La idea de recurrir por fondos frescos al FMI ronda a los economistas que trabajan con Toto Caputo, futuro ministro de Economía de Javier Milei. El propio libertario viajará a Estados Unidos para dialogar con funcionarios de Joe Biden, a quienes debe convencer de la firmeza de su plan de ajuste para poder pensar en algún tipo de ayuda extra del Fondo y otros organismos.
Pero para eso hay que tener el aval de sus principales accionistas, que acumulan reclamos por la flexibilidad que el organismo viene mostrando con Argentina -desde la era Macri a los tiempos de Massa-. En el tramo final de la campaña, en Washington cuestionaron que el Gobierno se alejó de lo acordado. Pero ahora Milei es borrón y cuenta nueva. Y si bien en el plano interno intenta no hablar más de «la motosierra», el fuerte ajuste fiscal será caballo de batalla ante los prestamistas.
En el Fondo reconocen que hay diálogo con el nuevo equipo -hasta Mileituvo un primer contacto por zoom el viernes con la directora gerente del Fondo, Kristalina Georgieva- pero las revisiones están en pausa, hasta que no haya una ejecución que mostrar acorde con nuevas metas. El 1,9% previsto para este año quedó lejos según los economistas, que calculan que el déficit podría llegar al 3% si no median correcciones, mientras que el libertario avisó que no se gastará más que lo que entra, dejando definiciones difusas sobre cuestiones hasta como el aguinaldo, aunque repite que «no se toca a la gente». Por las dudas, los estatales ya salieron a pedirle a la administración actual que se adelante el pago del medio-aguinaldo de diciembre, que debería llegar por ley después del cambio de Gobierno.
El Cronista
