ABRÓCHENSE LOS CINTURONES

  • 5 Meses ago

Finalmente terminó el proceso electoral y Javier Milei fue elegido Presidente. A partir del 10 de diciembre comenzará su gestión, que en materia económica va a estar plagada de desafíos. Una economía en recesión y que no crece hace 12 años, una brecha cambiaria superior al 150%, una inflación en torno al 140% anual y creciendo, una tasa de pobreza superior al 40%, informalidad en aumento y caídas del salario de entre 5% y 10% en el último año.

Sin dudas, la situación económica fue uno de los principales factores para explicar la derrota del oficialismo. Pero para entender la victoria de un outsider extremista como Milei, con eso no alcanza. El hastío de la gente con la política -y, me atrevo a decir, con el peronismo en particular- conectó perfecto con el concepto de “la casta”, esa idea de que los políticos son los únicos con privilegios, algo que en estos 4 años el oficialismo pareció empecinado en confirmar, como explica acá Martín Rodríguez.

La transición, el 10 de diciembre y después

La primera pregunta que hay que tratar de responder es qué sucederá en estos 12 días hábiles de gestión. Puede parecer poco, pero para el mercado cambiario podría ser una eternidad si se desata una corrida contra la moneda. Acá ya vimos declaraciones cruzadas en cada uno de los dos discursos del domingo. Massa sostuvo el día de la elección que desde ahora “la tarea de dar certezas y transmitir garantías sobre el funcionamiento, social político y económico es responsabilidad del presidente electo. Esperamos que así lo haga”. Horas más tarde, Milei respondió: “Al Gobierno queremos pedirle que sea responsable, que entienda que ha llegado una nueva Argentina y que actúen en consecuencia. Que se hagan cargo hasta el final del mandato”. De todos modos, ayer se terminaron reuniendo Alberto Fernández y Javier Milei, en una charla que duró más de 2 horas.

Veremos si esto se termina solucionando, porque la realidad es que a ninguno de los dos le conviene que haya una transición desordenada. Cuanto mayor sea la incertidumbre, más presión habrá sobre el dólar. Esto significa un mayor uso de las contadas reservas que tiene el Banco Central (un problema para la gestión actual), pero también una menor cantidad que le va a quedar al gobierno entrante para implementar los cambios anunciados (ver más adelante). Incluso esto podría devenir en una corrida cambiaria, que obligue al gobierno a tener que devaluar. Esto obviamente no le sirve al oficialismo, pero tampoco a Milei. Una devaluación desordenada -como la que se observó luego de las PASO- cuyo único correlato sea el incremento de los precios, complejizaría aún más el escenario inicial con el que debería lidiar Milei.

Probablemente por este motivo es que se observaron los primeros movimientos de ambos lados. El gobierno anunció la renovación del dólar exportador, con un incentivo mayor: ahora, en lugar de permitir la liquidación del 30% al tipo de cambio financiero, se incrementó al 50%, lo que significa una cotización de 615 $/USD.

Pero lo más relevante vino del lado de Milei, ya que precisó -y rectificó- varias cuestiones vinculadas a su esquema cambiario y monetario que trajeron algo de tranquilidad al mercado. Recordemos que en el debate había (re)confirmado que iba a dolarizar. Como analizamos en su momento, esta propuesta tiene varios problemas: uno de los más serios es que al no contar con los dólares necesarios para canjear por todos los pesos, el tipo de cambio necesario para implementarla sería ridículamente caro. Por tales motivos, y ya confirmado que será el próximo presidente, esto hubiera provocado una corrida cambiaria, ya que el razonamiento sería que hoy el dólar -tanto el oficial como el financiero- está barato (haciendo que se incremente la demanda, pero también que se frene la liquidación de los exportadores).

Sin embargo, a primera hora del lunes (feriado), tuvo una entrevista radial con Eduardo Feinmann en la que dijo que “primero hay que arreglar el problema de las Lelics. Si no lo hacés, y abrís el cepo, te vas a una hiperinflación” (ese tema lo explicamos en esta edición). Esto cambia bastante el panorama cambiario, dado que confirma que van a seguir existiendo las regulaciones a la compra de dólares -por lo menos hasta que solucionen este problema- y, por ende, vamos a seguir teniendo dos tipos de cambio.

