EL RIACHUELO EN PAUSA: POR DESPIDOS SE FRENÓ EL SANEAMIENTO

  • 10 Días ago

Cuando las mejoras comenzaban a verse y la vida retornaba en forma de aves y peces, llegó la motosierra para amenazar esta transformación. Reducción de personal en ACUMAR y una historia de idas y vueltas.

Cuando las mejoras comenzaban a vislumbrarse y la vida retornaba en forma de aves y peces, llegó Javier Milei para amenazar esta transformación. Con el modus operandi que ya caracteriza al Gobierno nacional, el viernes a última hora un total de 40 trabajadores recibieron una notificación de desvinculación de la Autoridad Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR), mientras otros 20 recibieron suspensiones sin goce de sueldo.

Según empleados del organismo, los mensajes enviados desde Recursos Humanos causaron indignación, pero no sorpresa. En marzo y abril habían comenzado las intimaciones por supuestos incumplimientos en asistencias y horarios. Sobre esa base se concretaron despidos con causa, por lo que no habría indemnizaciones.

El ex titular de ACUMAR, Martín Sabbatella escribió en redes sociales: “Este vaciamiento responde a la decisión política de retirar al Estado de tareas que son fundamentales. Es lamentable que acudan a maniobras fraudulentas para despedir personal”. La delegada de ACUMAR, Débora Fretes, cuenta que las áreas más afectadas del organismo son: salud ambiental –que se encarga del relevamiento sanitario de la población–, ordenamiento territorial, adecuación ambiental, hábitat y planeamiento urbano.

Trabajadores de ACUMAR realizaron un paro total de sus actividades el martes y expresaron su adhesión al paro general de hoy.

Más que un río, un símbolo del AMBA

Si sos alguien que frecuente la zona, seguro tengas latente la sensación de cruzar el puente Pueyrredón y levantar rápido la ventanilla del auto o del colectivo para evitar respirar ese olor nauseabundo.

Y seguramente también al cruzar hayas experimentado alguna vez un sentimiento de impotencia sin entender bien a quién le correspondía hacer algo para sanear ese río y corregir esa situación que, claramente, no estaba bien. El Estado parecía brillar por su ausencia.

Y mientras algunos solo cruzábamos en colectivo, familias enteras vivieron en sus márgenes expuestas durante años a altísimos valores de contaminación tanto en aire, suelo como agua. Aún hoy la mitad de la población circundante no tiene cloacas y hay cerca de 400 industrias contaminantes.

La contaminación continúa y el trabajo de saneamiento -hasta hace unos días- también.

La cuenca Matanza-Riachuelo es el resultado de un proceso complejo, basado en una creciente degradación ambiental y una histórica falta de abordaje integral, con los consecuentes efectos que esto implica sobre la calidad de vida de la población.

En el territorio de la cuenca habitan más de 4 millones de personas. Las tres principales fuentes de contaminación son los desechos cloacales, los desechos industriales y los residuos sólidos.

La preocupación sobre la mugre de este río data de 1860, pero fue recién en 2004, luego de casi dos siglos de contaminación y promesas vacías -como la de María Julia Alsogaray de limpiar el Riachuelo en mil días-, que un grupo de vecinos y vecinas muy valientes y comprometidos de Villa Inflamable (Avellaneda), presentaron una demanda. En esa denuncia contra el Estado nacional, la provincia de Buenos Aires, la Ciudad Autónoma y 44 empresas, reclamaban la recomposición del ambiente, la creación de un fondo para financiar el saneamiento de la cuenca Matanza Riachuelo y un resarcimiento económico por daños y perjuicios. Posteriormente, la misma se amplió hacia los 14 municipios bonaerenses por los que se extiende la cuenca.

Así se originó la causa “Mendoza”, llamada así por ser el apellido de Beatriz, una de las vecinas demandantes.

En el 2006 se publicó la Ley 26.168, que creó la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo, atendiendo a la preocupante situación ambiental del río Matanza Riachuelo y su entorno. La creación de la ACUMAR es uno de los mayores logros en materia judicial a nivel socioambiental.

Dos años después de la ley de creación del organismo, en 2008, la Corte dictó un fallo histórico en el que responsabilizó a los tres estados demandados por el deterioro de la Cuenca e intimó a ACUMAR a delinear un plan de saneamiento.

Nación, Provincia o Ciudad, ¿quién se hace cargo?

ACUMAR es un organismo muy especial, sobre todo por sus particularidades jurisdiccionales. La Cuenca abarca 14 municipios de la provincia de Buenos Aires y 9 comunas de la Ciudad Autónoma, pero a la vez es tripartito, conjugando el trabajo con los tres gobiernos que tienen competencia en el territorio: Nación, provincia y ciudad.

Imaginate sentar en una mesa a Milei, Axel Kicillof​ y Jorge Macri y pedirles que se pongan de acuerdo en algo. Un poco difícil, ¿no? Bueno, imaginarse a la ACUMAR articulando con 14 municipios de Buenos Aires, 9 comunas y con Nación, debe ser como mínimo, complejo.

