisión por ser parte de «una banda de policías que asolaba la ciudad con robos y abusos» y, posteriormente, exonerado de la Policía Santafesina.
Indiana Isasa explicó que le acercó a Rosatti la documentación en la que se detallaba que la presencia de Ramos en la Municipalidad violaba la ley, ya que «el que hubiera sido exonerado» o «sufrido condena por hecho doloso» no puede ser empleado.
El torturador debió esperar hasta septiembre de 2005 para que se ordenara su detención en el marco de una Causa por Crímenes de Lesa Humanidad, luego de varios años de investigaciones y denuncias.
Ella, que fue testigo y querellante, comentó que «recién allí fue despedido de la Municipalidad por otro Intendente, el Arquitecto Álvarez».
Así, a pesar de que Ramos ya estuviera imputado por «Genocidio, Torturas y Terrorismo de Estado«, el actual titular de la Corte resolvió mantenerlo en su puesto durante toda su gestión. Según Indiana Isasa afirma en el documento:
«El 23 de Diciembre de 2009, Ramos recibió su primera condena por Torturas, secuestros y privaciones ilegales de la libertad, y otros delitos aberrantes. Un emotivo acto judicial que me reparó años de sufrimientos».
«En abril de 2019 declaré ante el Tribunal Federal por mi violación en el primer campo de concentración, cuando estaba ‘desaparecida’ y tenía 16 años. Pocos meses después, el Sr Ramos recibió una condena ejemplar de 20 años de Prisión por el crimen sexual y por la violación de una compañerita de colegio, que tenía 14 años».
El Agora Digital