LA ESTRUENDOSA SALIDA DE VICTORIA DONDA DEL INADI Y LA FUERTE RESPUESTA DE CASA ROSADA

Félix Crous también presentó su renuncia a la Oficina Anticorrupción. En tanto, dejaron sus cargos una directora del Banco Central y el presidente de la Casa de la Moneda.

El último día hábil del año, un pequeño éxodo de funcionarios dejó varias vacantes abiertas en el gobierno nacional. La primera partida fue la más ruidosa: Victoria Donda abandonó la presidencia del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) de un portazo, denunciando que la habían corrido por sus “posiciones políticas”. Enojados con la explicación que había dado Donda, la mesa chica del presidente no tardó en salir a desmentirla, asegurando que Alberto Fernández había decidido removerla porque había perdido “confianza en su capacidad de seguir al frente del organismo”. 

El resto de las renuncias, mientras tanto, fueron más ordenadas. La más resonante fue la de Félix Crous a la Oficina Anticorrupción (OA), pero también se fueron Betina Stein de la dirección del Banco Central y Rodolfo Gabrielli de la presidencia de la Casa de la Moneda. Las vacantes, de momento, no fueron cubiertas, pero no se esperaban nuevos cambios. No hasta marzo al menos, que es cuando se calcula que Juan Manzur abandonará la Jefatura de Gabinete para hacer campaña en Tucumán.

La carta de Victoria Donda

La carta de renuncia de Victoria Donda se publicó el jueves a la noche, pero fue el viernes que la secretaría de Gabinete, que conduce Juan Manuel Olmos, salió a contradecirla. Donda – que había funcionado como interventora del INADI desde que Alberto Fernández asumió – había anunciado que se había enterado por el propio Olmos que el gobierno pretendía correrla por “su posicionamiento político en la etapa actual” y que eso, sumado a que consideraba que el gobierno había dejado de “escuchar” varias voces críticas, había motivado su partida. Al día siguiente, en cambio, Olmos sacó un comunicado en el que aseguraba que el presidente había perdido “confianza” en ella y por eso había decidido “no renovar su intervención al frente del INADI”.

Donda venía cuestionando públicamente el rumbo del gobierno hace un tiempo y cada vez se la veía más cerca de Cristina Fernández de Kirchner (de quien estuvo distanciada durante muchísimos años). Se la vio, incluso, en la primera fila del acto que la vicepresidenta encabezó en Avellaneda el martes pasado. 

Donda asegura que Alberto Fernández la corrió “por lo que piensa”, pero en Casa Rosada la versión es distinta. Cerca del presidente sostuvieron que habían notificado anteriormente que ella no renovaría su intervención en el INADI en 2023 y que nada había tenido que ver con sus críticas públicas. “Tendría que haber corrido a medio gobierno si no y no lo hizo”, ironizó un funcionario nacional. 

La respuesta de la Rosada

La carta de renuncia de Donda cayó mal entre algunos dirigentes de Casa Rosada. Más de uno recordó cuando el presidente “salió a bancarla fuerte” luego de la controversia en la que la ex diputada se vio envuelta con una ex empleada doméstica que la denunció por no regularizarla laboralmente. 

“Su gestión tampoco fue la gran cosa”, añadió un funcionario. Frente a las críticas que fueron circulando en el día, Donda salió a responderlas con un nuevo comunicado. “Sobre mi ‘capacidad’ en función de la calidad de nuestra gestión al frente del INADI, sólo resta decir que me llevo el reconocimiento de las y los trabajadores del organismo y la tranquilidad de saber que el tiempo acomoda todo en su lugar”, apuntó. Por lo bajo, colaboradores suyos fueron más duros: “Preguntale a Olmos que hizo el INADI en estos tres años. No debe tener ni idea”. 

En el comunicado, mientras tanto, Donda sostuvo que “la política debe dejar de dar espectáculos patéticos” y le recomendó al gobierno nacional que redirigiera su atención al escándalo desatado a partir de la filtración de los chats entre el ministro de Seguridad porteño, Marcelo D’Alessandro, y Silvio Robles, el hombre de confianza de Horacio Rosatti: “En lugar de continuar ventilando miserias por los medios de comunicación, nuestro Gobierno debería estar pidiéndole explicaciones a toda la plana mayor de Juntos por el Cambio, a raíz de más y nuevas pruebas sobre uno de los hechos más escandalosos de la vida democrática argentina”, cuestionó.

El resto de las salidas

La renuncia del titular de la OA, Felix Crous, fue más amigable. En su caso, la dimisión había sido conversada hace un tiempo con el presidente y terminó siendo dada a conocer a la mañana a través del Boletín Oficial. 

Según explicaron cerca de Crous, la razón de su renuncia se debía a que se aproximaba el vencimiento de su licencia como fiscal y, dado que ya la había prorrogado tres veces, necesitaba una autorización especial de parte del procurador general (interino) Eduardo Casal. “No había chance de que Casal fuera a dar la autorización con la relación que tiene con el gobierno”, explicó un funcionario cercano a Crous. El ex titular de la OA también venía teniendo algunos problemas de Salud que lo habían obligado a ausentarse algunas veces durante el año. 

Referente de Justicia Legítima, Crous también había ocupado su cargo desde que asumió a Alberto Fernández. En la oficina de la OA destacaron que, durante esos tres años, se creó el Registro de Integridad y Transparencia para Empresas, el Sistema de Monitoreo de Actividades Privadas y Públicas Anteriores y Posteriores al ejercicio de la función pública, así como la Estrategia Nacional de Integridad. Durante ese tiempo también la OA dejó de ser querellante en algunas causas que involucraban a CFK, como Hotesur y Los Sauces.

Tanto en el caso de Crous como de Donda se desconoce aún quién ocupará sus lugares. En el caso de la OA se especula con que lo reemplazará el subsecretario de Planificación de Políticas de Transparencia (y hombre muy cercano a Crous), Luis Villanueva. Al cierre de esta edición no se esperaban nuevos cambios en el gabinete nacional. El próximo movimiento será entre febrero y marzo, cuando el jefe de Gabienete, Juan Manzur, se pedirá licencia por unos 40 o 60 días para poder participar de la campaña en Tucumán (provincia que gobernaba antes de que Alberto Fernández lo convocase para ocupar la Jefatura de Gabinete). 

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