Rol de ACUMAR

En 2009, ACUMAR diseñó el Plan Integral de Saneamiento Ambiental (PISA) que contempla un abordaje integral y define acciones cuyos objetivos son: mejorar la calidad de vida de los habitantes de la Cuenca, recuperar el ambiente en todos sus componentes (agua, aire y tierra), y prevenir daños con suficiente y razonable grado de predicción. Este plan permite el accionar coordinado entre los distintos actores que trabajan para resolver las problemáticas de la región.

En materia de salud ambiental, las políticas públicas que promueve ACUMAR se orientan a evaluar, corregir, controlar y prevenir los factores socioambientales que pueden afectar de forma adversa la salud de las generaciones presentes y futuras.

Es sumamente importante gestionar políticas de salud con foco en los sectores más vulnerables de la Cuenca Matanza Riachuelo. Eso viene haciendo el organismo a través de líneas estratégicas para abordar los conflictos ambientales de la región, trazando acciones de fiscalización y adecuación ambiental en los establecimientos industriales, comerciales o de servicios en el ámbito de la Cuenca, así como instar procedimientos sancionatorios cuando corresponda.

Si bien ACUMAR es un organismo de control, también es el espacio que permite vinculaciones con otros organismos públicos, privados, financieros y de investigación, que pueden tanto aportar insumos técnicos y financieros para apoyar a los establecimientos del sector en pos del logro de su adecuación ambiental, como promover conocimientos, técnicas y tecnologías ambientales que permitan el uso racional y eficiente de los recursos naturales.

El monitoreo de parámetros ambientales y la elaboración de estudios sobre calidad de agua superficial, subterránea, análisis de sedimentos, aire y relevamientos de biodiversidad cumplen un rol clave y transversal a todas las acciones realizadas por ACUMAR para el logro de los objetivos del Plan Integral de Saneamiento Ambiental (PISA).

Bocanada de aire limpio (o casi)

Mitigar 200 años de pasivos ambientales no es fácil ni rápido. Después de años de desidia y absoluto abandono estatal, la creación de ACUMAR en el 2006 vino a traer una bocanada de esperanza. Ese trabajo de hormiga de sus empleados comenzó a dar frutos hace algunos años cuando se empezó a visualizar en el río el regreso de peces, pájaros y hasta tortugas. Unos meses atrás, Eli Möhle hizo una navegación guiada por el río y lo comprobó con sus propios ojos.

El avance del saneamiento no solo se puede ver por el incipiente retorno de la fauna, el reverdecer de su flora, la reducción de basura flotando en el cuerpo de agua, sino que también se percibe un notable cambio al circular por los alrededores de la cuenca, donde ese olor fétido que veníamos naturalizando hace años se vio disminuido o eliminado en algunas zonas circundantes. Es decir que, 18 años después, empiezan a darse buenas noticias.

Por supuesto que todavía falta mucho y aún quedan retazos de ese río que supo ser el más contaminado de Sudamérica.

El director general ambiental de ACUMAR, Federico Gatti Lavisse, le contó a Fernando Soriano en esta nota que hay cerca de 400 empresas que están consideradas agentes contaminantes, pero no todas tienen un impacto realmente ambiental fuerte sobre la cuenca. Unas 20 son el núcleo duro que está ocasionando el 80% del vertido de carga orgánica. Son básicamente frigoríficos. Por eso las mediciones de calidad del agua siguen dando niveles de entre “regular” a “muy malo”.

Una narrativa de cambio sin conclusión aparente

Los buenos resultados de gestión que comienzan a surgir a partir del saneamiento del Riachuelo nos confirman la importancia de la voluntad política y de la implementación concreta de políticas públicas de forma articulada entre diferentes áreas gubernamentales.

Sin embargo, en vez de estar discutiendo sobre redoblar esfuerzos y políticas para que el balance de los próximos años sea aún más positivo que el actual, nos toca hablar del desguace de ACUMAR por parte del Gobierno nacional.

El ajuste repercute sobre el proceso de saneamiento y políticas socioambientales ordenado por la Justicia, invisibilizando la Ley 26.168 que protege la cuenca y reconoce a los vecinos el derecho a vivir en un ambiente sano, como indica el artículo 41 de la Constitución Nacional.

La ACUMAR actualmente depende de la Secretaría de Infraestructura y Política Hídrica que está bajo la órbita del Ministerio de Economía comandado por Luis Caputo. Quien preside el organismo en cuestión es Lucas Figueras.

Hace falta un modelo de desarrollo, lograr un cambio cultural, pensar qué hacer en la zona, qué espacio tendrán las industrias, los servicios, la logística y las familias, pero eso no está ni siquiera en discusión.

Hoy parece utópico, pero la vuelta al uso del agua como espacio público podría atraer actividades deportivas, recreativas y turísticas en la cuenca generando desarrollo económico y social en el barrio. Qué lindo que es soñar, soñar no cuesta nada.

Única esperanza: un buen sistema de cloacas y tratamiento de aguas es clave para abordar el problema. Hay avances, como la construcción del Colector Margen Izquierdo de Aysa, una obra monumental y multimillonaria que se hace con un préstamo del Banco Mundial, lo que impide que integre la lista de obras públicas frenadas por Milei.

Cenital

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