Cabe remarcar que lo que no termina de quedar claro acá es cómo va a solucionar el problema de las Lelics. Milei sostiene que ya tiene asegurado el financiamiento externo para rescatar estos pasivos, pero al hacer las cuentas parece difícil que así sea. Se necesitarían como mínimo unos USD 20.000 millones de dólares. Dado que en la actualidad el precio de los bonos argentinos cotiza en torno a los USD 33, eso significa que debería colocar unos USD 60.000 millones de deuda. Como referencia, en 2017 (año de mayor cantidad de emisiones de bonos en moneda extranjera), la gestión de Cambiemos colocó USD 30.100 millones.

Sumado a eso, volvió a hablar de “competencia de monedas” y no de dolarización. Esto significa que, una vez resuelto el problema de las Lelics, el peso seguiría vigente, pero “compitiendo” contra el dólar, que se podría comprar y vender libremente (este mismo esquema es el que rigió en diversos momentos en Argentina, por ejemplo, durante la gestión de Cambiemos). En suma, la idea de la dolarización se hace cada vez más lejana, confirmando el Teorema de Baglini. A partir de lo anterior, si bien durante el día de ayer se observó cierta presión en los dólares financieros (el MEP y el Contado con Liquidación se incrementaron 6%, mientras que la suba del blue fue del 13%), no son magnitudes de “pánico”.

La otra pata del programa con la cual va a avanzar “sin gradualismo” es el recorte del gasto público. No obstante, acá también se observó cierta moderación respecto de lo planteado durante la campaña, dado que ahora lo que dijo fue que apunta a que haya “déficit cero” para fines de 2024. Eso significaría un recorte del gasto de unos 5 puntos del PIB (y no de 15, como había dicho durante la campaña).

De todos modos, también luce sumamente desafiante. El recorte del gasto de “la política” (los puestos directivos) representan como mucho el 0,3% del PIB. El déficit operativo de las empresas públicas representa un monto similar. Se podría agregar el recorte total de los subsidios a la energía y el transporte, lo cual sumaría 2% del PIB (con el fuerte impacto en el precio de dichos servicios). A todo eso debería sumarse el recorte total de las transferencias a las provincias (0,7% del PIB) y la inversión pública (1,7% del PIB) para alcanzar dicho 5%. Nuevamente como referencia acá podemos poner el año 2018, el de mayor recorte que hubo durante la gestión de Cambiemos, cuando la reducción fue de sólo 1,3% del PIB (considerando el gasto del gobierno nacional) o del 2,8% (si incluimos el ajuste del gasto de las provincias y de los municipios, donde no tiene injerencia directa el Poder Ejecutivo). Sería un ajuste sumamente drástico, con el agravante de que la situación económica del país, pero en particular la de los sectores más vulnerables, hoy es mucho más grave. No parece haber margen social para algo así.

Por último, también dijo que va a privatizar todas las empresas públicas (entre las más importantes se destacan YPF, Aerolíneas Argentinas, AySA, ARSAT y Télam). Además del hecho de que la mayoría son empresas estratégicas y/o que brindan un servicio clave, la venta de cada una de estas debería pasar por el Congreso, donde La Libertad Avanza (LLA) la va a tener muy difícil para lograr el quórum necesario. Como muestra Facu Cruz acá, LLA contará con 38 diputados nacionales y tan solo 7 senadores. Eso dejará a Javier Milei como el Presidente argentino electo con menor base política inicial desde 1983 hasta la fecha. También va a ser el de menor poder territorial: cuenta con cero gobernadores propios y solo 6 intendencias (el 0,3% del total).

En suma, a pesar de que Milei haya moderado bastante (en sus propios términos) la radicalidad de sus propuestas, sigue siendo un desafío ponerlas en práctica, sobre todo con una economía que ya viene sumamente golpeada.

Bonus track

Hace unos días, la UNSAM realizó un seminario sobre “Lineamientos para la estabilización de la economía argentina”, en el que participaron Fernando Morra, Emiliano Libman, Paula Isaak y Joaquín Waldman. Se los recomiendo mucho, lo pueden ver completo acá.

A tono con la temática, el podcast de esta semana es “Sin control. El universo de Javier Milei”, una biografía del futuro presidente, producida por Anfibia Podcast y El País Audio y narrada por María O’Donnell. Lo pueden escuchar acá.

Juan Manuel Telechea | Cenital

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