EL CIERRE A LAS EXPORTACIONES DE CARNE

Hay consensos y consensos

El lunes por la noche se confirmó que el gobierno impulsará un cierre de las exportaciones de carne por 30 días como respuesta al fuerte aumento que viene mostrando su precio (aumentó por encima del 60% en el último año). El anuncio generó bastante consenso entre economistas, pero por la negativa, dado que la gran mayoría sostuvo que sería contraproducente.

¿Por qué tal consenso? En primer lugar, porque la medida es inconsistente con uno de los principales objetivos económicos del propio gobierno, que es el de aumentar las exportaciones. Aun siendo algo transitorio, su efecto podría ser duradero, dado que otros países podrían reemplazar a los productos argentinos en los mercados internacionales, en un momento de mucha demanda, especialmente proveniente de China. Esto precisamente llevó a que en lo que va del año las exportaciones alcanzaran un nivel récord, donde el 75% de las mismas tiene como destino al país asiático.

Pero más importante aún es el hecho de que esta medida ya se tomó anteriormente durante el kirchnerismo y con resultados muy negativos. No solo en términos de contención de los precios, sino también respecto de la producción y exportación del sector vacuno.

En 2006, con motivo justamente de una escalada en los precios de la carne, el gobierno anunció un cierre por 180 días de las exportaciones, que luego devino en la fijación de cuotas para la exportación (que oscilaron en torno al 40-50% de la producción), que se mantuvieron por varios años.

Esta medida no solo provocó la reducción de las exportaciones (en un contexto de auge de las mismas, como se aprecia en el gráfico anterior), sino que además llevó a la liquidación del stock ganadero y, posteriormente, al aumento del precio.

Detengámonos brevemente en el proceso de producción vacuno, dado que tiene sus particularidades. El rasgo más distintivo es que las hembras sirven como capital -ya que son necesarias para la reproducción y el futuro aumento de la producción- y también como potencial animal de venta (con los machos no sucede lo mismo, ya que el mismo toro puede preñar varias hembras). Por ende, dependiendo de las expectativas del sector, hay fases de retención (donde se reduce la faena de hembras, con el objetivo de incrementar la producción futura) y fases de liquidación (donde las hembras son enviadas a faenar).

Fíjense que cuando esto último sucede, aumenta la producción –más animales son faenados- y eso por lo general lleva a una caída en los precios. Sin embargo, por detrás lo que se observa es una reducción del stock vacuno, que tarde o temprano deriva en una fase de retención, donde la producción se reduce y eso impulsa al alza los precios.

Precisamente eso fue lo que sucedió a partir de marzo de 2006, momento de alza en los precios. La medida implementada derivó en una caída de las exportaciones y eso provocó el inicio de una fase de liquidación de las hembras (que además fue récord en términos históricos por su duración), lo cual redujo el precio de la carne.

La paulatina reducción del stock de cabezas de ganado (sumado al lockout ganadero y a la fuerte sequía de 2008 y 2009) derivaron en una fuerte caída de la producción que provocó el salto en el precio de la carne, llevándolo a niveles históricamente elevados.

A partir de esta crisis del sector, se dio una lenta recuperación del stock vacuno, de la mano del incremento del stock de vacas, que llega hasta la actualidad.

Por otro lado, eso vino acompañado de un incremento de la producción, sobre todo a partir de 2016, momento donde además se recuperaron las exportaciones (explicado fundamentalmente por la devaluación del tipo de cambio y la quita de retenciones al sector que aplicó la gestión de Cambiemos).

Al igual que lo sucedido con los subsidios energéticos, el gobierno parece lograr consensos, pero de rechazo a las medidas tomadas. Esto se debe a que estas mismas medidas ya fueron aplicadas por el kirchnerismo en la gestión anterior y sus resultados fueron, sin lugar a dudas, contraproducentes. Ahora solo queda esperar que realmente sea una medida temporal por 30 días, porque como ya vimos, en Argentina muchas veces lo transitorio se transformó en permanente.

¿Más economía?

Va el resumen del panorama económico, a partir de los datos que salieron durante la última semana: la inflación de abril volvió a mostrar un aumento sumamente elevado y pone muy en duda la meta fijada por el gobierno. Aun así, la mayoría de los salarios le ganaron a la inflación durante el primer trimestre del año y mostraron una recuperación del poder adquisitivo. La nota completa la podés leer acá

Juan Manuel Telechea

Cenital.com

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