En su editorial, el periodista y conductor de La Mañana analiza las primeras medidsa adoptadas por el nuevo presidente de los Estados Unidos.
El periodista y conductor de La Mañana, Víctor Hugo Morales, analizó por la 750 la asunción de Donald Trump y trazó un paralelismo entre las primeras medidas y decretos con la gestión de Javier Milei y un ajuste cruel que tiene al pueblo más vulnerable como el principal damnificado.
El editorial de Víctor Hugo Morales
¿Adónde van las palabras del Laura Bonaparte? ¿Cuánto tiempo se quedan en el aire, dónde desaparecen después? Como las volutas del humo de los cigarrillos, cuando el aire se queda así nomás. ¿Cómo es? Un vacío algo gris. ¿Qué hacemos con la lucha?
Allí estaban los trabajadores, diciendo que el vaciamiento es un cierre, y los despidos, una expresión más de la crueldad mental de la época. ¿Hay algo que se pueda hacer? Eso me preguntaba. Salvo aceptar las mínimas condiciones que, al final, serán ofrecidas… ¿Hay algo más?
En paralelo, Oxfam denuncia el surgimiento de una oligarquía de multimillonarios que anula la democracia (¿les hace ruido la expresión?) y que, el año pasado, aumentó su fortuna tres veces más rápido que nunca.
¿Creemos que eso es allá y no vemos que es aquí también? Rocca, Magnetto y todos los demás sátrapas son los que están detrás de esta ruina moral que nos lleva al abrazo simbólico del Laura Bonaparte. ¿O piensan que la oligarquía multimillonaria que triplica ganancias sucede solo bajo la carpa del circo que vimos ayer por televisión?
El circo de Milei tiene los mismos payasos. Solo faltaría el sombrero de la mujer de Trump, un destello de elegancia metafórica que sencillamente impide ver la realidad.
¿Saben cómo se titula el informe? El saqueo continúa: pobreza y desigualdad extrema, la herencia del colonialismo. Así define Oxfam al mundo actual, que abarca, por supuesto, a estas colonias del sur.
Lo del Laura Bonaparte es una porción de los saqueos cotidianos que se viven en la Argentina. La televisión de derecha ayer chorreaba el rojo Trump en los zócalos, imponiendo las certezas de un mundo atroz y estúpido, pero a esta altura ya invencible.
Es la salud mental la que tenemos en juego. Con el Laura Bonaparte y con cada título de las mentiras cotidianas, nos arrastran a la locura como sociedad. Ya no cabe en la cabeza tanto desprecio como el que nos tiran a la cara, y tanta impotencia de los que nos abrazamos.
Página/12